El viajero vintaxe

El viajero vintaxe Soy El Viajero Vintage, escritor y cronista urbano... ¿listo para acompañarme en mis aventuras?

01/07/2025

MOMENTOS DE TERROR LOS QUE SE VIVEN.
BIENVENIDOS A CRÓNICAS PARANORMALES CON EL VIAJERO VINTAGE.
TENEMOS ZONA ROJA

25/06/2025

HISTORIAS DE TERROR... BIENVENIDOS A CRONICAS PARANORMALES CON EL VIAJERO VINTAGE

24/06/2025

TERROR EN LAS IGLESIAS
BIENVENIDOS A CRÓNICAS PARANORMALES CON EL VIAJERO VINTAGE... HOY ZONA ROJA, HISTORIAS NUEVAS!!!!!!!

17/06/2025

Ferrocarrileros al borde de la locura.... BIENVENIDOS A CRÓNICAS PARANORMALES CON El viajero vintage

-Así es Lalis, mamá. Nunca está conforme con nada, nada le parece y siempre me sale con que está dispuesta a aprender, p...
12/06/2025

-Así es Lalis, mamá. Nunca está conforme con nada, nada le parece y siempre me sale con que está dispuesta a aprender, pero no se da el tiempo.
-Ay, hijo, te lo dije. ¿Te acuerdas? Todavía andaban noviando cuando así nomás de primeras pestañeadas me di cuenta que esa muchachita no era para ti. Mírate Julito, te educamos como a un príncipe y terminaste yéndote con una plebeya.
-Me cansa que me reclame que usted siempre está metida en nuestra relación. Le digo, ¡¡es mi madre, Lalis!!, pero no entiende y siempre me dice cosas como, 《Tu mamá me llamó para que te cocine esto o lo otro, plánchale así las camisas, ah, y almidonadas. Cuidadito con que me lo enfermes con tus guisos de barrio pobre. No le tomes tantas fotos al bebé porque le robas el alma》cosas, cosas, cosas… Deje usted eso, mamá, matadota para el s**o. No tiene ni idea de lo que es. Haz esto, y lo hace, haz esto otro y lo hace. No tiene iniciativa, ingenio, no sé.
-Sabes que aquí tienes tu casa. Estás allá porque quieres. Aquí tienes todo, hasta s**o. Si un día te dije que siempre estaría para ti era porque así iba a ser. Tu padre nos abandonó y mira, el mundo no nos iba a comer. Como quiera le quité una buena pensión, tres casas, dos autos y terminamos quedándonos con las imprentas.
-Lo sé, mamá, pero Lalis es mi amor…
-No seas cursi, carajo, tu amor soy yo porque soy tu madre. El día que me muera sea como el río, agarre su curso y haga lo que quiera… ¿le he fallado? Usted fue el que me falló.
-La verdad, mamá, estoy aquí platicándole mis p***s porque no tengo a nadie más a quién recurrir. Lalis es buena chica, pero desde que nació el bebé se la pasa amamantándolo y ¿yo qué? Soy hombre y necesito… usted ya sabe.
-¡¡Oh, ya salió el peine!! El niño está aquí porque…
-No me llame niño, casi cumplo los 17
-Para mi usted, aunque tenga 50 va a seguir siendo mi niño… y mi niño está aquí ahora, sentado junto a su mami porque ya le pesan sus cositas ahí abajo y quiere que alguien le ayude… y como su mami le dijo que siempre estaría para él, pues ella aquí está… pero no se me ponga colorado, desde que usted tenía diez años hemos aprendido juntos a redescubrirnos.
