09/09/2025
👉👉 Costa Rica tomó una decisión que nadie esperaba: levantar su primera cárcel de máxima seguridad… y hacerlo inspirándose en el modelo de Bukele en El Salvador.
La imagen que presentaron parecía sacada de un documental: pabellones enormes, torres de vigilancia, muros que transmiten un mensaje contundente —aquí no hay espacio para el desorden. Serán más de 5 000 reclusos bajo un mismo techo, y cada metro cuadrado está pensado para que no vuelva a suceder lo que tantas familias han sufrido: llamadas desde prisión, extorsiones, delincuentes manejando el crimen tras las rejas.
La referencia es inevitable: el modelo de El Salvador, con su cárcel CECOT, cambió la manera en que se percibe la lucha contra la violencia. Y ahora Costa Rica quiere replicarlo, paso a paso, ladrillo a ladrillo.
Para muchos ciudadanos, esto significa esperanza. Porque detrás de esas paredes no solo habrá reclusos, también quedará encerrado un miedo que ha acompañado a miles de familias. Para otros, es polémico, porque se preguntan hasta dónde se puede llegar en nombre de la seguridad.
Lo cierto es que Costa Rica envía un mensaje al continente: sí es posible construir un país donde el orden le gane al caos. Sí es posible volver a caminar sin miedo.
Y ahí entra la enseñanza más profunda: Dios nos recuerda que la justicia no se trata de venganza, sino de proteger la vida de los inocentes. Poner un alto al mal es también un acto de amor hacia quienes queremos cuidar.