11/09/2025
Desde Adentro
Por El Bofo
Ya era hora, Cachorro
Ya era hora, Cachorro.
Sí, ya era hora de que te fueras de la Delegación Federal de Programas del Bienestar. Y no porque uno lo diga al calor del momento, sino porque las señales estaban ahí desde hace rato, marcadas como semáforos en rojo que nunca quisiste ver.
Ya era hora desde aquel en vivo —muy tu estilo, muy “orgánico”— en el que, entre risas, te burlaste de quienes habían perdido la vida por el COVID. ¿Recuerdas? El tono sobrador, la ironía mal parada, la ligereza en medio de la tragedia. Ese día se te cayó la máscara, aunque nunca lo aceptaste. No te tocó “sobrevivir” a la carrera por el estado.
Ya era hora desde la otra transmisión, la del “héroe” improvisado, cuando saliste corriendo a auxiliar a una persona accidentada en la Internacional. Mucho show, poca sustancia. El video no fue altruismo: fue guion barato para redes.
Ya era hora desde que, en tu papel de representante de López Obrador en Baja California, llamaste “enfermo mental” al entonces gobernador Jaime Bonilla. Craso error. No por defender a Bonilla, sino porque un delegado de la Federación no puede permitirse esas salidas de cantina.
Ya era hora porque nunca moviste un dedo para proteger a los adultos mayores que hacían filas interminables bajo el sol, esperando cobrar sus pensiones afuera de los Bancos del Bienestar. Mientras tú, Cachorro, te paseabas en la sombra del poder.
Ya era hora desde aquel ridículo spot que daba pena ajena (o “cringe”, como dice la chaviza), donde corrías y te ibas vistiendo poco a poco de “servidor de la nación”. Una parodia involuntaria de lo que terminó siendo tu paso por el cargo: un disfraz mal puesto.
Ya era hora desde que quisiste verle la cara al pueblo con esa fundación que, según tú, estaría bajo el cuidado de tu hermana Nélida. Pero todos sabemos que el montaje, la invitación y el protocolo fueron obra de tu equipo de comunicación. Transparencia de cartón.
Ya era hora, Cachorro. Y ojo, no es que me caigas mal. Ni te odio, ni te quiero. Simplemente hablo de lo que todos vimos.
Ya era hora también de poner fin al despilfarro en encuestas, esas que mágicamente te colocaban en segundo lugar rumbo a la gubernatura de 2027. Sí, segundo lugar… pero en un concurso que sólo jugabas tú.
Te deseo lo mejor donde vayas. Quizá ahora sí tengas tiempo de saldar aquella vieja apuesta de la final entre Pumas y León. El marcador lo recuerda medio mundo, menos tú, que jamás pagaste ese “seis” de cheve. Y dime, Cachorro: si no cumpliste con un simple ciudadano, ¿cómo pretendías cumplirle a todo un pueblo?
Ya era hora…