
30/06/2025
Cristiano Ronaldo le confesó uno de sus mayores miedos a su amigo Khabib.
En una charla sincera entre dos leyendas del deporte, Cristiano se abrió como pocas veces lo ha hecho. Dijo estar orgulloso de todo lo que ha construido, de cada trofeo, cada récord, cada cicatriz. Pero hay algo que no lo deja en paz… algo que le da miedo.
“El mundo en el que creció mi hijo no se parece en nada al mío”, le dijo.
Cristiano recordó cómo su hambre —literal y metafóricamente— lo empujó a ser el mejor. Cómo la necesidad fue su gasolina. Pero su hijo, Cristiano Jr., ha crecido entre lujos. Tiene talento, sí. Pero le falta lo que él llama el fuego sagrado.
“Hay días en los que tengo que pelear con él para que no coma frituras, chocolates o hamburguesas… O para que, después del entrenamiento, se meta al hielo para recuperarse. No le gusta. Se escapa.”
Cristiano teme que, en medio de tanta comodidad, su hijo olvide lo esencial: que la grandeza no se hereda. Se construye, con sacrificio. Con hambre. Con carácter.