06/12/2024
El pasado 30 de Noviembre, en el Auditorio Belgrano de Bs. As. fue celebrado un Congreso médico a cargo de El Dr. Bruce Lipton, biólogo celular, quien es reconocido internacionalmente por descubrir y comunicar de forma clara y sencilla los componentes del nuevo paradigma de la ciencia aplicados a la salud integral, tomando en cuenta la influencia de la mente sobre las enfermedades. Nosotros compartimos en el día de ayer un video que nos llegó de uno de los médicos que asistió a dicho evento y al reconocer al Dr. Alberto Cormillot, solicitó a todas las personas presentes que le exijan a Cormillot que se levante y se retire del Auditorio. Al día siguiente, empezaron a circular en internet las repercusiones de dicha situación, entre ellas, el mismo Dr. Cormillot contando el hecho en radio Mitre. También, nos llegó el video del Dr. Marcos Apud reflexionando acerca de si increpar a un médico de esa forma y en ese contexto era conveniente, sin recaer en los errores cometidos a causa de la confusión, el miedo y la desinformación durante la Pandemia.
Desde CT40 estamos del lado de la justicia, de la verdad y de la vida por encima de todas las cosas, pero más allá de las razonas que llevaron al Dr. Bayona a reaccionar de esa manera en un espacio repleto de médicos que no sabemos si todos piensan igual y que no tienen por qué comulgar con todas las ideas que tenemos respecto al manejo de la pandemia y las inoculaciones, también nos preguntamos si es acertado, aunque esas razones sean respetables y justificadas.
Desde este lugar es que preferimos construir lazos de restauración y ayudar a seguir generando masa crítica en los espacios posibles que se van abriendo. Tememos que quizás nos podríamos estar perdiendo la inmensa oportunidad de que nos empiecen a escuchar. Si mantenemos la altura del respeto, la empatía, la sensibilidad y la sensatez, si somos impecables en el trato hacia las demás personas, podríamos abrir más puertas a otros que tal vez no entienden todavía por qué pensamos así y por qué tenemos aún tantas preguntas que parecieran que del lado del oficialismo o de los mensajes hegemónicos divulgados no nos quieren responder. Creemos que el fanatismo por reivindicar la justicia que decimos promulgar, podríamos estar cayendo en el grave error de impedir llegar a otros a reflexionar con nosotros.
No ponemos en tela de juicio la cantidad de cosas honorables que se hacen desde los grupos que se denominan disidentes, pero entendemos el perjudicial mensaje que deja todo esto para nuestras sociedades. La grieta social, por ejemplo, la división y la cancelación.
El día después de este evento se muestra a un Dr. Cormillot exponiendo desde el programa radial antes mencionado su real interés en los postulados del Dr. Bruce Lipton, lo que nos hace pensar que se ha abierto a aprender más al respecto de una medicina diferente que también integra las emociones para considerar los tratamientos. Sin embargo, en vez de focalizar su mensaje en ese punto, se volcó objetivamente a hablar de lo violentos que son todos los antivacunas.
Si pensamos congruentemente, podremos ver más allá de las atrocidades que se dicen respecto a el cuerpo médico en general que corren desesperados cuando deben salvar una vida más allá de que sus dogmas a veces sean equivocados en algunos aspectos y puedan cometer errores.
Necesitamos comenzar a recuperar la confianza, generar espacios de diálogo y de amor entre nosotros y quienes no piensan como nosotros. Debemos aprender a sanar y respetarnos, a ver al otro como humano también. No podemos perpetuar la violencia ni el cinismo de creer que somos mejores que otras personas por el simple hecho de haber aprendido a informarnos y no tomar decisiones a la ligera.
Hay muchas personas que todavía necesitan comprender, salirse del error y del engaño, pero dudamos mucho que el camino sea el que se quiere seguir.
Más allá del Dr. Cormillot y la opinión que cada uno pueda tener al respecto, ese lugar estaba repleto de personas abiertas a escuchar otro modelo de medicina y un acto fuera de lugar, podría estar asesinando toda buena intención de atraerlos a querer escucharnos.
No estamos solos en el mundo y debemos aprender a convivir en paz, a curarnos las heridas que nos ha dejado todo aquello que nos dolió profundamente, el desgaste y la rutina de sentir que nunca pasa nada justo en este mundo. Además, eso no es verdad. Están empezando a darse muchas situaciones positivas hoy por hoy y muchas personas están buscando soluciones nuevas que resuelvan antiguas discrepancias.
Si hay algo lindo que hemos logrado con CT40 es que muchas personas confundidas nos comenzaron a contactar y contarnos su experiencia, sus dudas y sus miedos y a todos los hemos recibido con amor, haciéndolos parte de nosotros.
Todos podemos equivocarnos, pero todos necesitamos la oportunidad de volver a empezar. Negarse a darla es quedarse atado, no solo a lo pasado sino al resentimiento.
Para seguir reflexionando y aprendiendo juntos, recordamos este antiguo y bello poema de Sam Walter Foss.
Nosotros creemos en la búsqueda de la sabiduría, el ejercicio del dominio propio, el de la compasión y la esperanza por encima de nuestro propio ego.
Equipo de Producción de CT40 Documental
"La casa al lado de la carretera"
Hay almas ermitañas que viven retiradas
En el lugar de su auto-satisfacción;
Hay almas como estrellas, que habitan apartadas,
En un firmamento sin compañeros;
Hay almas pioneras que iluminan los caminos
Donde nunca corrieron las carreteras
Pero déjame vivir al lado del camino
Y ser amigo del hombre.
Déjame vivir en una casa al lado del camino
Donde pasa la raza de los hombres
Los hombres que son buenos y los hombres que son malos,
Tan buenos y tan malos como yo.
No me sentaría en el asiento del escarnecedor
Ni lanzaría la prohibición del cínico-
Déjame vivir en una casa al lado del camino
Y ser amigo del hombre.
Veo desde mi casa al lado del camino
Al lado de la carretera de la vida,
A los hombres que presionan con el ardor de la esperanza,
A los hombres que se debilitan por la lucha,
Pero no me alejo de sus sonrisas y lágrimas,
Ambas partes de un plan infinito-
Déjame vivir en una casa al lado del camino
Y ser amigo del hombre.
Sé que hay prados alegres por arroyos por delante,
y montañas de altura fatigosa;
que el camino pasa a través de la larga tarde
y se extiende hacia la noche.
Y aún me regocijo cuando los viajeros se regocijan
y lloran con los extraños que gimen,
ni vivo en mi casa al lado del camino
como un hombre que vive solo.
Déjame vivir en mi casa al lado del camino,
por donde pasa la raza de los hombres,
son buenos, son malos, son débiles, son fuertes,
sabios, tontos, así soy yo.
Entonces, ¿por qué debería sentarme en el asiento del escarnecedor
o lanzar la prohibición del cínico?
Déjame vivir en mi casa al lado del camino
y ser amigo del hombre.