26/08/2024
Claudia Mijangos "LA HIENA DE QUERÉTARO"
Claudia Mijangos se crio en una familia funcional de clase media. En su juventud fue nombrada reina de belleza de Mazatlán. Luego de graduarse en comercio, se casó con Alfredo Castaños Gutiérrez y tuvieron tres hijos.
Después de la muerte de sus padres, la familia heredó una cantidad considerable de dinero y se mudó a la ciudad de Querétaro, México. Allí, los tres niños fueron matriculados en la escuela católica Colegio Fray Luis de León, donde Claudia Mijangos trabajaba como profesora de Catecismo. Más tarde, Claudia abrió una tienda de moda en el centro.
El 24 de abril de 1989, Claudia Mijangos asesinó a sus hijos Claudia María, de 11 años; Ana Belén, de 9 años; y Alfredo, de 6 años; en su casa ubicada en el número 408 de la calle Hacienda del Vegil, colonia Jardines de la Hacienda.
Cuando Claudia tenía 33 años, comenzó a experimentar severos ataques psicóticos en los meses anteriores a los as*****tos. Según los informes, estos ataques involucraron alucinaciones de demonios y ángeles que dejaron a Claudia atormentada psicológicamente.
El 23 de abril de 1989, el esposo de Claudia recogió a sus hijos de una kermés en la escuela y los llevó a la casa de Claudia. Allí, Castaños y Claudia entablaron una intensa discusión. Él le reclamó sobre el padre Ramón y manifestó su deseo de volver a estar juntos. Furiosa, Claudia defendió al padre Ramón y rechazó el deseo de Castaños de reavivar su relación. Antes de irse, Claudia amenazó a Castaños diciéndole que lo lamentaría. Después de cerrar la puerta detrás de él, Claudia subió las escaleras para arropar a sus hijos en la cama y se fue a dormir.
Unas horas más tarde, el lunes 24 de abril de 1989, alrededor de las cuatro de la mañana, Claudia se despertó con fuertes voces en su cabeza. Dijo que las voces le dijeron que Mazatlán había desaparecido y que “todo Querétaro era un espíritu”. Desesperada, Claudia llamó a su amiga Verónica Vázquez quien le pidió a Claudia que se calmara. Verónica prometió venir en la mañana para ayudarla. Tras la llamada, Claudia se levantó de la cama, se vistió, fue a la cocina y tomó tres cuchillos mientras sus hijos aún dormían.
Cerca de las cinco de la mañana, Claudia despertó a su hijo Alfredo de 6 años y lo atacó con un cuchillo. Recostándose en su cama, le agarró la mano izquierda y se la amputó por completo. Alfredo gritó, lo que despertó a su hermana mayor, Claudia María, de 11 años, entró en la habitación y le suplicó a su madre que se detuviera. Cambiando de cuchillo, Claudia corrió sobre su hija mayor y la apuñaló seis veces. Herida, Claudia María logró salir de la habitación y suplicó en voz alta a su madre por clemencia. Los gritos despertaron a los vecinos. Claudia tomó el tercer cuchillo y apuñaló a su hija Ana Belén, de nueve años, en el corazón. Claudia corrió escaleras abajo en busca de Claudia María, quien se había desmayado en el piso del comedor y la apuñaló nuevamente. Luego la arrastró escaleras arriba y colocó su cuerpo sin vida en el dormitorio principal.
Luego de ser detenida, Claudia fue trasladada al penal de San José el Alto, en la capital de Querétaro, donde fue sentenciada a 30 años de prisión por el as*****to de sus hijos.
Tras ser diagnosticada, fue trasladada al área psiquiátrica del reclusorio de Tepepan, en la Ciudad de México, el 10 de septiembre de 1991.
Familiares de la mujer acusaron que el penal no tenía mantenimiento y que estaba en condiciones de abandono.
Hoy, luego de 30 años, Claudia obtuvo su libertad, pero deberá ser sometida a pruebas clínicas que determinarán su estado de salud mental y establecer si podría enfrentar su libertad, la cual solo llegaría si un familiar se compromete a hacerse cargo de ella, pues estaría medicada de por vida.