19/05/2025
🥊LA VIDA DIFÍCIL DEL ENTRENADOR DE BOXEO.
Ser entrenador de Boxeo es mucho más que enseñar golpes o preparar peleas.
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Es cargar con sueños ajenos, con frustraciones, con miedos y también con derrotas que no son tuyas, pero que sientes como propias.
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La vida de un entrenador es dura porque:
• Hay pocos reconocimientos. Cuando un boxeador gana, el APLAUSO es para él y le salen cantidades de amigos.
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Cuando pierde la derrota es huérfana, la CULPA cae sobre el entrenador.
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Es un trabajo de todos los días.
No hay vacaciones reales.
Siempre hay un boxeador que necesita una palabra, un plan, una esquina.
Y para rematar no quieren pagar un salario.
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Se entrena para la pelea… pero también para la vida.
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Un entrenador no solo enseña técnicas:
forma carácter, disciplina y valores.
A veces se convierte en figuras paternas, en psicólogo, en amigo y hasta en consejero de vida.
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Se vive al borde de la incertidumbre. No hay un salario seguro.
Se gana cuando el Boxeador pelea, Se pierde cuando no hay peleas o cuando el boxeador decide cambiar de esquina.
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La paciencia es infinita. Muchos no valoran el trabajo, otros abandonan en el camino, otros no cumplen su potencial.
Y aun así, el entrenador debe seguir creyendo en los que vienen detrás.
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Pero a pesar de todo, hay una recompensa invisible:
Ver cómo un joven que llegó sin rumbo se convierte en campeón.
O mejor aún: en una mejor persona gracias al Boxeo. Esa satisfacción, aunque nadie la vea, es la que mantiene vivo el corazón del entrenador
