11/11/2025
¿Periodismo o show barato?
✍️ Nestor Diaz
Una arista en debate es por qué el periodista deportivo se enfoca mayoritariamente en el fútbol. Y en esto me incluyo. Se le da cobertura porque este deporte atrae las masas a los estadios; los patrocinios son jugosos por la visibilidad de marcas que se propala en los medios. Es un modelo de negocio redondo, desde una productora, club, federación para su organización hasta para los que expenden “canchita” en la tarde de un encuentro
A estas alturas del año, cuando las ligas de fútbol sudamericanas languidecen y las europeas revientan en pétalos de sus primeras fechas, es necesario centrar el balón al área de los periodistas deportivos. Los que levantan la información desde el lugar de los hechos, para informar con veracidad, opinar con objetividad y entretener de manera pulcra. Con tales características que añoramos en nuestra época, ¡son pocos los profesionales que pueden levantar la mano y decir: «Soy uno de ellos»! Dos décadas atrás ya se vislumbraba en la televisión un giro hacia el show mediático y barato, hacia la comparsa como si se tratara de un circo de tres soles. Ahora, con la avalancha de las redes sociales, aparecen seudoperiodistas en tertulias sin un objetivo y menos aún sin una producción de calidad. Con tal de cobijar más vistas o likes, mienten en los titulares como: Bombazo en el Barça, Lo que no se vio, Vinicius no va más en el Madrid, El próximo mundial será en…, Este es el mejor gol de la Champions (y se muestra una promoción de menú con delivery incluido).
El periodismo en general ha perdido credibilidad, su razón de ser, lo cual sucede en todas las áreas. Sin embargo, el deportivo va camino a convertirse en farandulero y eso, si es que ya no está en ese nivel. Los stremmers que proliferan en cada click, se dedican a “parlar” de qué hizo tal deportista cuando llegó tarde al entrenamiento o cuando no lo llamaron para su cumpleaños; se zambullen en tertulias sin brindar información que valga la pena escucharlos y menos sacar alguna “pepa” del día. Eso acontece lamentablemente en todo el mundo, por la accesibilidad al internet y la libertad de prensa; pero no significa que abusemos de ello. Muchos no ejercen el periodismo como tal y cuentan con pantalla por todos los rincones, con solo grabarse a manera de selfie y vomitar sus efímeros “comentarios”.
En el otro lado de la cancha, se ubican los que se creen “sabelotodo”; disparan argumentos al principio creíbles contra algún actor de la noche. Pero cuando les toca ir a entrevistarlo, titubean frente al de terno o short, pulen las preguntas y giran de su lado a tal punto de pasarle la franela. En una columna de Jorge Barraza (uno de los mejores en redacción deportiva) zanjó otra falencia de los profesionales en el campo. En un encuentro importante, la televisión, radio o redes sociales dedican cerca de una hora para “analizar la previa”, desmenuzan las formaciones de ambos equipos, cómo podrían atacar o defender, si juegan con línea de cinco o tres, si el doble pivote sería importante para la visita.
Tanto rollo de los “Directores Técnicos” para que al final, al minuto de iniciado el match, se anote el primer gol y cambie lo planeado y rompa todo análisis previo. Los nuevos tiempos nos exigen mantenernos preparados, pero no somos expertos en tácticas; suficiente un brochazo de lo que puede acontecer; esto es fútbol u otro deporte, y los que inclinan la balanza son los jugadores, no los “debates”, menos las estadísticas.
Una arista en debate es por qué el periodista deportivo se enfoca mayoritariamente en el fútbol. Y en esto me incluyo. Se le da cobertura porque este deporte atrae las masas a los estadios; los patrocinios son jugosos por la visibilidad de marcas que se propala en los medios. Es un modelo de negocio redondo, desde una productora, club, federación para su organización hasta para los que expenden “canchita” en la tarde de un encuentro. Tal perspectiva por parte del periodista debería cambiar en algunos países y realizar cobertura completa de otros deportes tan importantes como el llamado deporte rey. El nombre de la disciplina no importa, sea basquetbol, natación, atletismo, remo u otra; lo sustancial es dar visibilidad, análisis, para de ese modo involucrar a toda la sociedad en las pantallas. La visión del periodista debería ser completa; así puede arribar a una nueva oportunidad, en un deporte, por ejemplo, de mucho potencial de crecimiento. Eso sí, sin show barato o farandulero.
Como lector, debes tener tus nombres de los respetados, connotados periodistas deportivos, que por suerte los hay aún. ¡Un brindis por ellos! ¡Centro al área y tú tienes el balón!