El Psicólogo Católico

El Psicólogo Católico Bienvenido a este espacio donde la psicología y la fe se complementan.

Estudiante de último año de Psicología, con estudios en filosofía y teología, investigador clínico y creador del método MIRC: Método de Intervención Clínico Realista.

Muchas personas confunden la ansiedad afectiva con amor profundo, pero no todo lo que duele proviene del amor. A veces, ...
08/08/2025

Muchas personas confunden la ansiedad afectiva con amor profundo, pero no todo lo que duele proviene del amor. A veces, esa angustia constante por perder a alguien no tiene su raíz en la relación presente, sino en la historia pasada. Un niño que creció sin consuelo, que fue dejado solo emocionalmente, o que recibió afecto inestable, puede cargar con la sensación de que todo lo bueno es frágil, momentáneo o condicionado. Al crecer, esa herida se activa en las relaciones de pareja, provocando miedo, dependencia o hipervigilancia. Sanar no es simplemente “relajarse” o “pensar positivo”; es reconocer la herida, abrazarla en Dios y permitirle enseñarte que el amor verdadero no se gana ni se mendiga: se recibe con paz.

Esto va a ser interesante...
08/08/2025

Esto va a ser interesante...

08/08/2025

Dormir juntos, tomar decisiones económicas juntos, comportarse como si ya fueran “una sola carne” cuando apenas están conociéndose… eso no es madurez, es desorden. El noviazgo no es ensayo del matrimonio, es tiempo de discernimiento. Si adelantas actos y decisiones que corresponden al matrimonio, no sólo te confundes tú, también confundes al otro. Además, si se rompen, la ruptura será mucho más dolorosa y traumática, porque ya habían entrelazado vidas que aún no estaban listas para unirse del todo. Cada cosa en su momento. No corras más de lo que el alma puede sostener. No juegues con lo sagrado. Porque lo que se precipita, se rompe.

Las heridas emocionales que se sufren en la infancia no desaparecen con el paso del tiempo; se esconden, se camuflan, y ...
08/08/2025

Las heridas emocionales que se sufren en la infancia no desaparecen con el paso del tiempo; se esconden, se camuflan, y a menudo resurgen en las relaciones más importantes de la vida adulta. Quien fue abandonado, despreciado o ignorado, muchas veces ama con ansiedad, sospecha o necesidad de controlar. Pero no está condenado a repetir la herida. Dios, que es Padre y sanador, puede entrar justo donde nadie más pudo. Su amor no es teórico: es capaz de reconstruir una estructura afectiva quebrada, de dar sentido al dolor, y de enseñar al alma lo que nunca aprendió. Cuando el amor humano hiere, solo el Amor divino puede restaurar. Y cuando se deja entrar, todo lo roto encuentra nueva forma.

Quien verdaderamente te ama, no quiere que dependas de él… quiere que sanes en Dios.No solo pasa en las relaciones de pa...
08/08/2025

Quien verdaderamente te ama, no quiere que dependas de él… quiere que sanes en Dios.

No solo pasa en las relaciones de pareja. También puede suceder con un padre, una madre, un terapeuta, un guía espiritual, un amigo… Cuando una persona tiene poder emocional sobre otra, puede usarlo para bien o para mal: puede acompañar su proceso hacia la libertad, o puede alimentarse de su fragilidad para sentirse necesario.

Pero el amor verdadero nunca busca que otro dependa de él. Porque quien ama de verdad no quiere que te aferres a su presencia, sino que te ancles en Dios. No quiere volverse indispensable, sino ayudarte a caminar hacia tu madurez. No se siente amenazado por tu crecimiento, lo celebra.

Los vínculos sanos no absorben, no atan, no manipulan, no crean dependencia emocional. Acompañan, sostienen, respetan, impulsan. Saben cuándo estar y cuándo hacerse a un lado. Saben cuándo hablar y cuándo callar. Y, sobre todo, saben que la verdadera sanación no está en una persona, sino en Cristo.

Un padre que ama no cría hijos dependientes, sino fuertes y libres. Un terapeuta que te aprecia y respeta no busca generar adicción o dependencia emocional, sino madurez y autonomía. Un guía espiritual que ama no reemplaza la voz de Dios, sino que enseña a escucharla.

Y en el amor de pareja pasa igual: el corazón no fue hecho para aferrarse a otro ser humano como si fuera su salvador. Solo en Dios hay plenitud. Todo lo demás, acompaña el camino, pero no lo sustituye.

Quien te ama en Dios, te ayuda a caminar hacia Él, no hacia sí mismo.

08/08/2025

Asistir a misa en pareja no es un acto romántico, es una decisión espiritual. Es reconocer que la relación no es de dos, sino de tres: tú, tu pareja y Dios. Si no pueden compartir juntos la Eucaristía, que es la fuente y culmen de la vida cristiana, entonces su relación está coja. Y si uno no tiene interés, no se esfuerza, no cree o simplemente se aburre, es señal de que no comparten el mismo rumbo. Aprender a caminar juntos hacia el altar de Cristo es más importante que caminar juntos hacia el altar del matrimonio. Porque quien no sabe amar a Dios contigo, difícilmente sabrá amar tu alma cuando las pruebas lleguen.

