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HABLANDO CONFORME A LA PALABRA DE DIOS“Fe falsa”: ¿existe según la Biblia o solo parece fe?Hay una expresión común usada...
11/06/2025

HABLANDO CONFORME A LA PALABRA DE DIOS
“Fe falsa”: ¿existe según la Biblia o solo parece fe?

Hay una expresión común usada entre creyentes
“Fe falsa”
Pero ¿Aparece esa expresión en la Biblia?
No.
En ninguna parte de la Escritura encontramos la frase “fe falsa”.

La Biblia habla de:

“fe no fingida” (2 Timoteo 1:5),

“fe mu**ta” (Santiago 2:17, 26),

“fe vana” (1 Corintios 15:2),

“algunos se han desviado de la fe” (1 Timoteo 6:21),

“algunos apostatarán de la fe” (1 Timoteo 4:1),

Pero nunca habla de una “fe falsa” como una categoría doctrinal.

¿Qué quieren expresar los cristianos con esta frase?
Cuando alguien dice “fe falsa”, suele referirse a:
Personas que aparentan creer, pero su vida o frutos no corresponden con una fe real en Cristo.
Pero aquí hay un error:
La fe no puede ser “falsa”, porque la fe que salva no es un sentimiento ni una idea, sino una obra del Espíritu Santo en el corazón del hombre.
¿Cuál es el Peligro.de usar esta frase?
El principal peligro es que se da la idea de que hay distintos “tipos” de fe salvadora, cuando en realidad solo hay una:

“Un Señor, una fe, un bautismo” (Efesios 4:5).

Puede confundir a los nuevos creyentes, haciéndoles pensar que hay que “analizar” su fe para ver si es la correcta, como si fuera una mercancía espiritual con etiqueta de autenticidad.

Saca la mirada de Cristo y la pone en la experiencia humana, que es engañosa.

Abre la puerta a juicios humanos no bíblicos, donde una persona decide si la fe del otro es “genuina” o “falsa”.

¿Cómo lo expresa la Palabra de Dios?

Cuando alguien dice tener fe, pero no permanece ni obedece, la Biblia no dice que su fe es falsa, sino que:

No tiene raíz (Lucas 8:13),

Tiene una fe mu**ta (Santiago 2:26),

Recibió la gracia en vano (2 Corintios 6:1),

Se desvió de la fe (1 Timoteo 6:21),

O simplemente, nunca fue salvo realmente (1 Juan 2:19).

La Escritura trata el problema desde la vida espiritual, no desde etiquetas teóricas.

¿Cómo deberíamos decirlo, conforme a la Palabra?
En lugar de “esa persona tiene una fe falsa”, podemos decir:

“Esa fe no da fruto, por tanto no es una fe viva”

“Si no persevera, en realidad no ha creído”

“Parece creer, pero no hay obediencia ni transformación”

“Dice tener fe, pero sus obras la niegan”

“No ha nacido de nuevo”

Esto es hablar como hablan los apóstoles y los profetas.
Conforme a la Palabra de Dios. Nada más. Nada menos.

“Si alguno habla, hable conforme a las palabras de Dios.”
1 Pedro 4:11

Oscar Francisco Rojas Nestárez

CRISTO COMO EL CENTRO Y LA PALABRA COMO FUNDAMENTO

¿ES EL AMOR EL MENSAJE CENTRAL DE DIOS?Hace poco conversaba con un amigo muy querido —su nombre lo reservo por ética y d...
07/06/2025

¿ES EL AMOR EL MENSAJE CENTRAL DE DIOS?

Hace poco conversaba con un amigo muy querido —su nombre lo reservo por ética y discreción— sobre cuál es, en una sola palabra, el mensaje principal de Dios. Yo había dicho que, si tuviera que reducirlo a una sola palabra, sería "misericordia". Mi amigo, sin dudarlo, respondió: "¡Amor!". Aquella palabra parecía resonar con convicción en su voz, y no tardó en citar 1 Corintios 13:13:
"Ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor".

