30/07/2025
Lamentable hecho.
💢 Una vez más, un hecho indignante pone en tela de juicio el accionar de miembros de la Policía Nacional del Perú. Esta vez, la denuncia viene de Tania Condori, madre de tres pequeños hijos, quien ha difundido una carta pública acusando a tres efectivos policiales —dos varones y una mujer— de agredir brutalmente a ella y a su esposo en plena vía pública en Oropesa, Cusco, delante de sus hijos. Lo más alarmante es la descripción de cómo uno de estos agentes, con total violencia y crueldad, patea y golpea salvajemente a la madre de familia, provocándole lesiones que le impiden caminar.
El hecho no solo revela un acto de abuso de poder, sino también el nivel de impunidad y encubrimiento que se estaría promoviendo desde la misma comisaría de Oropesa. Frente a esto, la ciudadanía exige al General Julio Becerra tomar acciones inmediatas y ejemplares. La carta completa, que se ha hecho viral en redes sociales, dice lo siguiente:
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Cusco, 29 de julio del 2025.*
*CARTA PÚBLICA – EXIJO JUSTICIA.*
A la opinión pública,
A las autoridades competentes,
A los medios de comunicación,
Al General Julio Becerra,
Al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables,
Y a todos quienes aún creen en una sociedad justa:
Mi nombre es Tania Condori, madre de tres hijos menores de edad. Hoy me veo obligada a alzar mi voz públicamente para denunciar un acto de brutal violencia y abuso de autoridad cometido por miembros de la Policía Nacional del Perú, quienes deberían proteger a las familias, no agredirlas.
La noche del día de ayer lunes,
28 de julio del 2025 aproximadamente a las 9:50 p.m. en la vía principal de Oropesa entre la Av. Primavera con Pata calle mi esposo y yo fuimos salvajemente atacados *por tres policías (dos varones y una mujer)* vestidos de civil. Primero, un vehículo rojo apareció a toda velocidad de esa calle llamada Pata calle, que por poco nos impacta, que por increpar de la forma temeraria que manejaba, bajó dos de los agresores. Minutos después, llegó un segundo vehículo, de marca Kia, color negro, placa Z7D-429, del cual descendió el tercer agresor. Todo esto ocurrió frente a nuestros tres hijos de 8, 5 y 1 año de edad, que se encontraban dentro de nuestro vehículo.
*Estos tres policías* con fuerte olor a alcohol y estado de ebriedad, casi provocan un accidente por conducir de forma brusca y temeraria. Cuando reclamamos por la grave situación que nos hicieron vivir, respondieron con golpes y agresiones físicas. El efectivo Dany Ampuero Ortega me jaló del cabello y me pateó brutalmente, dejándome con lesiones que ahora me impiden caminar.
El efectivo Víctor Hugo Ampuero Ortega me dió un puñete en el pómulo izquierdo a la altura del ojo.
El efectivo femenina Verónica Ampuero Ortega me jaloneo del cabello.
Mi esposo también fue golpeado con puñetes y patadas revolcado en el suelo de manera salvaje por los agentes policiales, que no tuvieron piedad de las súplicas y gritos de nuestros hijos quienes lloraban, gritando aterrados al ver cómo golpeaban a sus padres.
Luego de cometer este acto, los agresores huyeron. Nosotros fuimos sometidos al dosaje etílico saliendo negativo, mientras que a ellos no se les ha realizado dicha prueba; sin embargo, pueden ver el video que adjunto, donde se aprecia claramente el estado en que se encontraban los agresores y el sufrimiento de nuestros hijos.
Hasta el momento, no hay detenciones. Y lo más indignante es que, cada vez que acudimos a la comisaría de Oropesa, nos enfrentamos a la indiferencia, a la falta de apoyo y a lo que parece ser un encubrimiento hacia estos tres policías. ¿Dónde está la justicia?
Por ello, hago un llamado urgente al General Julio Becerra, para que tome acciones inmediatas y ejemplares contra estos efectivos que deshonran el uniforme. Asimismo, pido la intervención del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, pues mis hijos están gravemente afectados emocionalmente, no han dormido desde entonces y siguen llorando, aterrados por lo vivido.
Esta carta es una denuncia pública, pero también un grito desesperado de una madre que exige justicia. Los policías que agreden a familias no pueden seguir caminando impunes por las calles ni portar un uniforme que simboliza protección.
JUSTICIA PARA MI FAMILIA. JUSTICIA PARA MIS HIJOS.
Atentamente,
Tania Condori