
06/05/2025
La última vez que vi a mi papá… fue por una videollamada…
Yo querĂa correr al hospital. Abrazarlo. Sostenerle la mano como Ă©l lo hizo tantas veces cuando era niña.
Pero el COVID no perdonaba. No dejaron entrar a nadie.
Una enfermera —con el alma rota y la cara marcada por la mascarilla— me prestó su celular.
“Papá… estoy aquĂ. Aunque no pueda tocarte, te siento.”
Él apenas podĂa hablar, pero me mirĂł. LlorĂł. Y asintiĂł, como si me perdonara por no estar ahĂ.
Murió minutos después.
Y yo me quedé con el alma llena de palabras que no pudieron salir.