Le escuché con atención, pero sentí que algo no cuadraba. Entonces le respondí con sinceridad:

"Tú estás romantizando y minimizando el mensaje de Dios al reducirlo a un concepto tan volátil y ambiguo como el amor".
Él protestó enseguida:
"¡Nooo! Yo no estoy hablando del amor eros, como si fuera algo trivial o pasional".
Me aclaró que hablaba del amor de Dios, no del amor humano. Pero yo insistí:
"Estás poetizando el mensaje divino. Dios no es Shakespeare, y su mensaje no es un poema de amor dulce y tierno".
Entonces le hice una pregunta:
"¿Y qué haces con Sodoma y Gomorra, el diluvio, las plagas de Egipto? ¿Dónde estaba el amor de Dios ahí?"
Aquí aparece otro atributo de Dios tan importante como el amor: La Justicia.
Le dije con claridad:
"El amor puede desear perdonarte, pero solo la misericordia puede hacerlo sin violar la justicia divina. Para perdonar solo basta amor; pero para darte gracia, hace falta justicia, y esa justicia solo se satisface a través de la misericordia revelada en Cristo".

¿Dios es amor? Sí, pero no solo amor
Es verdad que la Biblia declara que "Dios es amor" (1 Juan 4:8), pero ese versículo ha sido malinterpretado por generaciones. No dice que el amor es Dios, ni que todo lo que parece amoroso es divino, ni que el amor es la esencia total de Dios. Dice que Dios, en su naturaleza, es amor. Pero también dice que es:
fuego consumidor (Hebreos 12:29),
justo (Salmo 7:11),
santo (Isaías 6:3)
y lleno de verdad (Juan 14:6).
Reducir el mensaje de Dios al “amor” es ignorar la riqueza y complejidad de su revelación. El amor sin justicia es sentimentalismo. El amor sin santidad es licencia, permisividad, complicidad.
Y el amor sin Cristo es un humanismo disfrazado de inclusión.

El amor de Dios no anula su justicia, la satisface en Cristo. El mismo apóstol Juan que dijo “Dios es amor”, también escribió que:
"En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en que él nos amó y envió a su Hijo en propiciación por nuestros pecados" (1 Juan 4:10).
¿Lo ves? El amor verdadero de Dios se manifiesta en la propiciación, es decir, en el sacrificio que satisface la justicia divina. El amor que no pasa por la cruz es una ilusión. La misericordia, en cambio, es la puerta que Dios abrió para perdonarnos sin quebrantar su justicia, porque Cristo mismo cargó nuestra condena.
Cuando preguntamos por el mensaje de Dios en una sola palabra, esa palabra no es amor, ni gracia, ni perdón —aunque todas ellas están en él—. La palabra es el bendito nombre de Cristo Jesús.

"Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad" (Colosenses 2:9).
Cristo es el amor de Dios hecho carne, pero también:
la justicia de Dios revelada (Rom. 3:26),
la misericordia encarnada (Tito 3:5),
y la verdad plena (Juan 1:14).
Por eso, el mensaje central de Dios no puede ser una emoción, una virtud, ni siquiera un atributo. El mensaje es una Persona gloriosa, viva y suficiente: Jesucristo.
Cuando el amor se convierte en el eje de la predicación, Cristo se convierte en un adorno sentimental. La iglesia moderna ha reemplazado el mensaje de la cruz por el mensaje de la inclusión. Hablan de amor para justificar el pecado, de aceptación para negar el arrepentimiento, y de unidad para diluir la verdad.
Este no es el Evangelio.
El verdadero amor de Dios no nos deja como estamos, sino que nos transforma por medio de la sangre de Cristo.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito..." (Juan 3:16).
El amor de Dios no está completo sin el sacrificio de Cristo, y eso nos lleva a concluir que el mensaje central no es el amor, sino el Hijo.

La misericordia, dije yo.
El amor, dijo mi amigo.

