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                                            Un rescate real
La cruz no fue un gesto simbólico, fue un rescate real. Jesús no vino a darnos una segunda oportunidad para “intentarlo mejor”, sino a ofrecernos una nueva vida en Él. En la cruz, el yo fue crucificado, y la gracia abrió paso a una existencia restaurada en Cristo.
La salvación no se gana, se recibe. No se trata de subir peldaños espirituales ni de cumplir listas religiosas, sino de rendir el corazón al Salvador que pagó el precio completo.
Rendirte a Jesús no te debilita, te libera. Morir al yo no es el final, es el inicio de una vida verdadera: la vida de Cristo fluyendo en ti.
📖 Romanos 10:9
“Si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los mu***os, serás salvo.”
✍🏼 Marifel
By Elegí Amarme                                        
 
                                                                                                     
                                                                                                     
                                                                                                     
                                                                                                     
                                                                                                     
                                                                                                     
                                                                                                     
                                         
   
   
   
   
     
   
   
  