02/12/2025
| "Chapito" narró traición: cómo drogó y secuestró al Mayo por venganza y para agradar a EE.UU
Joaquín Guzmán López, hijo del extraditado narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán y ahora colaborador clave de las autoridades estadounidenses, detalló en su reciente declaración de culpabilidad cómo orquestó el secuestro y entrega de Ismael "Mayo" Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, en un acto de traición que buscaba congraciarse con Washington, sin que ellos lo hayan pedido y desestabilizar la estructura criminal familiar.
Según el documento judicial difundido hoy lunes 1 de diciembre de 2025, Guzmán López, de 38 años, planeó meticulosamente una reunión falsa en Sinaloa el 25 de julio de 2024, bajo el pretexto de resolver un "desacuerdo" entre facciones del cártel, atrayendo a Zambada de 77 años y con décadas de evasión a la justicia, a un sitio controlado donde ya había preparado el terreno para la emboscada.
Previo a la llegada del veterano capo, Guzmán López ordenó remover el vidrio de una ventana de piso a techo en una habitación privada del edificio, facilitando la entrada discreta de sus hombres armados; una vez que Zambada entró para una supuesta charla confidencial, el hijo de El Chapo cerró y aseguró la puerta, momento en el que un grupo de secuaces irrumpió por la abertura, sometió al anciano con esposas, le colocó una bolsa en la cabeza y lo arrastró de regreso por la ventana, llevándolo hacia una camioneta pickup que esperaba afuera. El convoy recorrió entre 10 y 15 minutos hasta una pista clandestina en las afueras de Culiacán, donde un pequeño avión monomotor aguardaba con el piloto ya a bordo; Zambada, atado de manos y pies a uno de los asientos, fue forzado a embarcar, y durante el vuelo de aproximadamente dos horas hacia El Paso, Texas, Guzmán López le preparó una bebida sedante, asegurando que el legendario fugitivo permaneciera dócil hasta el aterrizaje en territorio estadounidense, donde agentes de la DEA y el FBI los recibieron sin resistencia aparente.
Este relato, incluido en el acuerdo de culpabilidad de Guzmán López por cargos de narcotráfico, lavado de dinero y posesión de armas, emerge como parte de su cooperación con el Departamento de Justicia, motivada por un profundo rencor: el acusado culpa directamente a Zambada por la captura y extradición de su padre en 2019, alegando que el "padrino" del cártel lo traicionó al no negociar su liberación pese a décadas de alianza.
El Departamento de Justicia ha negado cualquier involucramiento directo en el "secuestro", calificándolo como una iniciativa unilateral de Guzmán López para "ganar puntos", pero el caso ilustra la estrategia de Washington de explotar rivalidades internas para desmantelar redes que suministran el 80% del fentanilo que ingresa a EE.UU., en un contexto de presiones diplomáticas crecientes sobre el gobierno de Claudia Sheinbaum para intensificar la cooperación bilateral. Mientras Zambada enfrenta su juicio en 2026 por conspiración para traficar miles de toneladas de co***na y he***na, la confesión de Guzmán López no solo acelera su propio proceso, sino que expone las grietas de un imperio narco que, pese a las derrotas, sigue viviendo en las sombras y frente a las luces la cámara y la acción.