20/09/2025
Estimados lectores…
Para quien conoce, solo imagínese a Santiago Tuxtla y su “Cultura Olmeca”. ¿Cómo habría sido vivir en aquel contexto en su tiempo? Por sí misma, esta ciudad es bellísima: una mezcla colonial, custodiada por el cerro del Vigía, que guarda en su silencio los secretos y misterios de civilizaciones ancestrales.
He tenido la fortuna de subirlo muchas veces: solo, con amigos y también por trabajo. Definitivamente, es un lugar sanador por naturaleza: paisajes encantadores, enormes árboles que refrescan, un silencio que abraza, el sonido de las chicharras, vacas en el camino, nubes que acarician la cima y, de noche, un cielo estrellado iluminado por luciérnagas parpadeantes.
La primera vez que lo subí llegué hasta la cima en un momento crucial de mi vida, cuando comencé un proceso profundo de introspección. Nunca olvidaré aquella caminata de ida y vuelta. Algo cambió en mí al regresar. Aún conservo en mi Instagram un video que hice entonces, lo atesoro porque marcó un antes y un después.
Por eso, y por tantas cosas más, a Santiago Tuxtla lo llevaré siempre en lo más profundo de mi corazón: por todo lo vivido aquí, por las bellas personas que conocí y por el regalo que nos da a los tlacotalpeños con la vista majestuosa de su cerro del Vigía, enmarcado con nuestro también majestuoso Río de las Mariposas. El lente de Dani Espinosa ha sabido capturar hermosas imágenes de esta composición natural. (La foto de abajo es de el).
Algún día les compartiré también un documental de History que tuve la fortuna de ver en una excelente conferencia del Arqueólogo Alberto Ortiz Brito en el Museo de Tres Zapotes. Narraba la expedición del Arqueólogo Matthew Williams Stirling y el proceso del descubrimiento de las cabezas colosales en 1938. Lo que más me llamó la atención no fueron solo esas piezas monumentales, sino las imágenes que retrataban la vida cotidiana de la gente de las comunidades en aquella época.
Además, existen videos entrañables de la Tlacotalpan de esos años. El arqueólogo Stirling y su esposa Marion partían desde esta bella ciudad, pues era el camino más idóneo. Sus viajes documentaron paisajes del río San Juan y el San Agustín, así como algunas escenas de las Fiestas de la Candelaria. Un verdadero tesoro para quienes amamos nuestra historia.
Y bueno, queridos lectores, quise compartirles estos pensamientos. He vivido muchas experiencias a lo largo de mi vida, pero en los Tuxtlas la magia fue única. Gracias por leerme y por permitirme este intercambio de memorias y emociones.
Luis Palacios Quezada
Viernes 19 de septiembre de 2025