12/11/2024
Martín, hijo de militar romano, nació en Hungría hacia el año 316. Se cuenta que, cabalgando envuelto en su amplio manto de guardia imperial, encontró a un pobre que tiritaba de frío, con gesto generoso cortó su manto y le dio la mitad al pobre. Por la noche, en sueños, vio a Jesús envuelto en la mitad de su manto, sonriéndole agradecido.
La caridad no pelea con la justicia. Martín cortó su capa por la mitad, porque el imperio le daba el uniforme obligando a cada soldado a pagar por la mitad, de esa cuenta, la mitad le pertenecía. Cuando Martín dio la mitad de su capa a aquel indigente, dio todo de sí.
A los 18 años recibe el bautismo y tras un período de eremita, funda el monasterio de Ligugé y el de Marmoutier. Posteriormente fue elegido obispo de Tours, donde revolucionó la diócesis, fundando parroquias en cada pueblo que visitaba, durante sus 27 años de vida episcopal dedicándose especialmente a los pobres y necesitados.
A su muerte, muchos oraban junto a la media capa que había dejado Martín, por lo que pronto se le llamó Capilla, al recinto para la oración.
San Martín de Tours, enséñanos a ver a Jesús en el que sufre y movidos por el mismo amor que te inspiró, sirvamos a Jesús en el prójimo. Con tu espada, corta de tajo todo aquello que nos ata y permítenos producir recursos suficientes para compartir.
