10/19/2025
Desde el principio, con Abby, empezamos a ver qué era lo que ella necesitaba para estar bien.
No solo fue buscar terapias o apoyos, sino entender que necesitaba en su entorno, cómo su cuerpo y su sistema nervioso respondían a lo que la rodeaba.
Empezamos por cambiar cosas en la casa: movimos muebles, escondimos adornos y mesas de noche… eliminamos el marco de su cama… creamos un espacio solo para sus terapias, guardamos muchos juguetes. Quitamos el exceso, todo lo que era peligroso o la distraía o la sobrecargaba.
Con el tiempo eso se volvió parte de nuestra manera de ser, casi sin darnos cuenta.
Pasó por una escuela y entendimos que algunas estructuras simplemente no eran para Abby.
Hubo un tiempo en que solo estuvo en casa, con sus terapias dentro y fuera, y todo giraba en torno a darle un ritmo predecible, tranquilo.
Hoy está en cuarto grado, en una escuela donde se siente comprendida y acompañada, con sus apoyos y es feliz.
Pero el resto sigue igual: todo lo que hacemos, en verdad las comidas, los paseos, los planes… todo lo pensamos con base en lo que Abby necesita. No se siente como una carga, simplemente es lo que sabemos que le da bienestar a ella y a todos.
Abby vino a mostrarnos otra manera de vivir: más simple, más presente, mas pausada, mas esencial…
Porque cuando nuestros niños se sienten seguros y hay calma, todo empieza a ser mejor para todos.