03/10/2025
Conociendo la Disautonomia para comprenderla.
Historia de la Disautonomia
Para entender de que va esta alteración, es fundamental conocer el funcionamiento del sistema nervioso autónomo.
El Sistema Nervioso Autónomo es el encargado de controlar las acciones involuntarias del cuerpo como la frecuencia cardiaca, la temperatura o la presión arterial, y cuando este sistema no funciona correctamente, pueden presentarse algunas patologías ya sea no graves y en otras de gravedad según el tipo. En la mayoría se presentan problemas de frecuencia cardiaca, bradicardia, dificultad en la respiración y la deglución; así como la disfunción eréctil en los hombres, entre otras múltiples condiciones.
Ponerse de pie, hacer ejercicio y acostarse le exigen al cuerpo una capacidad de adaptación medida por el sistema nervioso autónomo. Cuando este no se adapta, se presenta la disautonomía.
Como dato curioso, a la disautonomía se le conocía en el siglo XIX como neurastenia, manifestándose en personas que de repente se mostraban débiles e incapaces de realizar sus actividades cotidianas.
El POTS fue nombrado por primera vez e identificado por Schondorf y Low en 1993; sin embargo, el síndrome se ha descrito en estudios médicos que se remontan por lo menos a 1940. La hipertensión asociada con POTS ha sido previamente descrita como el "síndrome hiperadrenérgico" por Streeten, y como hipovolemia Idiopática por Fouad.
La hipotensión asociada con POTS ha sido previamente descrita como hipotensión mediada neuralmente.
El conocimiento sobre la condición ha evolucionado y en la actualidad existen especialistas (Cardiólogo, electrofisiologo, Neurólogo, Medico internista) que reconocen los síntomas, a partir de un cuidadoso examen físico y una historia clínica completa; exámenes y pruebas como la del Tilt Test o mesa inclinada, Holter, Electrocardiograma, así como recursos para tratarla como son los betobloqueadores.
-Cómo identificarla?
Los síntomas pueden aparecer desde el nacimiento o en la niñez pero puede pasar por desapercibido por algunos padres, o en la adultos.
Tambien puede aparecer después de una lesión, por infección de virus o bacteria, enfermedades o condiciones crónicas primarias entre otros detonantes. Los mareos constantes, sudoración excesiva, posibles síncopes y aumento de la temperatura corporal son las principales alertas emitidas por la disautonomía.
De acuerdo con especialistas del Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos y Accidentes cerebrovasculares no hay una cura para esta alteración. El camino a seguir después del diagnóstico es contrarrestar los síntomas siguiendo las indicaciones médicas respectivas. Las recomendaciones van desde tomar abundante agua, suero, elevar la cabecera de la cama, una dieta rica en sal (si no existe contraindicación), no estar mucho tiempo de pie y evitar pararse con mucha velocidad, un régimen alimenticio, entre otras. El acompañamiento médico y el conocimiento del paciente sobre la Disautonomia son clave.
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Mary Alvarez.
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