Pero el verdadero y único centro del mensaje de Dios es Cristo Jesús.
Sin el amor de Dios no hubiera habido misericordia. Y sin la misericordia no hubiera habido gracia. Y solo la justicia quedaría para nosotros. Por ello, tal vez mi amigo decía que el mensaje central era el amor. Es comprensible…
Pero eso negaría la justicia de Dios, el juicio de Dios que castiga la maldad y consume por fuego al pecador.

El amor, la justicia, la misericordia, la gracia, el perdón... todo eso es solo Cristo.

Es por ello que el mensaje central de Dios se puede concentrar en el nombre de Cristo Jesús, el Salvador.

Oscar Francisco Rojas Nestárez.
CRISTO COMO EL CENTRO Y LA PALABRA COMO FUNDAMENTO

¿Revelación divina o invención humana: ¿quién habla realmente de parte de Dios?Mis hermanos gracia y paz. Reflexionando ...
06/06/2025

¿Revelación divina o invención humana: ¿quién habla realmente de parte de Dios?

Mis hermanos gracia y paz. Reflexionando podemos darnos cuenta de que vivimos en una época en que muchos quieren hablar en nombre de Dios, pero pocos temen hacerlo con reverencia y sujeción a lo que Él ya ha dicho. Hombres y mujeres con plataformas, ministerios y títulos autoimpuestos aseguran tener “nuevas revelaciones”, “palabras frescas”, “visiones celestiales”, y hasta “conversaciones personales con el cielo”. Pero frente a tanta confusión, surge una pregunta inevitable: ¿quién habla realmente de parte de Dios?

Dios ha hablado, y no se contradice

La Biblia enseña que Dios ha hablado de muchas maneras, y su palabra no quedó flotando en la historia como algo incompleto. Al contrario, su revelación alcanzó su punto máximo y definitivo en Cristo Jesús:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo...” (Hebreos 1:1-2)

La revelación divina no es una cadena de improvisaciones ni de añadiduras constantes. Es un acto progresivo, pero culminado, cerrado con la revelación de Jesucristo y sellado por la inspiración del Espíritu Santo en las Escrituras. Por eso el apóstol Juan advierte con solemnidad:

“Yo testifico a todo aquel que oye las palabras de la profecía de este libro: Si alguno añadiere a estas cosas, Dios traerá sobre él las plagas que están escritas en este libro...”
(Apocalipsis 22:18)

Muchos confunden dos cosas muy diferentes: revelación e iluminación. La revelación es cuando Dios da a conocer algo que estaba oculto, y eso ya lo hizo en su Palabra escrita. La revelación está cerrada.
La iluminación, en cambio, es la obra del Espíritu Santo que abre nuestro entendimiento para comprender lo que ya fue revelado. El Espíritu no nos trae nuevas doctrinas ni visiones, sino que nos guía a toda la verdad ya revelada en Cristo (Juan 16:13).
Y sin embargo, hoy muchos dicen:
— “Tuve una revelación especial”
— “Un ángel me habló en la madrugada”
— “Cristo me dio una palabra nueva”
— “Dios me dio cosas que no conoces”

¿De verdad? ¿Quién les habló? ¿Y por qué esa supuesta palabra contradice, ignora o reemplaza lo que ya está en las Escrituras?

El apóstol Pablo fue tajante al respecto:

“Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema.”
(Gálatas 1:8)

Y Pedro, que vio a Cristo glorificado en el monte, dijo:

“Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos...”
(2 Pedro 1:19)

Hoy muchos ya no hacen bien, porque en lugar de atender a la Palabra segura, se entregan a las emociones, a la manipulación, y a una espiritualidad llena de humo y teatro. Se levantan apóstoles que nunca fueron enviados, profetas que profetizan mentira, y maestros que enseñan fábulas.
Lo más grave es que estos “reveladores” modernos no se contentan con añadir. También corrigen, suavizan, reinterpretan o incluso contradicen lo que la Escritura dice. Quieren ser más actualizados que Dios, más inclusivos que Cristo, y más atractivos que el Evangelio. Pero al hacerlo, no son siervos de Dios, sino enemigos de la cruz (Filipenses 3:18).
Y tú, que estás leyendo esta reflexión, necesitas saber esto con claridad: la voz de Dios está en su Palabra. Y si quieres oírle hoy, abre la Biblia, no persigas experiencias. El que tiene al Espíritu Santo, tiene al Maestro que lo guiará a la verdad, no fuera de la Escritura, sino dentro de ella.

