02/07/2025
Escudriñando Las Escrituras
A La Luz De La Biblia
✓El tema bíblico que relaciona el acto de dar con la promesa de recibir “medida buena, apretada, remecida y rebosante” destaca el principio de la generosidad divina y humana desde una perspectiva espiritual y práctica. Esta enseñanza se basa en pasajes como Lucas 6:38, donde Jesús nos exhorta a dar sin reservas, asegurándonos que Dios recompensará esa entrega con abundancia.
**Explicación del concepto de dar para Dios**
Dar para Dios no se limita únicamente a ofrecer bienes materiales como dinero o alimentos. Implica también entregar nuestro tiempo, esfuerzo, talentos y amor al servicio de los demás y a la obra divina. Al hacerlo, reflejamos un corazón agradecido y generoso, dispuesto a compartir lo que tenemos sin esperar algo a cambio inmediato.
El acto de dar con esa disposición sincera se compara con la medida “buena, apretada, remecida y rebosante”, una expresión que sugiere que la recompensa de Dios es mucho mayor a lo que entregamos. Es como llenar un recipiente que, al sacudirlo y apretarlo, se desborda, simbolizando la abundancia y bendición que Dios concede a quien da con fe y amor.
**La analogía del sol que brilla para todos**
En Mateo 5:45, Jesús nos enseña que Dios hace que el sol salga tanto para los buenos como para los malos, y envía la lluvia sobre justos e injustos. Esta imagen poderosa revela el amor incondicional y la misericordia de Dios, que no hace distinción entre quienes merecen o no. Así como el sol brinda luz y vida a todos, Dios extiende sus bendiciones a toda la humanidad.
Este mensaje nos invita a imitar a Dios en nuestra forma de actuar: debemos dar sin discriminación, con generosidad y amor, confiando en que aquello que entregamos será recompensado abundantemente, aunque no siempre de forma inmediata o visible.
**Reflexión práctica**
1. Dar con corazón sincero:
No se trata solo de la cantidad que damos, sino de la actitud con que lo hacemos. La entrega debe ser voluntaria, alegre y sin esperar recompensa humana.
2. Confianza en la promesa divina:
El versículo nos asegura que Dios no solo recibe nuestro dar, sino que nos devuelve en abundancia. Esta promesa fortalece nuestra fe y nos anima a ser generosos.
3. Imitar el amor de Dios:
Así como Él no hace distinción y es justo con todos, nosotros debemos practicar la generosidad con todos, sin prejuicios ni condiciones.
4. Dar más allá de lo material:
Nuestro tiempo, atención, oración y acciones de servicio también cuentan como dar para Dios y son valorados por Él.
En consecuencia, “El que da para Dios como el sol brillará y da y se os dará medida buena y abundante” es un llamado a vivir la generosidad como un reflejo del amor divino, confiando en que Dios bendice con abundancia a quienes entregan con un corazón abierto y sincero. Esta enseñanza bíblica nos anima a ser canales de bendición en el mundo, sabiendo que lo que damos vuelve a nosotros multiplicado por la gracia de Dios. ¡Bendiciones!
Por acá, Pablo Delgado