Cuando una persona desarrolla un apego inseguro —ya sea ansioso, evitativo o ambivalente— no significa que esté condenad...
08/08/2025

Cuando una persona desarrolla un apego inseguro —ya sea ansioso, evitativo o ambivalente— no significa que esté condenada a relaciones rotas. Significa que su alma aprendió a protegerse como pudo ante la ausencia de amor estable en la infancia. No se trata de culpar, sino de comprender. No de resignarse, sino de sanar. Dios no te castiga con un corazón que teme amar; te invita a sanarlo desde dentro, con la verdad que libera, la paciencia que reeduca y un amor que no esclaviza, sino que ordena. La terapia, la fe, y el ejercicio de la virtud pueden reconfigurar lo aprendido. Y cuando el alma se abre a este proceso, el apego inseguro deja de dominar, y empieza la libertad.

08/08/2025

Tu novia o tu novio no es “tuyo”. No es una posesión, ni un objeto emocional, ni un seguro contra la soledad. Es un alma amada por Dios, que te fue confiada para que la ayudes a llegar al cielo. Y ese es un encargo sagrado. Quien cree que amar es controlar, celar, exigir o manipular… no ha entendido nada. El verdadero amor no se basa en la posesión, sino en la custodia. En respetar la libertad del otro, en ayudarle a crecer, en corregir con amor y no con presión. No estás ahí para absorber ni para ser absorbido. Estás ahí para servir, para guiar, para ofrecer. Cuida ese corazón como lo haría Cristo: con respeto, con paciencia, con ternura y con verdad.

08/08/2025

La masculinidad bien vivida no es dominio, es elevación. No está para imponerse sobre la mujer, sino para acompañarla con firmeza hacia su plenitud. El varón que ama bien no compite con la mujer, ni la controla, ni la rebaja. La valora, la guía, la protege. No como débil, sino como preciosa. Su fuerza no es para oprimir, sino para sostener. Su liderazgo no es autoritario, es sacrificado. Y su amor no se basa en conveniencia, sino en entrega. Un hombre que eleva a la mujer es aquel que la ayuda a ser santa, no a caer. Que la ayuda a amarse, no a confundirse. Que la mira con pureza, la escucha con respeto y la conduce con la luz de la fe.

08/08/2025

Las emociones son buenas, pero no suficientes para construir un noviazgo sólido. Si tomas decisiones sólo con el corazón, terminarás metido en relaciones que te ciegan, te atan y te hieren. Dios no te dio inteligencia para que la ignores cuando te enamoras. El verdadero amor también piensa, evalúa, discierne. No es frialdad, es prudencia. Cuando algo no te da paz, cuando algo te incomoda en la relación, no lo justifiques con frases como “es que lo amo” o “es que nadie es perfecto”. Pide luz al Espíritu Santo. El amor cristiano necesita emoción, sí, pero también razón iluminada por la fe. Porque no todo lo que se siente bien te conviene.

07/08/2025

Una vela encendida sin base firme terminará cayendo, quemando lo que esté alrededor. Así pasa con los amores sin compromiso. Emociones intensas, promesas vacías, muchos “te amo” pero ninguna decisión clara. El noviazgo maduro exige compromiso, no necesariamente en tiempo inmediato, pero sí en intención y dirección. Si solo están “fluyendo”, “viendo qué pasa”, o evadiendo hablar del futuro, esa llama va a apagarse. El amor sin dirección se enfría, se desgasta, se apaga. En cambio, cuando hay un compromiso, aunque pequeño, el amor tiene raíces. No se trata de prometer eternidad al segundo mes, sino de caminar con claridad, sabiendo que el amor sin base no dura.

07/08/2025

Quien presiona no ama, usa. El amor verdadero sabe que cada alma necesita tiempo, madurez, formación. No exige, no chantajea, no manipula. Espera con confianza porque sabe que lo bueno tarda y que lo valioso no se arranca, se acoge. Si uno quiere avanzar más rápido que el otro, tiene que aprender a detenerse. El amor que no sabe esperar, se desespera y se destruye. Pero el que espera con fe, crece. Si tu pareja te pide esperar, en lo físico, en lo emocional, en lo espiritual… y tú decides quedarte, estás amando de verdad. Porque el amor puro no busca su propio interés, sino el bien eterno del otro. Y eso siempre vale la espera.

Dirección

Comisaria Taníl
Umán
97390

Página web

Notificaciones

Sé el primero en enterarse y déjanos enviarle un correo electrónico cuando El Psicólogo Católico publique noticias y promociones. Su dirección de correo electrónico no se utilizará para ningún otro fin, y puede darse de baja en cualquier momento.

Compartir

Categoría