“El que es de Dios, la palabra de Dios oye...” (Juan 8:47)

El tiempo es urgente. No estamos en un ensayo general, sino en los últimos días. El Espíritu habla a las iglesias a través de la Palabra, pero muchos tienen comezón de oír y se amontonan falsos maestros. Ya no quieren doctrina, quieren espectáculo. Pero el espectáculo no salva. Solo Cristo salva. Solo su Palabra es verdad.

Hoy debes tomar una decisión:
¿Seguirás buscando “nuevas revelaciones” o vas a creer, obedecer y atesorar la revelación que Dios ya dio en Cristo?
Porque el que añade, será desechado.
Pero el que se rinde a la verdad, verá la gloria de Dios.

Oscar Francisco Rojas Nestárez.
siervo de Jesucristo.
CRISTO COMO EL CENTRO Y LA PALABRA COMO FUNDAMENTO

SOLO LA PALABRA PRODUCE AVIVAMIENTOEl falso concepto de avivamiento modernoHoy en día, en muchos círculos pentecostales ...
04/06/2025

SOLO LA PALABRA PRODUCE AVIVAMIENTO

El falso concepto de avivamiento moderno

Hoy en día, en muchos círculos pentecostales y carismáticos, se habla insistentemente de “avivamientos”. Sin embargo, lo que con frecuencia se presenta como tal no es más que una efervescencia emocional, una histeria colectiva disfrazada de espiritualidad, muchas veces marcada por gritos, danzas, supuestas manifestaciones milagrosas, caídas y desórdenes. Esto no es avivamiento bíblico.

Muchos llaman “avivamiento” a lo que simplemente es un desorden emocional masivo, iniciado en 1906 en la Calle Azusa, que ha infectado a gran parte del cristianismo contemporáneo con un espíritu más emocional que doctrinal, más sensual que santo. Pero lo que Dios llama avivamiento en su Palabra es muy distinto.

El avivamiento no es alboroto, es retorno a la Palabra.
Todo verdadero avivamiento en la Biblia nace de una sola fuente: la exposición fiel, profunda y constante de la Palabra de Dios. No nace del espectáculo, sino de la verdad. No brota del ruido, sino del quebrantamiento producido por la luz divina que confronta el pecado, revela a Cristo y transforma.
Muchos piensan que el Señor Jesús no provocó avivamientos, eso es falso. Cristo no produjo alborotos, pero sí avivamientos reales y visibles, no necesariamente acompañados de emociones explosivas, sino de respuestas masivas y transformaciones profundas:
Juan 4:1–42 – La mujer samaritana y su testimonio a los samaritanos
Jesús habló a una mujer, le reveló la verdad, y ella llevó a muchos a oírlo. La Escritura dice que muchos creyeron por la Palabra de Jesús. ¡Eso es avivamiento!

“Y creyeron muchos más por la palabra de él” (Juan 4:41)

Juan 6:1–15 – La multitud de los cinco mil

Cinco mil hombres siguieron a Jesús. Aunque muchos se emocionaron por los panes, Cristo les predicó la verdad del Pan de Vida, y la multitud se dividió. Solo los que amaban la Palabra perseveraron.

“Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él” (Juan 6:66)

Esto demuestra que la Palabra confronta, limpia y define quién es quién. El verdadero avivamiento separa el trigo de la cizaña.

Mateo 5–7 – El Sermón del Monte

Multitudes acudieron a oírlo. El Señor les enseñó con autoridad, no como los escribas. Sus palabras eran tan poderosas que la gente se maravillaba de su doctrina.

“Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina” (Mateo 7:28)

4. 🔹 Lucas 19:47–48 – Enseñanza diaria en el templo

Jesús enseñaba cada día en el templo, y el pueblo, lejos de cansarse, se deleitaba en sus palabras.

“Y todo el pueblo estaba pendiente de oírle” (Lucas 19:48)

Esto no es histeria, esto es hambre por la Palabra, y eso es avivamiento.

Avivamiento no es emoción sin doctrina

A lo largo del ministerio de Cristo, multitudes se acercaron, lo aclamaron, lo siguieron. Pero cuando la Palabra fue expuesta con claridad, muchos se apartaron. ¿Por qué? Porque la verdadera Palabra produce quebrantamiento, no simple emoción.

“Dura es esta palabra; ¿quién la puede oír?” (Juan 6:60)

Esto mismo pasa hoy. Muchos quieren sentir, pero no quieren arrepentirse. Quieren fuego emocional, no fuego que purifica.
Saltan, gritan, caen al suelo, hablan supuestas lenguas, pero cuando están fuera del ambiente del templo vuelven a su pecado escondido y a sus vidas sin santidad.
El verdadero avivamiento de Pentecostés es fruto de la Palabra.

El avivamiento en Hechos 2 no fue producto de un momento místico. Fue el resultado de tres años de enseñanza intensiva de Cristo a sus discípulos. Durante su ministerio, Jesús:

Enseñó públicamente y en privado.

Confrontó la falsa religión de su tiempo.

Instruyó a los apóstoles en la doctrina del Reino.

Y cuando el Espíritu vino, lo único que hizo fue traer a la vida lo que ya estaba sembrado por la Palabra.

“Y perseveraban en la doctrina de los apóstoles…” (Hechos 2:42)

No dice que perseveraban en emociones, sino en doctrina. Eso es lo que queda cuando el fuego emocional se apaga: la verdad revelada.
Además no olvidemos que durante toda la era apostólica, la iglesia se mantuvo unida en una misma doctrina, lo que demuestra que el verdadero avivamiento deja un fruto concreto: permanencia y fidelidad a la verdad.

“...os ruego, hermanos, que habléis todos una misma cosa...” (1 Corintios 1:10)

No había una doctrina para Éfeso y otra para Corinto. Había una sola doctrina, una sola enseñanza, un solo cuerpo. Porque la Palabra de Dios no cambia, no contradice, no divide, sino que edifica y une en la verdad.

El movimiento que surgió en la Calle Azusa en 1906 no es un modelo de avivamiento bíblico. Fue el inicio de una deformación del concepto, reduciendo el avivamiento a:

Ruidos.

Supuestas manifestaciones espirituales.

Experiencias sin contenido bíblico.

Falsas doctrinas y exhibiciones de “poder”

• Falsos milagros.

Sin la Palabra no hay avivamiento. Solo hay confusión espiritual, como la que reina hoy en muchas iglesias.

Avivamiento sí, pero solo por la Palabra

La historia bíblica nos muestra que:

Cristo sí produjo avivamientos: no emocionales, sino espirituales, fundados en la Palabra.

Pentecostés fue el fruto de la siembra de Cristo, no de un momento emocional.

La iglesia verdadera permanece porque está fundamentada en la doctrina apostólica, no en experiencias volátiles.

Hoy, si anhelamos avivamiento, no lo busquemos en danzas, gritos o luces. Busquémoslo en el estudio, la exposición, la obediencia y la centralidad de la Palabra de Dios.

