
23/09/2025
Casi diez años después de iniciar las operaciones de la Central Hidroeléctrica de Belo Monte, Norte Energia, la empresa que ganó la concesión, todavía no ha comprado los terrenos para el Territorio Ribereño y el gobierno pareciera no tener fuerzas para hacer que la empresa cumpla la ley.
El Plan Básico Ambiental de Belo Monte prometió restaurar los modos de vida de las poblaciones afectadas. Se le concedió la licencia de operación con la condición de que Norte Energia revisara el tratamiento que se les daba a los Ribereños, garantizándole a esta tradicional comunidad dos viviendas: una casa en el río y otra de apoyo en la calle. Casi diez años después de que la hidroeléctrica empezara a operar, la reparación tampoco ha llegado.
El primer paso de la reparación tiene un nombre: Territorio Ribereño. Un territorio colectivo de 20.300 hectáreas, formado por tres franjas continuas y que en el papel ya está delimitado, zonificado, con los puntos de reocupación de las familias definidos. Una parte de la tierra se encuentra dentro del Área de Preservación Permanente (APP) que se creó a orillas del embalse y que fue parcialmente deforestada por Norte Energia entre 2011 y 2014. La otra franja son las tierras de fondo, las llamadas áreas linderas, que están detrás de la APP, y que, según el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y Recursos Naturales Renovables (Ibama), Norte Energia debería adquirir. A pesar de que la Agencia Nacional de Energía Eléctrica haya emitido una Declaración de Utilidad Pública que garantiza que se pueden expropiar estas áreas, la empresa viene posponiendo la compra de las tierras. Y el gobierno federal pareciera no tener fuerzas para hacer cumplir la norma.
Durante once días, SUMAÚMA intentó obtener respuestas del Ministerio de Medio Ambiente y Cambio Climático sobre cómo puede ser que una empresa esté por encima de la ley y del Estado brasileño, cómo puede ser que el gobierno federal no logre que Norte Energia cumpla lo que les debe a los tantos destinos que Belo Monte atravesó. Nadie apareció para explicar por qué todavía no se ha implementado el Territorio Ribereño y por qué Norte Energia sigue sin cumplir lo acordado.
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