10/01/2025
No le preguntes a la gente,
en qué nombre fuiste bautizado solamente para hacer controversia si te enseñaron de una forma criticarás el otro, muchos que sólo llevan una religión, y no han nacido de nuevo no se han dado cuenta que
Ambas fórmulas, la trinitaria ("Padre, Hijo y Espíritu Santo") y la de Jesús, son importantes y se relacionan entre sí: el bautismo trinitario (Mateo 28:19) representa la aceptación de la Deidad y su autoridad, mientras que la mención del nombre de Jesús (Hechos 2:38) se refiere a la fe en Cristo y su obra de salvación, siendo ambas, de hecho, inclusivas dentro de la misma unidad de la Deidad, ya que Jesús es la manifestación de toda la Trinidad.
Bautismo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo (Mateo 28:19)
Significado: Este es un mandamiento directo de Jesús para ser bautizados, lo que demuestra la importancia de la práctica. Se reconoce y se pone de manifiesto la autoridad y la obra de la Trinidad completa.
Relevancia: Este es el procedimiento estándar y la fórmula correcta para la Iglesia. Al bautizarse en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, un creyente acepta la autoridad de la Deidad.
Bautismo en el nombre de Jesús (Hechos 2:38, etc.)
Significado: Bautizarse en el nombre de Jesús es un acto de arrepentimiento y una declaración de fe en Él como Señor y Mesías.
Contexto bíblico: Los apóstoles, como Pedro, a menudo enfatizaban el nombre de Jesús al predicarles a los judíos que lo habían rechazado.
Inclusión de la Trinidad: Algunos teólogos argumentan que el nombre de Jesús es, en realidad, el "nombre" de la Trinidad. Jesús mismo dijo que Él y el Padre son uno (Juan 10:30), y el acto de bautizarse en su nombre incluye la fe en la Trinidad completa.
Conclusión
Las dos fórmulas no son contradictorias, sino que son dos facetas de la misma verdad.
Bautizarse en el nombre de Jesús es una expresión de la fe en Él y en su autoridad, que a su vez es la autoridad del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Ambas son importantes para reconocer a la Deidad y profesar públicamente la fe en el evangelio.