28/09/2025
+ 𝐔́𝐋𝐓𝐈𝐌𝐎 𝐀𝐃𝐈𝐎́𝐒 𝐃𝐄 𝐒𝐄𝐑𝐆𝐈𝐎 𝐆𝐔𝐙𝐌𝐀́𝐍 𝐂𝐎𝐋𝐔𝐍𝐆𝐀
Hoy, en medio del silencio que solo acompaña a las despedidas más difíciles, familiares y amigos se reúnen en el cementerio de Encarnación de Díaz para darle el último adiós a Sergio Guzmán Colunga. Su partida deja un vacío inmenso, pero también un cúmulo de recuerdos que permanecerán vivos en cada corazón que lo conoció.
Sergio fue un hombre lleno de vida, alegre, fuerte y bromista. Su risa era capaz de iluminar cualquier reunión y su humor dejaba huella en todos los que tuvieron la dicha de compartir con él momentos de alegría. Amaba estar en el rancho “La Providencia”, lugar que fue su refugio y su espacio de paz, rodeado de la familia que tanto quiso.
Durante 41 años compartió su vida con su esposa Martha, con quien formó un hogar cimentado en el amor y la unión. Juntos vieron crecer a sus cuatro hijos, a quienes entregó lo mejor de sí mismo: enseñanzas, valores y el ejemplo de esfuerzo y fortaleza. De ellos recibió siete nietos, que fueron una de sus más grandes alegrías y que hoy lo recordarán como ese abuelo especial que siempre tenía una sonrisa y una broma para compartir.
Sus hijos, con el corazón desgarrado, agradecen a Dios por el regalo de haberles dado un padre ejemplar, un hombre que les enseñó a trabajar, a luchar y a caminar siempre con dignidad. Para ellos, Sergio no se va, porque su ejemplo seguirá vivo en cada paso que den.
También, desde la distancia, su hermano Pepe acompaña este adiós. Aunque las fronteras lo separan físicamente, se une en oración y en pensamiento, recordando con gratitud los momentos compartidos y el lazo de hermandad que nada ni nadie podrá romper.
Hoy se despide el esposo, el padre, el abuelo, el hermano y el amigo… pero sobre todo, se despide a un hombre que supo vivir con alegría y que enseñó a enfrentar la vida con valentía y buen humor. Sergio parte de este mundo, pero deja una herencia invaluable de amor, de unión y de fortaleza que seguirá iluminando el camino de quienes lo amaron.
Que la tierra de Encarnación de Díaz reciba con suavidad su cuerpo, mientras su alma reposa en la paz eterna de Dios.