01/09/2025
* La embarcación hace agua.
A principios del trienio, todo era felicidad: en Tapachula, el nepotismo brillaba como en los mejores tiempos del nefasto priato pero ahora bajo un disfraz vino tinto.
Adán Francisco Castillo Ordóñez despacharía como secretario de salud municipal de Tapachula; su hermano Daniel la haría de secretario particular del alcalde huacalero; Jorge Ordóñez Granja estaría a cargo de la jurisdicción sanitaria VII y Christian Briones se encargaría de la Coordinación de Protección contra Riesgos Sanitarios (Copris). Todo en familia.
De esta forma, Adán Castillo, sedicente amigo de Eduardo Ramírez, se apoderaba del control absoluto del sector salud en Tapachula, pese a las débiles resistencias de Omar Gómez, el secretario de salud estatal.
La felicidad era tanta que, sin rubor alguno, los nuevos dueños del negocio presumían en sus oficinas regalos caros, celulares de súper lujo pero, sobre todo, montones de sobres con 10, 20, 50 mil pesos que los propietarios de restaurantes, bares, antros y demás establecimientos de esos giros entregaban a la buena o a la mala.
Como decía Don Fidel Velázquez, el sempiterno dirigente de la CTM, tres cosas en esta vida no se pueden disimular: la enfermedad, lo tonto y el dinero.
El negocio florecía. La extorsión cobró carta de naturalidad en la administración de Aarón Melgar. Salud municipal, jurisdicción sanitaria VII y la Copris exigían cuotas cada vez más altas y los cumplidos inspectores de alcoholes le ponían la pata en el pescuezo a los dueños de los establecimientos que expenden bebidas espirituosas.
Hasta que algunos se cansaron de ser extorsionados y presentaron denuncias. Ante la gravedad del caso, la secretaría de salud se deslindó y cesó a Christian Briones, nombrando a Carlos González al frente de la Copris.
A pesar de las súplicas de Adán Francisco Castillo, de que sus cuates y parientes no fueran llamados a cuentas, la Fiscalía tuvo que intervenir para no desentonar con la bandera de Eduardo Ramírez de cero corrupción y cero impunidad.
La madrugada del pasado viernes, Christian fue detenido por agentes policíacos, como presunto autor de extorsión agravada.
Hoy, los presuntos extorsionados deberán presentar pruebas y el miércoles será la audiencia para determinar si lo vinculan a proceso.
La buena estrella parece eclipsarse y el barco municipal comienza a hacer agua.
Varias dudas flotan en el ambiente:
¿El detenido irá a cantar, para señalar a sus altos jefes que le imponían las cuotas?
¿Sellará su boca para no exhibir a los peces gordos del próspero negocio, con la promesa de que pronto será liberado mediante tráfico de influencias?
¿Se resignará a estar en la sombra mientras pasa la tempestad y sus jefes negocian el asunto en altas esferas del gobierno estatal?
La corrupción, que involucra a un "moreno" de nuevo cuño que sueña con ser candidato a la presidencia municipal.