14/03/2025
Un $ino en el Cuartel Militar: Coronel Miguel Ángel Ramírez Canchola regresa a Nuevo Laredo con un historial sangriento
Nuevo Laredo, Tamaulipas, a 14 de marzo de 2025.— El coronel Miguel Ángel Ramírez Canchola, ligado al exgobernador panista Francisco Javier García Cabeza de Vaca y al Cártel del Golfo (CDG), quien regresó a Nuevo Laredo como comandante interino de la Guarnición Militar. Su llegada en octubre de 2024, tras un pasado turbio en Reynosa y una primera etapa en esta ciudad (2020-2021), desató temores entre militares y civiles. Sus compañeros de armas lo señalan como un $ino que no deja testigos, fama que arrastra desde sus operaciones en la Octava Zona Militar.
En Reynosa, Ramírez Canchola, entonces bajo órdenes directas de Cabeza de Vaca y no de la , protegió a integrantes del CDG, según denuncias de militares y fuentes anónimas en redes sociales. Su traslado a Nuevo Laredo en 2020, impuesto por el prófugo exgobernador, marcó el inicio de una ola de terror: ejecuciones extrajudiciales como la de 12 personas en la Carretera al Aeropuerto y cinco civiles en la colonia Nueva Era.
“Obedece al poder político, no a la cadena de mando”, advirtió un militar en 2020, previendo el caos que se desató. En las cinco ejecuciones extrajudiciales, militares dieron a conocer por medio de un video, que se trato de una venganza del coronel Ramírez Canchola y filtraron audios donde se le escucha dar las ordenes.
Apenas asumió el mando en 2020, sus subordinados alertaron sobre su estilo violento. “Pidió Gafes y fuerzas especiales; viene a cazar, no a pacificar”, dijo un elemento anónimo entonces. Los hechos lo confirmaron: desapariciones, balaceras y as*****tos, como el de un joven en la avenida César López de Lara días tras su llegada, sembraron el miedo. Organizaciones de derechos humanos lo acusan de desoír las políticas de López Obrador contra el uso excesivo de la fuerza.
Su retorno en 2024 reavivó la pesadilla. Nuevos crímenes bajo su mando incluyen el as*****to de la enfermera Yuricie Rivera Elizalde, la niña Lidia Iris Fuentes y un joven en Palmares, además de una balacera cerca del supermercado Smart Campeche. La Fiscalía General de la República (FGR) mantiene abiertas carpetas de investigación por ejecuciones extrajudiciales, pero Ramírez sigue intocado, respaldado por una carrera que incluye condecoraciones como la Legión de Honor.
Militares que sirvieron con él en Reynosa y Nuevo Laredo lo describen como un oficial que opera al margen de la Sedena cuando le conviene. “En Tamaulipas mandaba Cabeza de Vaca, y él era su brazo armado; el CDG lo sabía y lo usaba”, afirmó una fuente castrense. Audios filtrados lo implican en órdenes directas de “dar piso” a sospechosos, reforzando su reputación de no dejar cabos sueltos en operativos.
A la fecha Ramírez Canchola sigue al mando, mientras la violencia escala y las investigaciones avanzan lentamente. Su caso expone las fisuras en el uso del Ejército para la seguridad pública y plantea preguntas sobre la impunidad de oficiales con nexos políticos y criminales. Nuevo Laredo, bajo su sombra, teme un nuevo capítulo de sangre y silencio.