09/07/2025
Blair Harber, de 13 años, y su hermanita Brooke, de 11, eran dos niñas católicas, dulces, alegres y con una fe inquebrantable. En sus colegios eran muy queridas por sus profesores y compañeros. Blair iba a comenzar octavo grado, y Brooke, el sexto. Ambas participaban en deportes, teatro y actividades de liderazgo estudiantil.
Hasta que el 4 de julio de 2025, la familia Harber decidió pasar unos días alejados de la ciudad. Por lo que viajaron a una cabaña familiar en Hunt, Texas, ubicada cerca del río Guadalupe, junto con los abuelos paternos de las niñas, Mike y Charlene Harber. El lugar era tranquilo, rodeado de naturaleza… jamás imaginaron que terminaría siendo escenario de una tragedia 💔
Todo ocurrió de forma repentina y en plena madrugada, cuando una tormenta desató una creciente feroz que inundó las cabañas en cuestión de minutos. Eran las 3:30 a.m. cuando RJ y Annie, los padres de las niñas, despertaron sobresaltados porque el agua ya entraba por las ventanas. Sin pensarlo, rompieron el vidrio y escaparon. Pero al ver que la cabaña de sus hijas y de los abuelos estaba siendo alcanzada por la corriente, RJ corrió a buscar un kayak.
En seguida, el padre se lanzó al río, con solo una linterna y un chaleco salvavidas, luchando contra escombros y árboles arrastrados por la corriente. Pero la fuerza del agua era incontrolable y no pudo avanzar más. Aquel padre tuvo que tomar una decisión desgarradora: regresar y ponerse a salvo con los demás, mientras la tormenta no daba tregua.
Al llegar a una casa cercana en una zona más alta, revisaron sus teléfonos… y ahí encontraron el último mensaje que sus niñas habían logrado enviarles, a las 3:30 a.m.
“Te amo.”
Ese fue su último suspiro de esperanza.
Tras varias horas, cuando finalmente la tormenta bajó su intensidad, los equipos de rescate comenzaron la búsqueda. Pero por desgracia, los cuerpos de Blair y Brooke fueron hallados a unos 24 kilómetros río abajo, en Kerrville. Lo increíble fue que estaban tomadas de la mano y sosteniendo un rosario entre ellas. Un gesto que reflejó lo que siempre fueron: hermanas unidas por el amor, la fe... y el destino.
Hasta el momento, los abuelos Mike y Charlene continúan desaparecidos, y la familia Harber está destrozada. En cada misa, en cada silencio del hogar, se sienten las risas que ya no están. Pero también se percibe la certeza de que esas dos almas siguen juntas en el más allá, tomadas de la mano, como aquel día y como siempre. 😔❤