04/09/2025
TUXTLA
Carrera por Diego
* El niño de nueve años busca juntar fondos para costearse el trasplante de médula ósea que requiere
Tiene nueve años, cuando crezca quiere ser un científico que encuentre la cura sin dolor del cáncer, pero hoy está aquí en un espacio deportivo anunciando y presentando, junto con su madre, una Carrera con causa, su causa, para juntar un fondo y pueda costearse el trasplante de médula ósea que requiere.
Se llama Diego Maximiliano Cruz Yáñez, tiene una voz clara y de buen timbre, y dice que tras un proceso que inició desde que le detectaron leucemia mieloblástica aguda m2, lo que sigue es el turno de encontrar un donante que apruebe, porque han habido varios pero ninguno ha pasado el examen.
Hay uno y se espera que el 22 de septiembre se defina si puede o no donarle a Diego Maximiliano, seis días antes de que en Tuxtla Gutiérrez, en el Parque Recreativo Caña Hueca, se corra la Carrera con causa “Corremos por Diego”. Las personas que deseen sumarse a la carrera tienen hasta el 20 de septiembre para inscribirse.
Animado, Diego expresa que espera encontrarse con sus amigos ese día de la carrera de 5 kilómetros, a quienes esta mañana, tras una rueda de prensa junto con su madre Georgina Yáñez en el Parque “Las Canchitas”, en el lado norte poniente de la ciudad, les dedica un mensaje de siempre mirar hacia adelante y jamás rendirse.
“Espero a mis amigos en la carrera”, suelta primero, y continúa: la persona que esté viendo esto, en televisión, teléfono, cualquier tipo de dispositivo, que le echen ganas, que nunca se vayan para atrás; atrás es falsas esperanzas porque tú piensas que te estás librando de todo; hay que seguir adelante, nunca mirar atrás, porque si miras atrás te estás diciendo que te vas a rendir, pero esa no es la clave, hay que seguir adelante, seguir con las cosas que te hagan alegre y nunca rendirse, nunca”.
A Diego Maximiliano le gusta la ciencia y la química, le gusta ordenar bloques de lego, también le gusta jugar al ajedrez; en la escuela, donde estaba cursando el cuarto año de primaria, jugaba al futbol con sus compañeros, pero en algún lugar leyó que estando enfermo ahora no debe jugar; y con quien más convivía es con su amigo Juan.
Y ahora, mientras espera la oportunidad de que se le haga el trasplante de médula ósea, sus amigos y compañeros de escuela le envían cartas, le graban breves videos para enviarle saludos y darle más ánimos.
–La lucha ha sido muy difícil, todo ha sido fuerte, desde el diagnóstico, estuvimos dando vueltas pediatra con pediatra hasta que hubo uno que nos dijo vayan a hacerle un examen más profundo de sangre, y cuando lo vio dijo vayan directo al Hospital Pediátrico en donde le van a hacer más estudios y le van a confirmar qué es lo que tiene su niño –dice la madre.
–Cada mes viajo a la ciudad de México para mi tratamiento –afirma Diego.
Y continúa su madre: En el Hospital Pediátrico estuvo una semana, le hicieron estudios de intestino, del corazón, del pulmón, corazón, cerebro; le hicieron una punción lumbar que mandaron a la CDMX y ahí fue donde nos confirmaron que tenía leucemia mieloblástica aguda m2. Empezó en septiembre, los síntomas, y en octubre fue que nos confirmaron. Los doctores nos dicen que sólo con el trasplante de la médula ósea tendrá una calidad de vida más normal.
La meta con la Carrera con causa que se realizará el 28 de septiembre a las 8 de la mañana, es mínimo alcanzar a juntar los 300 mil pesos que serían exclusivamente para pagar el trasplante de médula, y esto debe ocurrir lo más pronto posible, porque apenas se tenga el recurso “nos vamos; en México no hemos encontrado donante, tenemos que ir al extranjero, a Estados Unidos, España y para nosotros eso es incosteable, para eso estamos pidiendo el apoyo. Todo lo hemos vendido; estamos dando todo por mi hijo, nos estamos desprendiendo completamente de todo”.
De los tres hijos de la familia, Diego es el mayor, le sigue otro niño de siete años, de nombre Francisco, quien quería donarle pero no aprobó. “Quería ser el héroe de su hermano, pero no pasó el examen. También nos hicieron análisis al papá y a mí, tampoco”, afirma la mamá.
Georgina Yáñez cuenta que son de Tuxtla Gutiérrez, pero se tuvieron que ir a vivir al estado de Veracruz, porque allá está el médico que trata a Diego. “Su proceso ha sido favorable gracias al cuidado que le hemos dado y al tratamiento que le han dado los médicos”.
Y acorde con el mensaje que ha enviado a sus amigos, a las personas, de siempre seguir hacia adelante y no mirar hacia atrás, él, Diego, tiene deseos de llegar a ser científico, un científico que en la tierra encuentre algo nuevo que permita curar al cáncer, sin dolor.