-Siento raro mamá.
-Ah, otra vez ese sentimiento de culpa…
-¿Y dónde queda el Honra a tu padre y a tu madre?
-Julito, ¿me vas a sermonear? No te gusta lo que te hago, lo que hacemos? Esa idea de tu padre de que fueras a catecismo casi te vuelve ma***ón. Además, si a esas vamos y te crees muy sabiondo, dime: ¿las hijas de Lot se acostaron con él porque lo vieron solito y no había hombres con quién copular. Abraham, el mismísimo Abraham, se unió a Sara, su media hermana… ¿pero por qué estamos hablando de esto?
-Está sudando mamá…
-Me encabrona que vengas con aires de sacerdote cuando lo que en realidad de trajo aquí fue esto, no?
-No haga eso, mamá, saque la mano de ahí.
-Caray, hijo, qué rápido reaccionas, mira nomás. Sí que esa buena para nada te tiene olvidado… qué ¿no te gusta verme depilada?
-No traigo pr*********os, lo siento.
-A mí no me importa.
-Acuérdese de lo que pasó…
-¿Otra vez con eso?
-No me gusta que se provoque abortos, mamá.
-No siempre lo he hecho. Tu padre me dejó porque él sabía que mi embarazo no era por él. Pero me dejó con el niño ya nacido y yo no lo quería, por eso se lo llevó. Gracias a Dios no supo que esa criatura era su nieto. Así que tienes un hijo y un hermano viviendo… anda ven, acércate. A tu mujercita le hace falta mucha experiencia. Anda, deja que ella amamante a su bebé qué yo amamantaré al mío… así, hijo, así… su madre es suya y estará siempre para usted… y usted para mí, ¿cierto?
-Con calma, no se me apresure, esto es despacio.
-Es que Lalis no es como usted, mamá… ella es, no sé…
-Tranquilo, príncipe, no llore, no llore… ¡carajo, con esa id**ta!
-Pero así la amo, mamá, así…
-¿Sabes que, Julio? ¡Salte de mi cama!
-No, mamá, no se ponga así…
-Vístete, animal, vístete y lárgate con esa bruta.
-No le diga así…
-Vete, Julio, déjame sola. Igual a tu padre de id**ta… ¡vístete, carajo, vergüenza das con eso así apuntando al techo! Búsquese la manera, el monte, algún callejón, cualquier p**a, pero aquí ya no tienes dónde… y sí quiere atentar contra su vida por la dizque conciencia que lo persigue, pues ándele, ahora es cuándo.
-No me eche, mamá, no me cierre la puerta.
-Le cierro la puerta y las piernas, no más.
Hace un año visité a papá en Saltillo. La fiesta que le hizo a mi hijo/hermano fue temática de la Pantera Rosa. Qué cosas, el mismo personaje que mamá me había obligado a adoptar y que existía tanto en la decoración de mi habitación, como en mochilas y útiles escolares. A sus cinco años el niño se parece mucho a su hermana/tía, que es mi hija. Ni mi padre ni mi esposa saben que nuestra familia es un asqueroso atole diabólico.
Mamá siempre estuvo para mí, pero cuando me cerró la puerta y las piernas, yo le cerré igualmente mi corazón.
AUTOR: JUAN DE DIOS JASSO AREVALO
EL VIAJER VINTAGE

