09/29/2025
Todos los días, Don Alfredo camina seis cuadras para vender dulces en la esquina del colegio.
No lo hace por necesidad, sino porque dice que “los niños le dan vida”.
Tiene 82 años y perdió a su esposa hace 10. Desde entonces, decidió que su misión era repartir sonrisas.
Los que lo conocen lo saludan con cariño. Algunos ya ni compran dulces, solo pasan a verlo, a escuchar sus historias, a tomarse un minuto de pausa.
"No necesito mucho para ser feliz… solo que alguien me diga ‘gracias, Don Alfredo’", dice con una sonrisa.
💬 ¿Y tú? ¿Has conocido a alguien así?
❤️ Comparte si esta historia te tocó el corazón.