10/07/2025
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EL VIENTO Y LA PIEDRA: DUALIDAD, SUFRIMIENTO Y MEMORIA
Por:
Cortez Guevara Anshela; Dany Fernando Portal Amambal, Zambrano Chilón Danna Yesenia
“El viento lo transforma todo, pero la piedra lo recuerda” (Cabrera, 2017, p. 45). Esta frase resume con precisión la esencia simbólica del poemario El viento y la piedra, del escritor cajamarquino Carlos Ernesto Cabrera Miranda. Publicado en 2017 y premiado por la Editorial Praxis, este libro poético destaca por su lenguaje sencillo y profundo, con el que el autor transforma la tradición andina en una reflexión universal sobre el alma humana. A lo largo de sus páginas, Cabrera contrapone dos símbolos vitales: el viento, que representa lo efímero y libre; y la piedra, que encarna lo eterno, lo que duele y lo que permanece. Desde esta perspectiva, se puede afirmar que es una obra que expresa con intensidad la dualidad entre cambio y permanencia, el sufrimiento existencial y la conexión con la memoria y lo ancestral.
Uno de los ejes más potentes en esta obra es la representación de la dualidad entre lo cambio y permanencia. En el verso “La piedra es un modo de espacio, el viento es un modo de tiempo, el viento es el instinto, la piedra es el pecado” (Cabrera, 2017, p. 40), se evidencia cómo el ser humano oscila entre lo pasajero del deseo y la permanencia de sus consecuencias. El viento representa lo impulsivo, lo que viene y va; mientras que la piedra simboliza aquello que permanece en el tiempo, como la culpa, la memoria o la marca de nuestros actos. Cabrera no plantea esta dualidad como una oposición absoluta, sino como una coexistencia inevitable: somos seres en tránsito, pero también cargamos con lo que no se borra. Así, el poema invita a reconocer que lo eterno y lo fugaz conviven en nosotros, y que nuestra identidad se construye precisamente en ese punto de encuentro.
Asimismo, la obra profundiza en el sufrimiento humano desde una dimensión introspectiva. En el verso “Corro, huyo de la mente, el viento como un lazo arrojado a la neurona, la duda, la penuria, atrapa el cerebro” (Cabrera, 2017, p. 53), se muestra el pensamiento como un campo de batalla interno. El viento, esta vez, deja de ser símbolo de libertad para convertirse en una fuerza que inquieta y encierra. Esta imagen es poderosa porque retrata el dolor emocional desde lo invisible y mental. El autor recuerda que el sufrimiento no siempre es evidente, pero sí profundo. Esta visión puede dialogar con lo que César Vallejo expresa en Los heraldos negros al decir: “Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!” (Vallejo, 1918-1919) , donde el poeta también transmite un dolor inexplicable que desborda las palabras. Tanto Vallejo como Cabrera coinciden en presentar el sufrimiento existencial como una experiencia interior y silenciosa, que atraviesa al ser humano desde lo más íntimo. Por eso, la poesía se convierte en espacio de consuelo y de expresión para lo que no se puede decir con palabras simple.
Por otro lado, la obra sostiene con firmeza la importancia de la memoria colectiva y la raíz cultural. En el verso “La piedra recuerda el canto de los abuelos; el viento lo repite en secreto” (Cabrera, 2017, p. 64), la identidad andina se revela como una fuerza que perdura, aunque a veces pase desapercibida. La piedra simboliza esa historia que no se borra, y el viento, la transmisión sutil de esa sabiduría ancestral. Esta visión dialoga con lo expresado por José María Arguedas en su poema “El canto kechwa” (Arguedas, 1972), donde dice: “entre piedras que no hablan, pero que escuchan”, sugiriendo también que la naturaleza andina guarda la memoria de los pueblos. Tanto Arguedas como Cabrera convierten el paisaje en un archivo vivo de la cultura, donde la tierra no es muda ni pasiva, sino una presencia activa que acompaña y recuerda. En un mundo moderno que muchas veces olvida sus raíces, esta poesía actúa como resistencia: como un recordatorio de que el pasado vive en nosotros y que volver a lo esencial es también volver a quienes fuimos.
En conclusión, El viento y la piedra es una obra que dialoga con lo más profundo del ser humano: la dualidad entre deseo y carga, la presencia del sufrimiento silencioso y la memoria que forma nuestra identidad. Cabrera no ofrece respuestas fáciles; al contrario, invita a mirar hacia adentro y hacia atrás, a escuchar el viento de lo que anhelamos y a respetar la piedra de lo que somos. Con un lenguaje sencillo pero cargado de símbolos, el autor construye una poesía que no solo emociona, sino que también piensa y resiste. En un mundo donde lo superficial parece ganar terreno, su voz poética nos recuerda que somos, inevitablemente, viento que busca y piedra que recuerda.
Referencias
Arguedas, J. M. (1972). Poemario "Tukutuku Pukllaynin". Lima: Horizonte .
CABRERA, C. E. (2017). Poemario el viento y la piedra. México: 2da ediciòn Praxis.
Vallejo, C. (1918-1919). Los heraldos negros . Lima, Perú.