22/03/2025
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HOGARES DE ANCIANOS
Por: Sylvia Castillo Rodz
Todavía no sé porqué le llaman así cuando yo misma he visto personas jóvenes allí… una de las cosas que debieran comenzar a hacer es cambiar esa manera de referirse a un lugar donde posiblemente tanta gente terminen sus últimos días. A algunos le ponen nombres de santos para que las personas piensen que es el mejor lugar donde estará bien cuidado su adulto mayor. Un lugar de personas que de seguro, tienen familia pero que probablemente no tengan el entrenamiento necesario ni la empatía que se supone que tengan las personas que trabajan en estos lugares donde se cuida al adulto mayor para “supuestamente” mejorar su calidad de vida.
En fin, hay lugares y hay lugares… por eso es importante saber escoger dónde su familiar irá a convivir con personas que no son su sangre: algunos tendrán malas costumbres, malas mañas y quizá hasta un comportamiento difícil y/o diferente. Al final podemos entender que lo único que ellos necesitan es Amor, Misericordia, atención y un trato con Humanidad.
Pienso que en todos los países deben hacer ley que toda persona que vaya a trabajar a un lugar de retiro de adultos mayores, debe tomar un curso de cómo levantarlos, sentarlos, bañarlos y cómo tratarlos porque definitivamente, no todo el mundo está capacitado para ejercer este trabajo. En los Estados Unidos debes tener una licencia que te capacite para esto, aquí y en todo lugar del mundo debiera ser igual.
Tuve una amiga con un IQ de genio, mujer de empresa y millonaria. Creo que su único error en la vida fue trabajar tanto porque estas personas se vuelven demasiado adictas al trabajo (workaholic) debido a su gran capacidad mental. Mi amiga hizo un trabajo tan excelente que de venir de un hogar de pobreza extrema, se convirtió en millonaria e hizo ganar mucho dinero a quienes estaban a su alrededor, quienes trabajaban para ella.
La conocí casi en el ocaso de su vida, cuando ya había “enganchado sus guantes” y se asomaba al retiro: vendió su empresa y decidió no trabajar más.
Las dosis de ciertos fármacos recetados hicieron su mella en ella y de ser una mujer divina, de cuerpazo, amante del buen comer, de la poesía, de las novelas, de las películas y la vida sana; terminó en un hogar de ancianos, lejos de su pueblo y donde era difícil visitarla por la distancia.
En mis más duros recuerdos tengo cuando la fui a ver la vez primera, luego en la segunda ocasión me indicaron que estaba en el segundo piso donde tan solo habían hombres. Pedimos entrar mi esposo y yo y se me negó el acceso por la Pandemia. Las cositas que le llevábamos los hombres se las querían arrebatar. Al preguntar me dijeron que sí habían damas pero todas estaban encamadas y yo me preguntaba ¿porqué? Nunca tuve acceso al lugar pero sí pude observar cómo mi amiga se veía desesperadamente deprimida y me decía que no quería estar allí. Para subir a ese segundo piso había que hacerlo por unas escaleras que daban terror de lo altas que eran y verla a través de esas escaleras al balcón. Las próximas veces que la vi podía observar su deterioro físico pero tenía claridad mental y me decía sobre lo mal que la estaba pasando y me pedía que la sacara de allí, que buscara a un abogado; pero nosotros, al no ser familia no podíamos hacer nada ya que fue su sangre quien la tiró allí a morir.
A veces le lavaban la cabeza y con ella mojada, le pintaban los labios y ponían su foto en “Facebook” para que sus familiares la vieran y creyeran que estaba bien cuidada pero, no era así.
Muchas veces me llamó del celular que aún conservaba para decirme que todos los días le daban de comer lo mismo: arroz blanco y albóndigas. Me contó que la maltrataban, que le jalaban los brazos y la empujaban. Que a veces pedía un café y le decían que no. Otras veces deseaba un dulce y le decían que tampoco había. Escucharla llorando para decirme todo esto era desesperante e intentamos algunos medios pero… se nos dijo que nosotros no podíamos hacer nada porque fue uno de sus hijos quien tomó esa decisión y contra eso, imposible.
Llegó el momento en que recibí una llamada donde se me dijo que estaba hospitalizada, que la habían operado y tenía cáncer metastásico. Fui a verla y lo que vi allí… fue horrible. Al parecer a la Sra le habían dado varios infartos que la llevó a estar encamada, sus pies y piernas estaban desfigurados y tenía una herida abierta en el mismo estómago que limpiaban cada cierto tiempo. Me recibió con la alegría de siempre diciendo mi nombre. Charlamos, le mostré fotos y videos de momentos compartidos que yo sabía que la harían muy feliz. Al momento en que la enfermera me dijo que iba a proceder a limpiar su herida, que sería un proceso muy delicado y que yo decidiera si quedarme ó irme: decidí irme. Y jamás la volví a ver porque se fue al cielo escoltada por ángeles a ese encuentro con Jesús, al que amaba pero no conocía bien.
Fue doloroso, muy doloroso para nosotros que siempre la valoramos y quisimos de verdad.
Por eso es bien importante que el gobierno monitoree estos lugares que se han convertido en lugares de hacer dinero sin importar que se trata de seres humanos. Tienden a ver al adulto mayor como un símbolo de dólares y una forma de hacerse ricos y no le importa ayudarlos a tener una vida digna.
En Korea a los adultos mayores no se les deja solos porque son figuras de sabiduría y los mismos habitan con su familia. Todavía hay cosas buenas que aprender de otras culturas que nos maravillan.
Los familiares que amen a su adulto mayor deben tener precaución y siempre estar alerta de dónde van a llevarle; visitarlos, ser partícipes de su estadía para que estén alertas de cualquier adversidad, estar pendientes de lo que necesiten para que no pasen necesidades y, sobretodo; que tengan el calor de su familia y ellos entiendan que no han sido olvidados. Valore a quien lo valoró a usted cuando usted nació. Sea empático, demuestre buenos valores y humanidad. Intentemos darle a nuestros adultos mayores la importancia que realmente merecen porque sin ellos no existiríamos.