12/06/2025

PARQUES MALDITOS.... BIENVENIDOS A CRÓNICAS PARANORMALES CON EL VIAJERO VINTAGE y VUELVE ZONA ROJA... LAS MEJORES HISTORIAS DE LA VIDA GALANTE EN NUESTRA REGION.

10/06/2025

TERROR BAJO ELAGUA....BIENVENIDOS a CRÓNICAS PARANORMALES con el viajero vintage...

Simple
09/06/2025

Simple

─Qué asco con tu mamá, Emilio, tener los perros dentro de la casa y ella comiendo buñuelos como si nada, ¿es en serio? ¿...
07/06/2025

─Qué asco con tu mamá, Emilio, tener los perros dentro de la casa y ella comiendo buñuelos como si nada, ¿es en serio? ¿Así viviste toda tu vida?
─Sí, amor, pero somos aseados. Los perritos son limpios, salen, popean y limpiamos sus desechos.
─Nada qué ver, Emilio. A una semana de casarnos y no estarás pensando que traeré mis hijos aquí. Había oído cómo vivías, pero esto es exagerado, qué oso.
─Tranquila, amor, te va a oír, además, ella sabe que no te gustan los animales.
─Nomás tú, animal ja ja ja ja
─Qué pesada, no me digas así.
─Pesada tu mamá. Esa obesidad la va a matar, ¡mírala, llenándose de azúcar!
─Ya, es mi mamá, recuérdalo. Yo jamás ofendo a la tuya.
─Obvio, mamá es otra cosa, de otra clase, jamás viviría así. Pero te voy a sacar de aquí, Mili. Conmigo tienes el futuro asegurado. Recuerda que mi carrera es más productiva que tu certificado de máquinas herramientas.
─Es el estudio que pudieron darme.
─Nomás faltó fueras veterinario, ja ja ja. Sería el colmo de la familia Burrón.
Entré en casa mientras Grecia se quedó en el umbral. De la vasija en plástico amarillo tomé la mitad de un buñuelo, lo golpeé con el borde del recipiente para quitarle un poco de azúcar y seguí camino a la cocina en busca de mamá.
Volvimos a los cinco minutos y ella, amabilísima, traía una docena de tamales.
─Toma, mija. Llévaselos a mi comadre. Están recién saliditos. Ten cuidado están algo calientes.
─Gracias, señora. Se los haré llegar, aunque es vegetariana; pero gracias. Igual tía Marlene tiene gatitos y se los puede dar.
─Amor, cómo crees, a los gatos no.
─ ¿Qué de malo? Son animalitos con derecho a comer, ¿no?
─Sí, amor, pero estos te los está dando para tu mamá.
─Siempre has sabido que en casa no comemos estas cosas, Emilio... bueno, a lo que vinimos, señora, estamos aquí porque...
─Pero pásale, mija, siéntate un poco y lo platicamos.
─Lo haría, pero es que a la tela de mi falda se le pegan las basuritas y pues, como es nueva.
─Si lo dices por mis perritos, nunca trepan. Seremos pobres, pero muy limpios.
─Aquí estoy bien...
─Ven, amor, siéntate, ¿Cómo vas a creer que estaré aquí sentado y tu ahí parada? esto es cosa seria.
─Señora, la boda es la otra semana y quería llevarla a comprar la ropa que ha de llevar. Mamá irá con nosotras pues ella se encargó de todo porque aquí el Mili no tenía dinero para casi nada, entonces le digo que mínimo nos diera lo de su ropa para vestirla y vaya acorde al outfits de la familia.
─ ¡Pero si ap***s me hicieron el traje les mandé fotos, mija!
─En palabras de mamá, es anticuado y fuera de tendencia.
─Me vestiré como yo me sienta cómoda y dile a mi comadre que no se apure por la repostería, yo misma la llevaré.
─¡¡No!! ¿Y lo preparará todo aquí?
─Amor, si no quieres las de mamá pues no, tranquila.
─Emilio, ¿Sabes cuánto gastó mamá en preparativos? Todo ha sido traído de San Antonio y Dallas. La repostería viene de Monterrey, y obvio no son empanadas de calabaza... gracias, señora, de todos modos, ¿entonces nos vamos?
─No, mija, iré vestida como yo lo decida… y te aclaro, linda, sé hacer todo tipo de repostería y a mi hijo le encantan las de calabaza.
─ ¡Mamá, por favor, no diga eso!, ande, vamos y no se me ponga así.
Mamá me miró serena, pero sus párpados temblaban. Claramente sus puños sudaban dentro de las bolsas del mandil. Esos cuatro o cinco segundos que me miró sin decir nada, me dijeron mucho, pero entonces la tomé del brazo en mi intento por llevarla afuera.
─ ¿Así se irá con el mandil?─atajó Grecia─ ¿no tiene unas sandalias? Emilio, vamos a Galerías Terranova, no manches.
─Ni me había fijado en eso, amor, perdóname… ¡Mamá, ya le había dicho desde ayer que estuviera lista!
Incomodada volvió adentro, se quitó el mandil y se puso sus zapatos de domingo. Grecia le echó un vistazo dejando ir una expresión de gracia como diciendo que no había gran diferencia.
Afuera y estacionada en doble fila, la señora Monserrat esperaba impaciente.
