23/10/2025
CAYÓ COMO BUEN “MASHACURI”: PELEÓ POR SU EQUIPO, HOY SU MADRE PIDE COLABORACIÓN PARA SALVALE LA VIDA.
Se enfrentó como buen mashacuri contra el otro bando. Dice llamarse barrista, hincha fiel, guerrero de la camiseta. Lo balearon por valiente. Hoy está postrado en el hospital de Iquitos, entre tubos y vendas, y ni su propio bando se aparece por ahí. Su madre, una mujer humilde, pide colaboración para salvarle la vida. Esta es la penosa historia de un huevón.
En los últimos días, Iquitos ha vuelto a vivir el terror de los enfrentamientos entre supuestos barristas. Ya es costumbre que cada vez que juega la “U” o Alianza, un grupo de muchachos se crea soldado de guerra y salga con machete en mano y perdigoneras hechizas —esas mismas que pueden matar si disparan de cerca— a enfrentarse en plena calle.
Las escenas se repiten en los mismos puntos: avenida Participación, Túpac, Bagazán, Quiñones… lugares donde el miedo ya es parte del paisaje. En redes se viralizan videos donde unos idiotas, creyéndose dueños del honor futbolero, siguen colectivos, disparan, corren, gritan y se graban. Todo por una camiseta cuyos jugadores ni siquiera saben de su existencia, ni les interesa.
Hoy uno de ellos cayó. Luchó —según él— por su equipo. Le dieron un perdigonazo y ahora yace en una cama de hospital. Su madre, que a duras penas tiene para el almuerzo, pide ayuda para las medicinas de su hijo. Nadie la juzgue: madre es madre. Pero el muchacho sabía bien que en casa no sobra el pan, y aun así se fue a jugarse la vida por un “honor” que no le da de comer.
¿Dónde está su banda ahora? ¿Dónde están esos “comandos grones” o “trinchera norte” para que colaboren con su recuperación? Ninguno aparece. Todos desaparecen cuando hay que poner el pecho sin machete en la mano.
Y mientras tanto, el médico que podría estar salvando a un niño o a un anciano, tiene que atender a un huevón que se fue a pelear porque su marimba le dijo que era valiente.
Disculpen, pero si este barrista no logra salir del hospital, su historia debería servir de ejemplo. No de homenaje, sino de advertencia.
Porque al final, se fue a pelear por un equipo que ni sabe que existe… y murió por huevón.
Moraleja: El fútbol no mata. Lo que mata es la estupidez de creer que ser “barrista” te hace más hombre.
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Por: La La dama de Iquitos