
12/07/2025
ESTE MAGNÍFICO POEMA ESTÁ DEDICADO A TODOS LOS QUE TIENEN 50 AÑOS Y MÁS, PERO
HOY ES UN TESORO PARA CADA UNO DE NOSOTROS.
He calculado mis años y me di cuenta de que me queda menos tiempo del que ya he vivido.
Me siento como un niño que recibió una bolsa de golosinas: disfruto un poco de las primeras, pero al notar que quedaban pocas comenzó a saborearlas más intensamente.
No tengo tiempo para perder con personas sin sentido, con quienes, a pesar de su edad, no han alcanzado la madurez.
Mi tiempo es demasiado valioso como para gastar energía en debates sin sentido, orgullo vano y superficialidad.
Busco lo fundamental, porque mi alma tiene prisa y ya no quedan muchos dulces en mi bolsa…
Deseo estar junto a personas genuinas, que saben reírse de sus errores, que no están llenas de orgullo por sus triunfos, que no escapan de sus responsabilidades.
Quiero caminar al lado de quienes defienden la dignidad humana, que creen en la verdad y en la honestidad.
Lo esencial: eso es lo que le da significado a la vida, lo que la hace hermosa y valiosa.
Anhelo rodearme de individuos que puedan tocar mi corazón, de aquellos que, a través de las adversidades de la vida, han suavizado su alma en lugar de endurecerla.
Sí, tengo prisa.
Tengo prisa por vivir con esa profundidad que solo la madurez puede ofrecer.
No deseo desperdiciar ni uno de los dulces que me quedan.
Sé que los que aún no he probado serán aún más sabrosos que los que ya he degustado.
Mi meta es llegar al final en paz, con un corazón sereno, rodeada de las personas que amo y en armonía con mi conciencia.
Se dice que tenemos dos vidas, y que la segunda comienza cuando nos percatamos de que solo tenemos una.
Ahora estoy en mi segunda vida.
Y ya no tengo tiempo para nada que no sea la felicidad.
-Créditos al Autor-