El Psicólogo Católico

El Psicólogo Católico Bienvenido a este espacio donde la psicología y la fe se complementan.

Estudiante de último año de Psicología, con estudios en filosofía y teología, investigador clínico y creador del método MICR: Método de Intervención Clínico Realista.

La formación moral no se transmite solo con palabras, sino con coherencia. Los hijos observan más de lo que escuchan, y ...
29/10/2025

La formación moral no se transmite solo con palabras, sino con coherencia. Los hijos observan más de lo que escuchan, y su cerebro emocional imita conductas antes que razonamientos. Un padre que predica paciencia pero vive irritado contradice su enseñanza. El ejemplo cotidiano tiene fuerza educativa porque comunica autenticidad. La congruencia entre lo que se dice y lo que se hace forma la base de la confianza. El silencio ejemplar convence más que mil consejos sin testimonio.

La gratitud refuerza el vínculo matrimonial porque reconoce el valor del otro y reduce la percepción de injusticia. Cuan...
29/10/2025

La gratitud refuerza el vínculo matrimonial porque reconoce el valor del otro y reduce la percepción de injusticia. Cuando los cónyuges dejan de agradecer, se instala la rutina emocional y el resentimiento. Agradecer no es adular, sino reconocer gestos, esfuerzos y presencias. Un “gracias” sincero devuelve dignidad al otro y renueva la conexión afectiva. La falta de gratitud seca los afectos; su práctica constante es un antídoto contra la indiferencia y la distancia emocional.

La autoridad equilibrada nace del respeto, no del miedo. Cuando un padre ejerce autoridad sin afecto, genera sumisión o ...
29/10/2025

La autoridad equilibrada nace del respeto, no del miedo. Cuando un padre ejerce autoridad sin afecto, genera sumisión o rebeldía; cuando ama sin firmeza, produce inseguridad. La combinación sana es el liderazgo afectivo: límites claros expresados con ternura. Los hijos necesitan normas para sentirse seguros, pero también calidez para confiar. La autoridad verdadera no controla, orienta. En ese equilibrio se construye una paternidad que educa sin herir y corrige sin humillar.

29/10/2025
Las peleas entre hermanos enseñan la primera lección de caridad: amar a quien nos conoce demasiado. Perdonar a un herman...
29/10/2025

Las peleas entre hermanos enseñan la primera lección de caridad: amar a quien nos conoce demasiado. Perdonar a un hermano implica reconocer la propia soberbia, aceptar la diferencia y elegir la paz. En ese gesto se forma el corazón capaz de amar al mundo. Los hermanos que se reconcilian vencen el orgullo más antiguo del hombre. Dios usa esas pequeñas guerras familiares para enseñar a perdonar como Él perdona. La fraternidad no es perfecta, pero es santa cuando se perdona de verdad. En el hogar, el perdón cotidiano entre hermanos construye la sociedad del mañana.

Amar no basta si no se escucha. Muchas familias viven con cariño, pero sin comunicación. Los miembros se interrumpen, se...
29/10/2025

Amar no basta si no se escucha. Muchas familias viven con cariño, pero sin comunicación. Los miembros se interrumpen, se malinterpretan, o se esconden detrás de rutinas que sustituyen el diálogo. Escuchar es un acto de amor profundo: significa darle al otro el derecho de existir en nuestra atención. Cuando un hijo, una esposa o un padre se siente escuchado, recupera el ánimo. Las palabras son alimento emocional. El amor que no escucha termina agotándose, como una planta sin agua. Escuchar sin juzgar puede ser el gesto más sanador dentro de una familia herida o cansada.

Ningún matrimonio se sostiene solo con reglas. El respeto mutuo se construye con paciencia, con miradas que no hieren y ...
28/10/2025

Ningún matrimonio se sostiene solo con reglas. El respeto mutuo se construye con paciencia, con miradas que no hieren y palabras que no rebajan. Cada día ofrece pequeñas pruebas: una diferencia de opinión, una impaciencia, una herida del pasado. En cada una se juega la dignidad del amor. La ternura, lejos de ser debilidad, es el escudo del respeto. Los esposos que saben hablarse con prudencia, aunque estén en desacuerdo, muestran madurez y dominio de sí. El respeto no exige sumisión, sino reverencia hacia el misterio del otro, hacia su alma que también busca a Dios.

El corazón de un hijo no exige perfección, sino verdad. Los hijos aprenden que equivocarse no destruye, pero mentir o fi...
28/10/2025

El corazón de un hijo no exige perfección, sino verdad. Los hijos aprenden que equivocarse no destruye, pero mentir o fingir sí. La autoridad no se debilita con el perdón, se dignifica. Un “perdóname” de un padre cura heridas que años de terapia apenas logran tocar. Educar no es parecer fuerte, sino mostrar cómo se levanta un adulto cuando cae.

Las discusiones no destruyen tanto como la indiferencia. Lo que rompe a las familias es el desinterés progresivo, la aus...
28/10/2025

Las discusiones no destruyen tanto como la indiferencia. Lo que rompe a las familias es el desinterés progresivo, la ausencia emocional, el ya no hablarse. El amor no muere por un enojo, sino por el descuido repetido. Cuando los esposos o los hijos dejan de buscarse, el vínculo se seca. La reconciliación siempre empieza con una pregunta simple: “¿cómo estás?”. Hablar sana más que callar. En un hogar donde todavía hay diálogo, hay esperanza. El silencio puede ser espacio de paz o de distancia; el amor decide cuál será. Buscar al otro siempre reaviva lo que parecía mu**to.

El perdón entre familiares cuesta tanto porque no se trata de desconocidos, sino de quienes más amamos. Las heridas domé...
28/10/2025

El perdón entre familiares cuesta tanto porque no se trata de desconocidos, sino de quienes más amamos. Las heridas domésticas se reabren con facilidad porque el recuerdo convive con nosotros. Sin embargo, el perdón familiar tiene un poder sanador único: no borra la historia, la transforma. Perdonar no es justificar, sino liberar el alma del rencor que la enferma. Cuando se perdona dentro de casa, el hogar se convierte en templo. El amor que sabe perdonar se hace maduro, casto y fuerte. Dios actúa con más fuerza en la familia que elige perdonar antes que vengarse.

Discutir no es malo; lo malo es convertir la diferencia en campo de batalla. Los conflictos en familia son inevitables, ...
28/10/2025

Discutir no es malo; lo malo es convertir la diferencia en campo de batalla. Los conflictos en familia son inevitables, pero pueden ser una oportunidad de crecimiento. Dialogar sin herir implica escuchar de verdad, sin preparar una respuesta mientras el otro habla. Significa buscar la verdad juntos, no la victoria individual. Los hogares que aprenden a discutir con respeto se fortalecen, porque cada desacuerdo bien resuelto se convierte en cimiento de confianza. La convivencia madura no elimina el conflicto, lo redime. Amar no es evitar tensiones, sino atravesarlas sin perder la dignidad ni la ternura del corazón.

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