08/21/2025
Ser maquillista y ser madre no es tarea fácil, pero es una de las más poderosas combinaciones que existen. Eres arte y fuerza al mismo tiempo: mientras con tus manos transformas rostros, con tu corazón transformas vidas. Muchas veces trabajas cansada, con desvelos encima y con mil responsabilidades en la cabeza, pero aun así nunca dejas de dar lo mejor de ti.
Ser madre te enseñó paciencia, amor y sacrificio, y todo eso lo reflejas en tu trabajo. No solo embelleces a los demás, también eres ejemplo para tus hijos de lucha, de valentía y de pasión. Ellos crecen viendo a una mujer que no se rinde, que sabe que sus sueños también importan y que merece brillar.
Así que recuerda: cada brocha que tomas no solo pinta un rostro, también escribe la historia de una madre que jamás se dejó vencer.