─Qué tal comadre, gusto en conocerla─ saludó mamá luego de la terrible dificultad que fue trepar a la altísima camioneta.
─Qué tal, señora. Mi hija me ha hablado mucho de usted.
─Espero cosas buenas.
─Sí. Le gustan los perritos.
─Mucho.
─Esas cosas a nosotros no─ expuso al tiempo que aceleraba─. Le digo a mi hija que ahora que estén casados cuiden mucho eso. Los animales son malos para los bebés. Son sucios y causan enfermedades. Además el barrio no ayuda mucho. Quince minutos tuve para que se me encendiera la alergia al polvo.
─Creo que a veces los humanos somos más propagadores de virulencias que los animalitos, comadre. Somos más venenosos, vanidosos, petulantes y claro, más asquerosos en nuestra manera de hablar. Ellos son agresivos cuando se ven amenazados, pero nosotros atacamos hasta al más inocente y pisoteamos al resto, ¿no cree?
Le apreté la mano a mamá en un intento de calmarla. La miré feo. Su opinión había sido tan filosa que al llegar al semáforo desde el volante salió una voz:
─ ¿Podría bajar, señora? Grecia, asegúrate que cuando lo haga no queden pelitos en el asiento.
Grecia, que iba de copiloto, se asomó atrás y me dijo:
─Amor, ¿le sacudes porfa?
Mamá había bajado con algo de dificultad y tan de prisa que yo no había podido ayudarla. Con la palma de mi mano limpié la tela ante la mirada de mi novia. Mamá había cerrado la puerta y yo, aturdido y sin saber qué hacer, escuchaba a mi novia cantar Lady Gaga como si nada hubiera pasado. Yo sudaba y al asomarme por el cristal trasero vi a mamá parda ahí, en la banqueta, mirándome con sus ojos de mujer dolida, pero sin perder la compostura. El cambio de luz se me hizo eterno y cuando por fin nos pusimos en marcha, la vi perderse en esa nebulosa tarde octubrina.
Grecia era el amor de mi vida. Había quitado de mi camino galanes que amenazaban arrebatármela. Luché por ella años y entonces ahí, en el altar y después de la bendición agradecí a Dios tantas benevolencias. Nuestro viaje por la Riviera Maya por tres semanas fue lo soñado. En pocas palabras nos olvidamos del mundo y al volver nos dedicamos a nuestro nuevo hogar. La suegra se había portado bien. Nos había dejado una casa grande y amueblada. Mi suegro me puso de gerente de almacén de su proveedora de tornillos y así, a los nueve meses nació nuestra primera hija. La nombramos Renata y un día después del bautismo me ganó la nostalgia. Hacía tanto que no veía a mamá que seguro estaría feliz de conocer a su nieta.
Al llegar la puerta estaba abierta. Tía Loli trapeaba y Lalo, su esposo, reparaba un trastero.
─Qué tal tía, ¿y mamá?
─...
─ ¿Por qué me ve así, tía?
─Mi hermana está en el asilo.
─ ¿Por?
─No preguntes algo de lo que tú tienes la respuesta. Le compré la casa y me pidió la pusiera en un asilo. No entendió razones. Con el dinero paga su pensión. Allá en el cuarto del fondo hay cosas que tal vez te sirvan. Déjame aquí la niña, no le vaya a picar alguna arañita.
El cuarto fue una lanzada de filosas dagas a mi alma. En la mera entrada había una enorme canasta de bolsitas de repostería qué supe eran para mi boda. Al abrir una de ellas el olor a calabaza fermentada me estalló el alma En la misma y ya deshidratados, la bolsa despreciada de tamales. Había fotos de mis cumpleaños, ropa mía y algunos discos de La Rondalla de Saltillo y Mocedades que junto a ella escuchaba por las tardes cuando volvía de la prepa. El aire se me fue y al recargarme en la pared sentí una veloz cucaracha andar por mi oreja derecha. Me la sacudí y salí presuroso. Le quité a mi hija a la tía y abordé mi auto nuevo.
En el asilo mamá se negó a recibirme, pero al verme a lo lejos claramente la vi llorando. Alcé a Renata para que la viera, pero ella tomó las ruedas de la silla y se condujo adentro.
Una semana después mamá murió y yo seguí siendo el marido agachón que tenía que agradecer por todo porque mi certificado de prepa en máquinas herramientas no valía nada contra los reconocimientos de la facultad de mi esposa. Trago asquerosos platillos gourmet mientras anhelo las albóndigas, los tamales y los frijoles refritos. Vivo la miseria de ser el hombre más manipulado y que por cobarde vive lamiéndole las botas a su suegro. Atiendo a mi suegra porque de no hacerlo mi esposa se molesta y dejarme en la calle es su amenaza más dicha desde que me casé con ella. Mi pregunta existencial a últimas fechas es ¿exactamente qué soy?

