12/06/2025
NIÑO DE 13 AÑOS ARRESTADO POR “AGREDIR” A MADRASTRA - CÁMARAS MUESTRAN QUE ELLA SE HIRIÓ SOLA
Mi hijo me atacó. Miren lo que me hizo. Laura gritaba histéricamente en la comisaría de policía de Marbella, mostrando sus brazos llenos de arañazos sangrantes y un moretón oscuro en el cuello. Dos agentes miraban las heridas mientras Mateo, un chico de 13 años con gafas y aspecto tímido, estaba sentado en una silla con las manos esposadas, llorando silenciosamente.
Señora Vega, cálmese, por favor. La agente Martínez intentaba tranquilizarla. Cuéntenos exactamente qué pasó. Estábamos discutiendo porque no quería hacer su tarea. Laura sollozaba dramáticamente y de repente se volvió loco. Me empujó contra la pared, me arañó, intentó estrangularme en mí en mi cuello. Pensé que iba a matarme.
Mateo levantó la cabeza, sus ojos rojos e hinchados. Eso no es verdad. Yo nunca. Cállate. Laura gritó. Eres un mentiroso. Los agentes pueden ver las pruebas a mira lo que me hiciste. Era el 3 de junio, una soleada tarde de verano. Diego Vega, propietario de Vega Inversiones, una de las firmas de inversión inmobiliaria más grandes de la Costa del Sol, estaba en una reunión crucial en Gibraltar cuando recibió la llamada que cambiaría todo.
- "Señor Vega", habla el comisario Ruiz de la Policía Nacional de Marbella.
Su hijo Mateo ha sido detenido por agresión doméstica. Su esposa Laura presentó una denuncia. Diego sintió que el mundo se detenía. ¿Qué? Eso es imposible. Mateo no es violento. Tiene que haber un error. Señor, su esposa tiene lesiones visibles.
Su hijo está en custodia policial. Necesitamos que venga inmediatamente. Diego canceló su reunión y condujo su Mercedes a MGT los 80 km desde Gibraltar hasta Marbella en tiempo récord. Durante todo el camino su mente corría. Mateo era el niño más tranquilo que conocía. Tímido, estudioso, jamás había levantado la voz a nadie.
Cuando llegó a la comisaría, encontró a Laura sentada en la sala de espera con vendajes en ambos brazos y un collarín cervical. Laura, ¿qué demonios pasó? Ella lo miró con ojos llorosos. Diego, tengo miedo de nuestro hijo. Ha estado cada vez más agresivo. Hoy perdió el control completamente. Agresivo, Mateo. Eso no tiene sentido.
No has estado aquí. Laura dijo con voz quebrada. Has estado viajando tanto por negocios. No ves cómo se comporta cuando no estás. El comisario Ruiz, un hombre de unos 50 años con expresión seria, salió de su oficina. Señor Vega, necesito hablar con usted. Su hijo está en una sala de interrogatorios. Las acusaciones son graves.
Agresión física a un adulto, intento de estrangulamiento, violencia doméstica.
-¿Puedo ver a mi hijo? Por supuesto. Diego entró a la sala de interrogatorios donde Mateo estaba sentado, pequeño y asustado, con sus manos todavía esposadas sobre la mesa. Papá Mateo comenzó a llorar en cuanto lo vio. No hice nada. Te lo juro, no la toqué....👇👇👇