08/12/2025
«Para mí vivir es no tener prisa, contemplar las cosas, prestar oído a las cuitas ajenas, sentir curiosidad y compasión, no decir mentiras, compartir con los vivos un vaso de vino o un trozo de pan, acordarse con orgullo de la lección de los mu***os, no permitir que nos humillen o nos engañen, no contestar que sí ni que no sin haber contado antes...».
– Carmen Martín Gaite
Carmen Martín Gaite (Salamanca, España, 8 de diciembre de 1925-Madrid, 23 de julio de 2000) fue una escritora española, una de las figuras más importantes de las letras hispánicas del siglo XX. Recibió, entre otros, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras en 1988.
En 1943, inició sus estudios de Filosofía y Letras en la Universidad de Salamanca, donde tuvo como profesores a Francisco Maldonado, Antonio Tovar, Manuel García Blanco y Alonso Zamora Vicente. En el primer curso coincidió con Ignacio Aldecoa y Agustín García Calvo, en esos años colaboró en la revista Trabajos y días, donde aparecieron sus primeros poemas. También se interesó por el teatro y participó como actriz en varias obras. Durante el verano del 1946, permaneció becada en la Universidad de Coímbra, en la que afianzó su interés por la cultura galaico-portuguesa.
En la primavera de 1954 obtuvo el Premio Café Gijón por su novela corta El balneario. Su consolidación como novelista llegó con el Premio Nadal que obtuvo en enero de 1957 por su primera novela larga, Entre visillos, en la que desarrolla un personaje femenino singular llamado la "chica rara". La segunda fue Ritmo lento, que quedó finalista del premio Biblioteca Breve de Narrativa de 1962.
Hizo también crítica literaria, especialmente en Diario 16, y colaboró en los guiones de series para Televisión Española como Santa Teresa de Jesús (1982) y Celia (1989).
Cultivó también la literatura juvenil, especialmente en alguno de sus cuentos («El castillo de las tres murallas», 1981, o «El pastel del diablo», 1985) y en su novela Caperucita en Manhattan (1990).
Recibió en 1988, el Premio Príncipe de Asturias de las Letras y fue, en 1978, la primera mujer (la primera edición es de 1977) en obtener el Premio Nacional de Literatura por su obra El cuarto de atrás, galardón que volvió a recibir en 1994 por el conjunto de su obra.
Falleció el 23 de julio de 2000 (74 años), en
Madrid (España).
Entre visillos
Carmen Martín Gaite
[Fragmento]
«Julia subió el escalón con las rodillas, y acercó los ojos a la rejilla de su lado que acababa de abrirse. Distinguió confusamente los rasgos abultados del rostro de don Luis.
—Ave María Purísima.
—Sin pecado concebida.
—Padre, soy Julia.
—Ah, Julia. Julita. Vamos a ver, hija.
Siempre aquella cosa en la garganta, como un latido apresurado que entorpecía las primeras palabras. Siempre desde pequeña, y cada vez más agudizado. Sentía a sus espaldas las luces de las velas, los cánticos, los rezos, los ojos guiñados de los santos, mezclarse, menearse en un jarabe espeso y giratorio que se aplastaba contra ella inmovilizándola de cara a la madera, aturdiéndola con su hervor confuso. Apretó dentro del bolsillo de la chaqueta el papel arrugado y sobadísimo. Antes, a la luz escasa de una bombilla lo había estado repasando, pero la verdad es que fue más bien por deleite. Lo había escrito anoche, cuando el insomnio.
—Verá, padre, que algunas veces cuando he ido al cine, me excito y tengo malos sueños.
La cuestión era empezar aunque fuera con un rodeo, despegar la lengua, sentírsela húmeda.
—El cine, siempre el cine, cuántas veces lo mismo. Ahí está el mal consejero, ese dulce veneno que os mata a todas. Pero sueños, ¿cómo dormida?
—Sí, padre, casi siempre dormida. Aunque anoche no tanto. Anoche estaba bastante despierta y lo pensé porque quise. Y si estoy dormida, cuando me despierto me gusta haber soñado esas cosas.
—Pero de qué son esos sueños, vamos a ver. Anoche, por ejemplo, ¿qué soñabas?
—Nada, acordándome de mi novio, sobre todo de esa vez que fui a verle en Santander a su pensión, y de cuando nos bañábamos ese verano, y nos íbamos solos hasta las rocas.
—Pero, hija de mi alma, eso ya está confesado y perdonado mil veces. No te atormentes con pecados viejos. Después de aquello, Dios ha tenido misericordia de ti y te ha dado siempre fuerza para preservar en el camino de la virtud. —Julia guardó silencio—. ¿No es así?
—Sí, padre».
Canción rota
Carmen Martín Gaite
Siempre que iba a cantar
algo se interponía
y a mí no me importaba,
¡había tanto tiempo!
Mi canción se quedaba en el alero,
confiada,
meciéndose en la espera
cuajada de horizontes.
Si alguna vez con mudo gesto antiguo
acaricio las cuerdas,
el aire se retira
y el corazón me late nuevamente
con aquellos latidos turbulentos,
heraldos de mi canto.
¡Ay mi canción truncada!
Yo nunca tenía prisa
y la dejaba siempre,
amor, para después.
–Carmen Martín Gaite
*No olviden disfrutar el video de la obra en los comentarios.
Imagen de la red
®️Literatura, arte, cultura y algo más
Alejandro Cabeza
🖼Retrato de Carmen Martín Gaite, 2015
Pintor Alejandro Cabeza, España (n. 1971)
Óleo sobre tela; 100 x 73 cm.
Colección de la Universidad Complutense de Madrid, España
Carmen Martín Gaite (1925-2000)🇪🇦