05/30/2025
Una historia muy interesante ☺️👏
SI NO LLEVAS TU GALLO… NO CRUCES EL RÍO
Porque lo que hay del otro lado no es de este mundo.
Esta historia me la mandó Orlando Medina, desde los Altos de Chiapas.
Se la contó su abuelo, un hombre llamado Próspero, que en paz descanse…
Y que vivió una noche que lo marcó para siempre.
En aquel tiempo —hace ya muchas décadas—
era común que la gente del campo, cuando salía a una fiesta lejos, se llevara su amuleto.
Unos cargaban un gallo debajo del brazo,
otros un pedazo de chile seco en una bolsita,
otros su botella de mezcal bendecido,
y algunos hasta una cajetita de fósforos envuelta en sal.
Todo eso era contra el espanto.
Contra lo que uno no ve… pero lo sigue.
El abuelo Próspero se fue a una fiesta con unos amigos.
Todo normal.
Tomó unas copas.
Nada fuera de lo común.
Pero a media fiesta, le dieron ganas de regresarse solo.
Y para volver, tenía que cruzar puro matorral, bajada, y una quebrada.
Él juraba que no iba borracho.
Pero cuando cruzó el río… le pegó un aire.
Un viento helado.
Uno que, según los abuelos, te sube la borrachera de golpe.
Próspero se cayó.
Y al levantarse… ya no era él.
Dice que siguió caminando, como si nada.
Ya sin miedo, ya hasta con valor.
Porque cuando andas rascado, ni al diablo le tienes miedo.
Pero justo en la subida del cerro… vio algo que le quitó la borrachera al instante.
Dos piernas.
Así como lo lees.
Dos piernas solas, bajando por la ladera.
No tenían cuerpo.
Nada más los chamorros y las botas.
Él alumbró con su linterna…
Y al ver que era real… pegó la carrera.
Cuando llegó a su casa, no podía hablar.
Su mamá le abrió la puerta y él solo lloraba.
Mudo. Congelado.
Hasta el día siguiente, le regresó el habla.
Y cuando por fin pudo contar lo que vio…
juró que nunca más saldría sin su amuleto.
Desde entonces, cada que salía al monte, se llevaba:
un gallo.
un puñito de sal en la bolsa.
fósforos.
y un trago de mezcal.
Porque en los pueblos viejos decían:
“Si el gallo canta, lo malo se espanta.
Y si cruzas un río sin protección… lo malo te puede montar.”
🖤 Otra historia real, desde los caminos solitarios de Chiapas.
Esto fue... LEYENDAS URBANAS.