16/07/2025
SOLEMNIDAD DE LA VIRGEN DEL CARMEN
16 DE JULIO
PRIMERAS VÍSPERAS
(Orar al atardecer)
INVOCACIÓN INICIAL
SOLISTA: Todos: Dios mío, ven en mi auxilio
Señor, date prisa en socorrerme
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio ahora y siempre por los
Siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
(Recitación a dos Coros)
(este himno u otro canto apropiado)
Blanca flor del Carmelo,
Vid en racimo,
celeste claridad,
puro prodigio al ser, a una.
Madre de Dios y Virgen:
¡Virgen fecunda!
Madre, que florecida
del Emmanuel
atesoras intacta,
la doncellez;
estrella, guía
de los rumbos del mar,
sénos propicia.
Vástago de Jesé,
vara profética
que el Hijo del Altísimo
das en cosecha;
Madre, consiente
que vivamos contigo
ahora y siempre.
Azucena que brotas
Inmaculada
y te yergues señera
entre las zarzas;
devuelve, Virgen
nuestra frágil arcilla
a su alto origen.
Ponnos, nueva Judit,
para la lucha
tu santo Escapulario
como armadura,
con tu vestido
Cantaremos victoria
del enemigo.
Bajo noches oscuras
navega el alma,
enciende tú los rayos
de la esperanza,
y sé el lucero
que lleve nuestra nave
segura al puerto.
Señora, desde siempre
los carmelitas
nos tenemos por hijos
de tu familia,
y confiamos
que un día nos acojas
en tu regazo.
María, puerta y llave
del paraíso,
queremos desatarnos
y estar con Cristo;
si tu nos abres,
reinaremos allí
con tu Hijo, ¡Madre! Amén
SALMODIA
Ant. 1. Tiene María la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del
Sarón.
Salmo 112
Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor,
bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del solo hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todo los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor Dios nuestro,
que se leva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?
Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tiene María la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarón
Ant. 2. ¡Tú eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú el
orgullo de nuestra raza!
SALMO 147
Glorifica al Señor Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.
Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;
hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento y corren.
Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos ha Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén
Ant. ¡Tú eres la gloria de Jerusalén, tú la alegría de Israel, tú el
orgullo de nuestra raza!
Ant. 3. Tus hijos Virgen María, serán tu gozo, porque Dios los bendecirá
Y los reunirás en tu nombre.
CÁNTICO Ef. 1,3-10
Bendito sea Dios,
Padre de nuestro Señor Jesucristo,
qué nos ha bendecido en la persona de Cristo
con toda clases de bienes espirituales y celestiales.
El nos eligió en la persone de Cristo,
antes de crear el mundo,
para que fuésemos santos e irreprochables
ante Él por el amor.
Él nos ha destinado en la persona de Cristo,
por pura iniciativa suya,
a ser sus hijos,
para que la gloria de su gracia,
que tan generosamente nos ha concedido
en su querido Hijo,
redunda en alabanza suya.
Por este Hijo, por su sangre,
hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.
El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia
ha sido un derroche para con nosotros,
dándonos a conocer el misterio de su voluntad.
Este es el plan
qué había proyectado realizar por Cristo
cuando llegase el momento culminante:
recapitular en Cristo todas las cosas del cielo y
de la tierra.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Tus hijos Virgen María, serán tu gozo, porque Dios los bendecirá
Y los reunirás en tu nombre
LECTURA BREVE
Ap. 11,19; 12,1
Se abrieron las puertas del templo celeste de Dios y dentro de él se vio el Arca de la Alianza.
Después apareció una figura portentosa en el cielo: una mujer vestida de sol, la luna por
pedestal, coronada con doce estrellas.
RESPONSORIO BREVE
SOLISTA: Tú eres admirable, Santa María del Carmelo.
TODOS: Tú eres admirable, Santa María del Carmelo.
SOLISTA: Tú eres la llena de gracia.
TODOS: Santa María del Carmelo
SOLISTA: Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
TODOS: Tú eres admirable, Santa María del Carmelo.
Ant. Magnificat
Santa Madre de Dios, gloria del Carmelo, reviste de tus virtudes a la familia que tú has
escogido y defiéndela de todo peligro.
Magnificat
(Lc. 1,46-55)
Proclama mi alma la grandeza del Seños,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones,
por que el Poderoso ha hecho obras grandes en mí;
su nombre es Santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo;
dispersa a los soberbios de corazón,
derriba del trono a los poderosos,
y enaltece a los humildes,
a los hambrientos les colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo,
acordándose de la misericordia
-como lo había prometido a nuestros padres-
en favor de Abraham y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.
Ant. Magnificat
Santa Madre de Dios, gloria del Carmelo, reviste de tus virtudes a la familia que tú has
escogido y defiéndela de todo peligro.
PRECES
Bendigamos a Dios, nuestro Padre, que nos concede hoy la alegría de celebrar la solemnidad de
la Virgen del Carmen, y digámosle:
Que interceda por nosotros la madre del Carmelo.
Tú que anunciaste a nuestros padres el misterio de María la hija de Sión, heredera de las
promesas,
*concede a tu Iglesia reflejar en el mundo la imagen de María, para que sea
sacramento de salvación
Tú que has suscitado en tu Iglesia nuestra humilde familia del Carmelo, ennobleciéndola con la
advocación especial de María,
*otorga a los carmelitas la gracia de servir a la Virgen y de vivir con ella en
obsequio de Cristo.
Tú que has recomendado el amor maternal de María a todos los hermanos de Cristo, tu
Hijo
*haz que cuantos se han consagrado a ella ardan en el celo de la salvación de los
hombres.
Tú que has acrecentado al Carmelo con numerosos hijos que viven de su espíritu en la vida
religiosa y dan testimonio en medio del mundo
*Concede a los Carmelitas vivir con María unidos en la oración,
siendo unos en corazón y alma.
Padre nuestro...
Oración
Te suplicamos, Señor, que nos asista con su intercesión poderosa la Santísima Virgen
María, madre y reina del Carmelo, para que, guiados por su ejemplo y protección, lleguemos
hasta la cima del monte de la perfección, que es Cristo. Que vive y reina por los siglos de los
siglos. Amén.