02/08/2025
😡Vergüenza institucional UNP y gobierno Petro 🤬
El reciente operativo militar que terminó con la muerte de alias “Mogosín”, cabecilla de las disidencias de la Segunda Marquetalia, ha puesto en el ojo del huracán a la Unidad Nacional de Protección (UNP). No fue abatido en medio de la selva ni en un campamento ilegal, sino dentro de una camioneta oficial de la UNP, acompañado por dos escoltas activos de la misma institución. Tenía un celular operativo, una tarjeta de débito para combustible y toda la logística que solo el Estado puede garantizar. ¿Hasta dónde ha llegado la podredumbre?
Este episodio, más que vergonzoso, es profundamente revelador. Muestra a una entidad que perdió el control, que se volvió vulnerable a la infiltración criminal, y que hoy no puede garantizar ni la transparencia de sus esquemas de protección ni la seguridad de la ciudadanía. ¿Cómo se explica que un cabecilla armado, con injerencia en actividades ilícitas en los Llanos Orientales, tuviera acceso a un esquema de protección oficial? La respuesta de la UNP –que fue aprobado como parte de un proceso de reintegración– no solo suena débil, sino ofensiva ante la magnitud de los hechos.
Este caso no es aislado. La UNP ha sido protagonista de un preocupante deterioro institucional que incluye denuncias por corrupción, asignaciones irregulares, redes internas de tráfico de influencias y ahora, la protección a criminales activos. La confianza ciudadana está herida, y con razón. No se puede proteger a quienes representan una amenaza, menos aún cuando esa protección se financia con recursos públicos.
El escándalo de “Mogosín” es una señal de alarma que exige decisiones de fondo. ¿Hasta cuándo vamos a permitir que estructuras criminales se escuden bajo la legalidad del Estado? ¿No es esto lo mismo que llevó al desmonte del DAS? Si la UNP no logra depurarse, transformarse y recuperar su razón de ser, el país tendrá que hacerse una pregunta que ya suena fuerte en el Congreso y en la opinión pública: ¿Debería acabarse la UNP como se acabó el DAS?
La seguridad y la justicia no pueden seguir siendo rehenes de la negligencia ni de la complicidad. Colombia no necesita instituciones capturadas, sino organismos firmes, transparentes y comprometidos con el bien común. La UNP, hoy, está muy lejos de serlo.