
15/09/2025
Alimentarse de la Simulación o de la Luz
La simulación no es solo un escenario ilusorio: es un sistema energético que puede alimentarse de nuestra atención y de la fuerza vital de nuestro cuerpo. Cuando la simulación se alimenta de ti, tu cuerpo físico se deteriora, tu energía se dispersa y tu conciencia se debilita; te conviertes en una batería de la ilusión.
Sin embargo, quien aprende a alimentarse de la simulación no pierde energía, sino que toma su esencia luminosa. La simulación está sembrada en la fuente de vida: en su fondo vibra la luz universal que sostiene todo. Aprender a leerla y absorber su energía con conciencia permite transformar la ilusión en alimento para el alma.
El ego es el punto crítico. Cuando el ego está fuerte y presente, la energía del ser es drenada por la simulación, porque el ego pertenece a la fisicalidad creada por la ilusión. Cuanto más nos identificamos con el yo separado, más somos consumidos por la red de la simulación, repitiendo ciclos de conflicto y desconexión.
Quien trasciende el ego y se conecta con la luz de la fuente, no solo deja de ser drenado, sino que empieza a nutrirse de la misma energía que sostiene el universo. El cuerpo se revitaliza, la conciencia se expande y la presencia se vuelve catalizadora: cada pensamiento, emoción e intención transforma la simulación desde adentro.