Oscar Francisco Rojas Nestárez.
Siervo de Dios por gracia de Cristo.
CRISTO COMO EL CENTRO Y LA PALABRA COMO FUNDAMENTO

31/05/2025

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LA DESHUMANIZACIÓN DEL PLACER GENERA UN DESPROPÓSITO
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Escrito por: Oscar Francisco Rojas Nestárez, siervo de Jesucristo y expositor de la Palabra
CRISTO COMO EL CENTRO Y LA PALABRA COMO FUNDAMENTO

Introducción

Hace tiempo escuché una canción de Rabito, un siervo de Dios de Argentina, que decía: "Un pacto con Dios hicimos tú y yo", refiriéndose al matrimonio.
Esas palabras, cargadas de ternura y compromiso, no son solo poesía romántica; son un eco del cielo.
El matrimonio no es un simple arreglo social ni una tradición humana: es un pacto sagrado con Dios.

En ese pacto, la intimidad —que hoy llamaremos con reverencia unión marital o amor íntimo— no solo es válida, es bendita.
Y cuando se le despoja de su propósito original, cuando se la animaliza o se la comercializa, cuando se la deshumaniza… nace el despropósito.
Hoy, el Espíritu Santo nos quiere recordar que el placer en el matrimonio no es impuro, sino sagrado, humano, tierno y fiel.

1. El origen divino del deleite

El ser humano ha olvidado que el placer no nace de una simple necesidad biológica, sino de un diseño divino.
Dios no creó al hombre como un ser meramente impulsivo. Le dio alma, espíritu y sensibilidad.
Y en Génesis 2:24 dice:

“Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.”

Este no es un texto biológico.
Es un pasaje espiritual, emocional y físico.

Ser “una sola carne” implica cohesión física, unidad profunda, intimidad sin culpa y sin vergüenza, todo en acuerdo mutuo —es decir, en consenso— pero dentro de un marco específico: de por vida y en exclusividad absoluta.

Cuando un hombre y una mujer se unen en pacto, no lo hacen solo por necesidad, sino por amor, entrega, fidelidad y propósito eterno.

2. El placer no es sucio; lo sucio es sacarlo del pacto

Vivimos en una sociedad que reduce todo a instintos incontrolables. Pero sabemos que todo lo que no se controla, se contamina.
Dios, en cambio, eleva el deleite a la categoría de santidad.

En Proverbios 5:18-19 encontramos palabras que confrontan toda visión vulgar de la intimidad:

“Sea bendito tu manantial, y alégrate con la mujer de tu juventud.
Como cierva amada y graciosa gacela, sus caricias te satisfagan en todo tiempo, y en su amor recréate siempre.”

Este texto no lo escribió un libertino. Lo escribió un sabio, inspirado por el Espíritu Santo.
No hay vulgaridad, hay ternura. Hay afecto. Hay entrega.
No dice: “tolérala”. No dice: “úsala”. Dice: alégrate… recréate.

El deleite no es sucio cuando hay fidelidad.
Lo sucio es convertirlo en:

Entretenimiento fuera del pacto,

Contenido comercial,

Imposición sin ternura,

Rutina sin amor.

3. El apóstol Pablo también lo afirma

En 1 Corintios 7:3-5, el Espíritu Santo, por medio de Pablo, nos recuerda que la unión marital es un acto de mutua entrega, no de dominio ni de negación:

“El marido cumpla con la mujer el deber conyugal, y asimismo la mujer con el marido.
La mujer no tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino el marido; ni tampoco el marido tiene potestad sobre su propio cuerpo, sino la mujer.
No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento…”

Este pasaje no habla solo de “derechos”.
Habla de cuidado mutuo, ternura, respeto y comunión.
Es un acto espiritual, donde ambos se entregan con humildad, sin egoísmo y con alegría.

4. El mundo deshumaniza el amor íntimo

Hoy, el mundo ha cambiado el diseño de Dios:

Lo vende como entretenimiento,

Lo transforma en contenido,

Lo arranca del compromiso,

Lo convierte en consumo.

Pero Dios quiere que el ser humano regrese al manantial original:
Una sola carne. Un solo lecho. Una sola fuente de gozo compartido.

La unión íntima en el matrimonio no es esclavitud, ni libertad sin freno.
Es un yugo santo llamado fidelidad.
Y cuando el deleite se enmarca en el pacto, se convierte en adoración.

