
10/10/2025
Hoy, 7 de octubre, el corazón se me aprieta al recordar a mi querida Sandra, mi niña del alma, mi hija del corazón.
Dios me permitió conocerla para enseñarme el verdadero significado del amor incondicional. La adopté no con papeles, sino con el alma, y desde ese día le di todo el cariño, la atención y el respeto que merecía.
Aunque su familia de sangre no supo darle lo que necesitaba, yo hice todo lo posible para que tuviera calidad de vida, para que sintiera que no estaba sola, para que supiera que era amada.
Y cuando llegó el momento en que Dios decidió que ya no debía sufrir más, la abrazó y la llevó a su lado, al cielo, donde ahora me cuida desde arriba.
Aún guardo sus cenizas conmigo, porque siento que parte de mí se fue con ella, y otra parte de ella sigue aquí, acompañándome. Le prometí que cuando tuviera mi casa viviría conmigo, y aunque no se cumplió en esta tierra, sé que en el cielo compartimos el mismo hogar del alma.
Hoy celebro su vida, su sonrisa, su nobleza.
Te amo, mi Sandra. No estás ausente, solo estás en otro lugar… más cerca de Dios, y siempre dentro de mí. 💫
Feliz cumpleaños en el cielo.