08/09/2025
👉Con fósforo y gasolina esperan a delincuentes:
RONDEROS DE CAJAMARCA DECLARAN LA GUERRA A DELINCUENTES.
Los ronderos de Cajamarca respondieron a la banda “Los Hijos de Dios” tras amenazas de represalias. La PNP analiza los videos difundidos y pericia las armas.
En Cajamarca, la paciencia se agotó. Tras meses de amenazas y hostigamientos contra comerciantes, transportistas y familias, las rondas campesinas decidieron enfrentar directamente a las mafias. Armados solo con látigos y binzas de cuero, los ronderos anunciaron que castigarán a los delincuentes con sanciones extremas.
“Aquí la guerra se ha declarado, no vamos a bajar la guardia”, advirtió , presidente de las rondas campesinas.
En sus patrullajes, hombres y mujeres recorren las calles de la ciudad y las trochas rurales. No llevan armas de fuego ni chalecos antibalas, pero su presencia genera confianza en la población.
El respaldo social es evidente: muchos prefieren acudir a las rondas antes que a las comisarías, alegando desconfianza en la justicia ordinaria.
¿Quiénes son “Los Hijos de Dios” y qué amenazas lanzaron?
La respuesta de los extorsionadores no tardó. Un video difundido en redes mostró a varios sujetos encapuchados y fuertemente armados, autodenominados “Los Hijos de Dios”. En el material, lanzaron una amenaza directa contra los campesinos: “Por cada uno que quemen, dejaremos tres de los suyos tirados”.
La Policía analiza si se trata de remanentes de la banda criminal del mismo nombre desarticulada en Lima a inicios del 2024.
Según el coronel PNP Edward Scott, jefe de la Divincri en Cajamarca, aún no está claro si es la misma organización o un grupo que intenta intimidar haciéndose pasar por ellos. Lo cierto es que el video muestra fusiles, pistolas y un discurso de guerra abierto.
¿Qué armas y métodos emplean los ronderos?
El contraste es evidente. Mientras los delincuentes exhiben fusiles automáticos, los ronderos sostienen látigos elaborados con cuero de toro. “Este es un arma mortal, con cinco u ocho pencazos la piel se revienta”, explicó uno de los dirigentes mostrando la binza.
Además, sus patrullajes incluyen sanciones rápidas contra quienes son sorprendidos en flagrancia. Jóvenes capturados robando celulares recibieron azotes públicos y pidieron perdón frente a la comunidad.
En otro caso, un ciudadano colombiano denunciado por extorsión terminó reconociendo su error y se comprometió a abandonar la ciudad.
Chuquilín lo resumió sin rodeos: “Nuestra consigna es atrapar a un extorsionador y quemarlo. No nos queda otra si queremos darle tranquilidad a nuestras familias”.
¿Cómo responde la población frente a esta disputa?
Los ataques extorsivos no son ajenos en Cajamarca. Comerciantes relataron cómo recibieron amenazas por WhatsApp. Una pollería fue blanco de mensajes intimidantes en los que exigían dinero bajo amenaza de muerte. Ante la falta de resultados de la policía, los dueños recurrieron a los ronderos para sentirse protegidos.
Vecinos aseguran que las rondas son más efectivas que las comisarías. Señalan que los centros ronderiles son el lugar preferido para sentar denuncias, porque allí las acciones son inmediatas y visibles.
“Aquí la gente sabe que si la policía hiciera su trabajo, no acudirían a nosotros. Pero perdieron credibilidad”, aseguró Chuquilín.
¿Qué dicen las autoridades sobre la violencia en Cajamarca?
La Policía Nacional reconoció que los videos de “Los Hijos de Dios” buscan generar zozobra. “Lo que buscan es intimidar mostrando sus armas, pero seguimos analizando la veracidad de esas imágenes”, indicó el coronel Scott.
Exdirectores de la PNP advierten que la situación en Cajamarca refleja una peligrosa expansión de bandas ligadas a la minería ilegal y al narcotráfico. Si bien aún no hay pruebas concluyentes, las conexiones entre extorsión, control territorial y economías ilegales son cada vez más frecuentes.
¿Qué futuro enfrenta Cajamarca ante esta guerra abierta?
La confrontación es desigual: delincuentes armados con fusiles frente a campesinos con látigos. Sin embargo, el respaldo popular da fuerza a los ronderos, que aseguran no rendirse. “Abajo la delincuencia, vivan las rondas campesinas”, corean en cada patrullaje nocturno.
El temor es que el conflicto escale. Los extorsionadores prometieron represalias sangrientas, mientras los ronderos insisten en sanciones drásticas.
En medio de la tensión, familias enteras viven entre la esperanza de una defensa comunal y el miedo a que la violencia aumente.
Lo cierto es que, por ahora, Cajamarca se ha convertido en escenario de una guerra abierta: la justicia comunal frente al crimen organizado.
Fuente: Domingo al Día