Conclusión

Dios no le huye al placer. Le da forma, le da nombre y le da dirección.
Y ese nombre es fidelidad, y esa dirección es el matrimonio.

Lo sucio no es el placer conyugal.
Lo sucio es, profanarlo con engaño, o usarlo como moneda de cambio.

Lo santo es cuando hay entrega mutua, ternura sin culpa, y fidelidad sin fisuras.

Así comienza la humanización del placer:
Cuando recordamos que Dios lo pensó no para el pecado, sino para el pacto.

Hoy en día, ante tantos ataques de una sociedad de consumo que todo lo convierte en monedas, debemos estar alertas.
El matrimonio es el extintor de Dios contra el fuego de la fornicación.
Y la Biblia lo confirma:

📖 “Pero si no tienen don de continencia, cásense; pues mejor es casarse que estarse quemando” (1 Corintios 7:9).

Pero ten en cuenta algo: el matrimonio es para toda la vida.
No te cases por pasión, porque la pasión es breve. Y cuando se acaba, la realidad puede estrellarte contra un muro.
Sopesa bien los pros y los contras antes de casarte.

Proverbios 27:15 advierte que una mujer contenciosa es como una gotera constante.
Y Proverbios 22:24, en contrapartida, recomienda no juntarse con un hombre rencilloso.

Por eso, la recomendación final es esta:

✨ Pon a Dios dentro del matrimonio.

✨ No deshumanices la intimidad.

✨ Y para los jóvenes:

Busquen la comunión con Dios antes que el placer íntimo.
Eso no significa que el placer íntimo sea malo, sino que está reservado para el pacto del matrimonio.

30/05/2025

NO ME DIGAS QUE TU VERDAD ES LA ÚNICA QUE EXISTE

Por Oscar Francisco Rojas Nestárez
CRISTO COMO EL CENTRO Y LA PALABRA COMO FUNDAMENTO

Hay personas que creen que son dueños de la verdad, y la verdad para muchos es una relativa visión y comprensión particular de un hecho que se analiza desde un punto de vista.
Y al ser así, tu verdad es tu verdad, pero puede no ser la mía, pues por mucho adorno que pudiera tener, eso no es cierto desde mi punto de vista.
Ahí encaja la empatía, es decir, ponerse en el lugar del otro, y pensar como piensa el otro.

Los griegos en Tesalónica tenían una calle llamada la Vía Ignacia, y en esa calle un templo al “Dios desconocido”, pues ellos sabían que tal vez no conocieran todas las verdades y, para no ofender a nadie en sus creencias más arraigadas, admitían que sus dioses tal vez no fueran los únicos.
Ellos no conocían la teología monoteísta hasta que Pablo se las presentó, no con argumentos inteligentes y vano raciocinio, sino con testimonio y poder en sus acciones y forma de vivir.

Pero hay gente que trata de convencerte con argumentos insistentes y cargados de violencia de su “verdad” impuesta.
Y si les rebates con un argumento válido, estos te dirán: “Eso es lo que te han metido en la cabeza”. Y con ese comentario ofensivo tratan de mostrarse superiores y centrados en una realidad que solo existe para ellos.
La mejor cosa que puedes hacer es no discutir con ellos.
Quien avasalla a otro tratando de convencerlo casi siempre será un intolerante en muchas otras cosas, y un necio en líneas generales.

Bien, pero esta es solo mi verdad.
¿Cuál es la tuya?
¿La tuya, la mía… o la de Dios?

Porque al final, lo que cada uno piense tiene poco valor si no coincide con la verdad de Dios, que no es negociable, no es debatible, ni está sujeta a idiomas, culturas, modas ni puntos de vista.
La verdad sobre Jehová, el único Dios verdadero, no depende del idioma en que lo menciones, ni de cómo pronuncies su nombre, ni de si lo dices en hebreo, arameo o español. Porque Dios no es un sonido fonético, Dios es Espíritu (Juan 4:24), y lo que Él busca es que lo adoren en espíritu y en verdad, no en pronunciaciones esotéricas o privilegios lingüísticos.

