10/22/2025
🎙️No te pierdas este mes nuestro podcast acerca de la violencia doméstica en el mes de la concienciación de la Violencia Doméstica🎙️
Octubre 29, 7pm escúchanos en Radio Onda de Amor
La violencia doméstica es el único delito en el que se pide a la víctima que se explique más que al agresor.**
En los casos de violencia doméstica, la carga de la prueba suele recaer injustamente sobre la persona que ha sufrido el daño, en lugar de sobre la que lo ha causado.
A las víctimas se les pregunta sin cesar: *¿Por qué no te fuiste antes? ¿Por qué no dijiste nada? ¿Por qué te quedaste?* Mientras tanto, las acciones, intenciones y responsabilidad del agresor se examinan mucho menos, lo que permite que la manipulación y el engaño continúen sin control.
Este desequilibrio no es solo un defecto del sistema, sino que refleja un malentendido social más profundo sobre el abuso. La violencia doméstica no es solo física, sino también emocional, psicológica y, a menudo, invisible.
Las víctimas se enfrentan al miedo, el trauma, la dependencia económica y el juicio social, al tiempo que se espera de ellas que justifiquen por qué soportaron lo que nadie debería soportar.
Las preguntas que se plantean a las víctimas a menudo minimizan el abuso, dando a entender que de alguna manera lo provocaron, lo prolongaron o no lo gestionaron «correctamente».
Por el contrario, a los agresores se les permite explicar, racionalizar o negar rotundamente su comportamiento, recibiendo una empatía o indulgencia que las víctimas rara vez obtienen.
Por eso es fundamental la concienciación, el apoyo y la credulidad.
Escuchar a las sobrevivientes sin juzgarlas, validar sus experiencias y hacer que los abusadores rindan cuentas son pasos hacia la justicia. Las víctimas nunca deberían tener que defender su dolor ni demostrar su sufrimiento; la responsabilidad recae en la persona que cometió el abuso.