
04/09/2025
El otro día le pregunté a mi madre,
después de casi 60 años de matrimonio:
“¿Mamá… todavía estás enamorada de papá?”
Me miró en silencio, con esa cara de “¿cómo te explico algo que solo se entiende con los años?”
No dijo nada. Solo sonrió.
Pero cuando llegué a casa,
vi que me había escrito esto:
"A veces me preguntas si aún lo amo… y sonrío. No porque tu pregunta sea tonta, sino porque el amor, después de tanto tiempo,
ya no se parece a lo que crees."
No es mariposas.
No es fuegos artificiales.
Es raíz. Es una certeza tranquila que sostiene, no una emoción que sacude. Ya no me acelera el corazón, pero me calma el alma.
No me hace temblar las manos,
pero me da la fuerza de levantarme cada día. No hay sorpresas,
pero hay rituales.
El café a la misma hora.
Las discusiones eternas sobre cómo colgar las toallas.
El modo en que se acerca en silencio y me cubre cuando estornudo. Ya no espero flores ni cartas. Espero que me escuche cuando me duele la espalda.
Que me abrace cuando me rompo.
Que me entienda cuando ni yo puedo conmigo. Y él lo hace.
Sin ruidos. Sin promesas de película. Simplemente… está.
Amar después de media vida juntos es como tener un idioma secreto. Una forma de mirarse
que solo existe cuando has compartido el mismo dolor,
el mismo cansancio… Y las mismas ganas de seguir, a pesar de todo.
Así que sí, todavía estoy enamorada. Pero no de la emoción del inicio, sino de todo lo que construimos con el tiempo.
Estoy enamorada de la paz que me da saber que, incluso en la tormenta… El sigue siendo mi refugio. 🕊️