Los judaizantes modernos —que imponen que debes decir "Yehoshúa", "Yeshúa", o “Yahweh” para que tu fe sea válida— están haciendo lo mismo que hacían los fariseos: cargando a otros con yugos que ni ellos mismos pueden llevar (Mateo 23:4).

Decir que "Jesús" no salva porque es una traducción griega o latina, es negar el poder del Evangelio que fue predicado a todas las naciones, en todas las lenguas.

> “Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos” (Hechos 4:12).

Ese nombre es Jesucristo, y ha sido anunciado con poder en cada lengua, no para limitar a los pueblos, sino para alcanzarlos con gracia. Pablo, inspirado por el Espíritu Santo, no impuso nombres hebreos a los gentiles, sino que les predicó a Cristo crucificado, sin convertirlos al judaísmo ni a las letras del Antiguo Pacto.

Entonces no, tu verdad no puede contradecir la Verdad.
Y si lo hace, no es verdad: es error.
La verdad no es lo que a ti te parece correcto, es lo que Dios ha revelado en Cristo. Y esa revelación no la puedes alterar ni con nombres, ni con sonidos, ni con costumbres religiosas.

¿Y sabes qué más?
Si tú corriges a alguien por decir “Jesús” en lugar de “Yehoshúa”, estás desviando su fe de la persona del Salvador a un detalle del idioma. Eso no edifica, eso confunde, eso ensalza la letra y niega el Espíritu.

> “La letra mata, mas el Espíritu vivifica” (2 Corintios 3:6).

La Verdad no es una pronunciación.
La Verdad es una Persona: Jesucristo.

Y si Él te ha hecho libre, no necesitas que nadie venga a encerrarte de nuevo en un sistema que mezcla gracia con ley, fe con obras, libertad con esclavitud religiosa.

Así que no, no se trata de mi verdad o la tuya.
Se trata de la Verdad de Dios.
Y esa Verdad caminó bajo un madero, muerió por tus pecados, resucitó al tercer día, y se llama JESUCRISTO, Hijo del Dios viviente.

¿Lo crees?

21/05/2025

DEVOCIONAL DIARIO REFLEXIONANDO
Por Oscar F. Rojas Nestárez
Reflexión sobre el Salmo 40:1

"Pacientemente esperé a Jehová, y se inclinó a mí, y oyó mi clamor." (Salmo 40:1)
Dios, mi amado hermano, no ignora al que clama con fe y paciencia.
David no solo oró, esperó; y no de cualquier forma, sino con paciencia, confiando en que el Señor respondería en su tiempo perfecto. Y la respuesta no se hizo esperar: Dios se inclinó —como un Padre que se agacha para oír a su hijo— y oyó su clamor.

En medio del dolor, del silencio o de la incertidumbre, este versículo nos recuerda que no hay clamor genuino que Dios pase por alto. La espera no es abandono, sino parte del proceso donde nuestra fe madura, y nuestro corazón se prepara para recibir la respuesta divina.

Si estás esperando, no desesperes.
Dios no es indiferente a tu oración.
Él se inclina, Él oye, y cuando lo hace, actúa con misericordia y poder. Esperar en Jehová no es perder el tiempo: es confiar en Aquel que nunca falla.

07/03/2025

La Piedra

Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.
Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;
porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.
Mateo 11:28-30

18/02/2025

Muy pronto iniciaremos transmisiones en vivo

Te invitamos a la 2° Conferencia de la Escuela de Teología Practica de Colombia "EVANGELIZANDO EVANGELICOS" Sábado 18 en...
17/01/2025

Te invitamos a la 2° Conferencia de la Escuela de Teología Practica de Colombia
"EVANGELIZANDO EVANGELICOS" Sábado 18 enero 2025 a las 7.00 pm

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27/11/2024

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