10/10/2025
🔵⚪ || SEIS PRESIDENTES EN OCHO AÑOS: LA INESTABILIDAD POLÍTICA QUE MARCA AL PERÚ DESDE EL 2016
Desde el 2016, los presidentes del Perú han permanecido en el cargo un promedio de apenas un año y tres meses. Las vacancias, renuncias y acusaciones por corrupción han convertido al país en uno de los más inestables políticamente de la región.
El reciente cambio de mando tras la vacancia de Dina Boluarte, aprobada con 124 votos a favor, ha vuelto a poner en evidencia la profunda crisis institucional que atraviesa el Perú. La inestabilidad política, que se arrastra desde el 2016, ha derivado en seis presidentes en solo ocho años, situación inédita en la historia republicana contemporánea.
UNA CRISIS QUE NO SE DETIENE
Desde la caída del expresidente Pedro Pablo Kuczynski (PPK), el país ha transitado por una sucesión constante de mandatarios, procesos de vacancia, detenciones, investigaciones fiscales y movilizaciones sociales.
Cada gobierno ha terminado abruptamente, ya sea por escándalos de corrupción, confrontación con el Congreso o crisis de legitimidad.
El término “incapacidad moral permanente”, utilizado por el Parlamento como herramienta constitucional para destituir a presidentes, se ha vuelto casi una constante en la política nacional, generando una sensación de provisionalidad permanente en el poder ejecutivo.
LOS SEIS PRESIDENTES DEL PERÍODO 2016-2025
🔹 Pedro Pablo Kuczynski (2016 – 2018)
Elegido tras vencer a Keiko Fujimori, su gobierno se desplomó por los vínculos con el caso Odebrecht. Renunció en marzo de 2018 luego de que se difundieran videos de supuesta compra de votos en el Congreso.
🔹 Martín Vizcarra (2018 – 2020)
Asumió el poder tras la renuncia de PPK y prometió una lucha frontal contra la corrupción. Sin embargo, fue vacado en noviembre de 2020 por presuntas irregularidades cuando era gobernador de Moquegua. Su salida generó protestas y una crisis de legitimidad del Congreso.
🔹 Manuel Merino (noviembre de 2020)
Presidió solo cinco días, del 10 al 15 de noviembre de 2020. Su breve gobierno provocó manifestaciones masivas y la muerte de dos jóvenes, lo que lo obligó a renunciar en medio del rechazo popular.
🔹 Francisco Sagasti (2020 – 2021)
Asumió como presidente de transición para conducir las elecciones generales del 2021. Su gestión se enfocó en estabilizar la situación política y manejar la pandemia, sin mayores conflictos con el Congreso.
🔹 Pedro Castillo (2021 – 2022)
Ganó las elecciones de 2021 como candidato de Perú Libre, pero su gestión fue caótica, marcada por escándalos de corrupción, pugnas internas y constantes enfrentamientos con el Parlamento. Fue vacado el 7 de diciembre de 2022 tras intentar disolver el Congreso. Desde entonces, permanece recluido en el penal de Barbadillo.
🔹 Dina Boluarte (2022 – 2025)
Asumió el cargo tras la destitución de Castillo, convirtiéndose en la primera mujer presidenta del Perú. Su gobierno enfrentó protestas sociales con saldo de más de 60 mu***os, denuncias por violaciones de derechos humanos y una creciente ola de inseguridad. Fue vacada en octubre de 2025 con 124 votos a favor, acusada de incapacidad moral permanente por su inacción ante el crimen organizado.
UN PATRÓN QUE SE REPITE
De los seis mandatarios, tres fueron vacados por el Congreso, uno renunció, uno fue derrocado por presión social y solo uno concluyó su mandato de transición.
Los especialistas advierten que el problema no radica únicamente en las figuras presidenciales, sino en un sistema político fragmentado, sin partidos sólidos ni reformas institucionales.
“El Perú vive un ciclo de gobiernos débiles porque sus instituciones no logran sostener la gobernabilidad. Sin una reforma política profunda, esta tendencia continuará”, explica el analista político Jorge Aragón, citado por medios nacionales.
UN FUTURO INCERTO
Con la llegada de José Jerí Oré al poder, el Perú inicia nuevamente un proceso de transición política. El reto inmediato será garantizar la estabilidad institucional y convocar a elecciones generales en 2026 sin repetir los errores del pasado.
Sin embargo, la desconfianza ciudadana persiste. La percepción generalizada es que los cambios en el Palacio de Gobierno no se traducen en mejoras reales en seguridad, economía o representación política.
La sucesión incesante de presidentes desde 2016 es el reflejo más claro de una democracia en crisis, donde la estabilidad parece, por ahora, una promesa pendiente.