05/09/2025
En Europa Tejer era un oficio de hombres.
Solo si pertenecías a un gremio podías tejer y vender tus prendas.
El gremio de tejedores (comerciales) fue mencionado por primera vez en París en 1268. Los gremios de tejedores surgieron en España y Países Bajos en el siglo XV. En Alemania, la primera evidencia de tejido comercial se puede encontrar en Nuremberg, donde a finales del siglo XVI se documentaron tejedores de pantalones y medias: después de que las medias se establecieran en la moda de la corte española en Europa a principios del siglo XVI, las medias Se hizo popular un artículo popular.
Durante la Alta y Baja Edad Media, el tejido se convirtió en un oficio reconocido. A principios del siglo XVI, los tejedores eran uno de los seis gremios artesanales más importantes de París. Este estatus probablemente se deba a la gran popularidad de los pantalones que se ajustaban lo más posible a la figura en la moda masculina de la época.
En los gremios y cofradías, el tejido era inicialmente un oficio masculino. Para convertirse en miembro del gremio de tejido a mano de Estrasburgo, era necesario un “período de formación” de tres años. Los candidatos también tuvieron que crear obras maestras para demostrar sus habilidades, entre ellas un sombrero, una chaqueta de lana, un par de guantes y un tapiz floral.
En la época victoriana, el acceso al gremio de tejedores para los hombres era a través de un sistema de apprenticeship (aprendizaje) y la participación en sociedades de artesanía o gremios profesionales que existían para la enseñanza y regulación de los oficios textiles, un camino establecido para controlar la calidad y el número de artesanos calificados, aunque la creciente popularidad del tejido como pasatiempo femenino comenzó a transformar la percepción del oficio.
Proceso para ingresar al gremio de tejedores (hombres):
1. Aprendizaje:
El camino más tradicional para un hombre que quería dedicarse al tejido era convertirse en aprendiz de un maestro tejedor experimentado.
2. Período de aprendizaje:
El aprendiz vivía y trabajaba con el maestro por un número determinado de años, aprendiendo el oficio y las técnicas de tejido.
3. Obra maestra y examen:
Una vez completado el período de aprendizaje, el aprendiz tenía que crear una "obra maestra" para demostrar sus habilidades y, a menudo, era evaluado por un gremio de tejedores para poder ser aceptado como oficial de pleno derecho.
4. Sociedades gremiales:
Estas sociedades eran fundamentales en el sistema gremial, pues se encargaban de mantener los estándares de calidad, regular los precios y, lo más importante, controlar el acceso al oficio.
5. Maestros artesanos:
Los maestros que habían pasado por el sistema gremial eran los únicos autorizados a formar aprendices y, por lo tanto, a mantener vivo el oficio.
Cambio en el tejido:
Mientras que en las épocas anteriores el tejido era predominantemente un oficio de hombres, el tejido en la era victoriana evolucionó.
A medida que el tejido se volvió más accesible para las mujeres y se popularizó como pasatiempo, la percepción del tejido cambió, pasando de ser una profesión exclusiva de hombres a una actividad más inclusiva.
Para los hombres, esto significó una mayor participación en la enseñanza y la regulación de los oficios textiles a través de sus gremios para mantener los altos estándares de calidad y el control del oficio.