
24/02/2025
Entre fiordos silenciosos y cielos vestidos de auroras, sentí cómo la inmensidad de la naturaleza me recordaba lo pequeño que soy, y lo grande que puede llegar a ser el corazón cuando se atreve a aventurarse. Allí, donde el frío despierta el alma, aprendí que la verdadera aventura está en conectar con lo esencial, en dejar que el mundo nos transforme.