AUTOR: JUAN DE DIOS JASSO ARÉVALO
EL VIAJERO VINTAGE



SI TE GUSTÓ ESTE RELATO,TE INVITO A COMPARTIR SIN COPIA Y PEGA Y COMPARTIR TUS SENTIMIENTOS.

04/06/2025

BIENVENIDOS A CRÓNICAS PARANORMALES CON EL VIAJERO VINTAGE. LEYENDAS DE SAN LUIS POTOSI

El “Ahí voy” me había acompañado desde que era niño y siempre, desde que lo recuerdo, era una cantaleta que había mandad...
29/05/2025

El “Ahí voy” me había acompañado desde que era niño y siempre, desde que lo recuerdo, era una cantaleta que había mandado a mamá al hospital en más de una ocasión cuando yo, metido en mis asuntos, siempre le respondía así.
De casado las cosas no cambiaron. Cuando mi esposa me pedía esto o lo otro mi “Ahí voy” la hartaron tanto que el divorcio fue el ultimátum que me puso para que dejara el ocio, mis débiles ganas para actuar y ser lo que debía de ser, un esposo responsable y atento a las necesidades. Mi dejar para después lo indispensable me arrebataron más de un buen empleo.
Me casé con una maestra que ganaba lo bastante bien y entendí que debía cuidar mi minita de oro. Atareada con los niños y con su profesión, se dio cuenta que prácticamente se había casado con un vividor que se la pasaba viendo estúpidos juegos de fútbol donde ser americanista, no solo le ensuciaba la casa con la visitas de sujetos extraños, también gastos innecesarios en bebida y comida comprada cada fin de semana. Harta terminó por rendirse y echarme De su vida.
Solo y sin hijos volví a casa. Papá me recibió porque desde que había mu**to mamá vivía de su pequeña pensión. Había llegado en el peor momento pues ya estaba más que viejo y me vi obligado a traerle esto, lo otro. Medicina para esto, medicina para lo otro. En realidad dispuesto no estaba a cargar con él. Había aceptado el divorcio porque prefería estar solo que soportando los mandatos de una mujer que creía que por ser maestra, abastecer la alacena y vestir a los niños tenía derecho a gritonearme. Repetir la historia con papá era ir en picada y no, la verdad no.
Ap***s agarré una chambita de velador, me fui de la casa. El patrón de daba dormitorio y comida y más no podía pedir. De mi esposa y de mis hijos pude escapar, bueno, no escapar porque ni siquiera me buscaban, pero papá sí. Mínimo dos o tres veces al día me llamaba para esto o para lo otro. Ahi voy, ahí voy y siempre llegaba una hora o dos tarde y en ocasiones hasta el día siguiente.
De que le cobraba honorarios se los cobraba, tampoco le hacía las cosas de gratis. Cuando me mandaba a retirar su pensión, porque no le entendía a los cajeros, le tumbaba un buen porcentaje porque claramente yo le había dicho que de velador no podía vivir.
Dos días después de la Navidad llegué a casa de papá con los parches que usaba para el corazón. Me los había pedido desde seis o siete días antes, pero con eso de la coperacha para la posada, que el intercambio, y todo eso, me había quedado sin dinero y papá me había dicho que por esta ocasión yo se los comprara. La verdad yo ya tenía mis compromisos y ni modo de cancelarlos.
Al llegar al portal doña Leo y doña Petra forzaban la puerta y yo tan molesto las encaré. Me dijeron que hacía días que papá no salía y que ya olía medio raro. Todavía hablábamos cuando llegó la policía. Les pedí que se hicieran a un lado pues yo traía llave. La peste era horrible y en ese momento la policía me prohibió entrar. Fui tras de ellos y ahí estaba el viejo, recostado de lado y su rostro silenciado. Las cuencas de sus ojos casi vacías y su boca abierta. Papá había mu**to de un paro cardíaco y ahí estaba yo, viéndolo y pensando que si le hubiera llevado los parches cuando me los había pedido se habría evitado todo eso.
No diré que me eché mi llorada en el cementerio, no, nada de eso. Lo enterré y volví a casa. Tiré a la basura todo lo que no servía y me quedé con lo indispensable.
Diez años después la diabetes me consumió en un año. Cuando fui a dar al hospital no tenía esposa, ni hijos, ni amigos que vieran por mí. Las enfermeras estaban hartas de mis gritos tras la amp**ación de tres de mis dedos del pie derecho.
-Guarde silencio, señor. Hay mas pacientes que buscan dormir. Sabemos que le duele, pero hay que resistir.
-Es que les hablo y les hablo y nadie viene, solo me dicen Ahí vamos, ahí vamos y nada que aparecen, esto es inhumano.
Y nadie fue. Me echaron del hospital y un alma caritativa me regaló una silla de ruedas. Años tengo afuera de la presidencia municipal pidiendo la caridad de la gente. Mi ex esposa pasa cada día frente a mí y me deja un par de monedas.
-Diles a mis hijos que vengan a verme.
-Yo ya cumplí con decirles, ya son hombres casados, solo me dicen: Ya mamá, ya nos dijiste, un día de estos vamos.
-¡¡¡Pero no han venido, no han venido!!!
-No me estés gritando, ultimadamente te lo tienes bien merecido… a propósito, ya me jubilé y ya no te dejaré mi cooperación diaria, buena suerte.
Ahí voy ahí voy y nunca fui, nunca llegué a tiempo a donde debía haber ido para cumplir con lo mas mínimo, lo básico, y terminé así, mocho, abandonado y pidiendo misericordias.
AUTOR: JUAN DE DIOS JASSO AREVALO
EL VIAJERO VINTAGE

28/05/2025

TIAS ENDEMONIADAS. BIENVENIDOS A CRÓNICAS PARANORMALES CON EL VIAJERO VINTAGE

Dirección

Sabinas
26739

Teléfono

+528616178424

Página web

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando El viajero vintaxe publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Contacto La Empresa

Enviar un mensaje a El viajero vintaxe:

Compartir

Categoría