01/08/2022
Hace dos años no me imaginaba contando esta historia. COVID-19 había cerrado por completo lo que conocíamos como normal y cualquier plan de contingencia que habíamos contemplado, definitivamente no contemplaba una pandemia.
Agotado por completo los fondos de la empresa y no se diga los familiares, mi esposa y socia en Sivar Films, Brenda Zavala, la despiden de su empleo. En ese momento fue cuando hablamos de manejar estrategias de redes sociales, pues ella tenía el “know how” profesional y académico y Sivar Films habiendo creado contenido por 7 años, el merge era lo justo por hacer.
En ese tiempo había ajustado la oficina en la sala familiar del segundo nivel de la casa y ese mismo día al decidirlo, empezamos con lo que teníamos pero con un sueño.
Dos años después hasta el día de hoy, se me hiciera demasiado largo contar todo lo que hemos vivido en esta nueva etapa. Brenda y yo seguimos teniendo los escritorios a la par, en una oficina adecuada que construimos para nuestro ejercicio, donde tenemos el privilegio de llevar 19 marcas que confían en nosotros desde micro hasta grandes empresas acá en El Salvador y hemos logrado cruzar fronteras digitales llegando a trabajar con marcas en Estados Unidos y en España.
Ahora tenemos otros sueños, el mundo digital se abre para nosotros y queremos ser un referente en lo que hacemos y representar siempre con orgullo nuestro país (por eso el nombre de SIVAR) y representar que somos hijos de Dios y somos cuidados por su misericordia.
Si algo aprendimos es que detrás de las marcas hay una historia más allá de una venta, sino una historia de esfuerzo, fe, sueños que nos motivan.
Gracias a Dios por estos dos años de Sivar Films digital a todos aquellos que confían en nosotros, a las marcas que han confiado en nuestras ideas y propuestas, a nuestros colaboradores que se unen a nuestro equipo de trabajo para intentar ser siempre innovadores y a mi socia y esposa por emprender en este sueño de locos.
Felicidades SIVAR FILMS DIGITAL, se vienen muchas más cosas para ti, no dejes de soñar y ser irreverente. ¡Felices 2 años!