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Yesterday's stories Cuentanos tus experiencias paranormales, o eventos extraordinarios que te han sucesido, aquellos eventos que han marcado tu vida

¡Un saludo a mis nuevos seguidores! ¡Estoy feliz de que me sigan! Rosa Linda, Mike Gonzalez
04/02/2025

¡Un saludo a mis nuevos seguidores! ¡Estoy feliz de que me sigan! Rosa Linda, Mike Gonzalez

¡Un saludo a mis nuevos seguidores! ¡Estoy feliz de que me sigan! Rodrigo Chona Garcia, Mario Dominguez, Margot Mariscal...
21/11/2024

¡Un saludo a mis nuevos seguidores! ¡Estoy feliz de que me sigan! Rodrigo Chona Garcia, Mario Dominguez, Margot Mariscal, Wilson Perez, La Chaparra, Felix Alvarez Ipda, Hilda Melo, Mirta Elisabet Tinedo Renteria, Jramon Gkez, Marcos Regalado, Mario Morales, Demetrio Silva Aquino, Robert W Lugo C., Richard Perez Gonzales, Natalia Ardila, Silvino Hernandez, Diomarys Contreras, Jorge S Teran

Yestedays stories Terror turístico Ayuda del más ayá Keithy y dorian  se casaron y en su  luna de miel Durante la noche ...
12/11/2024

Yestedays stories
Terror turístico
Ayuda del más ayá

Keithy y dorian se casaron y en su luna de miel Durante la noche , en la playa navegaban y exploraban las aguas azul turquesa , esa noche, se relajaban en la terraza de su casa alquilada a la orilla del mar. Mientras compartían una cena , sus conversaciones se centraron en su relación, pero una sensación de extrañeza acompañaba la noche Elena notó una figura oscura observándolos desde la ventana.
Dorian salió para investigar, y en poco tiempo, un grito seguido de un disparo ensordeció sus oídos

Keithy apagó las luces, cerró la puerta con llave y sintió la adrenalina correr por su cuerpo recordando una experiencia traumática en su pasado cuando su madre había sido tomada como rehén durante un robo.
Rezando para que nada similar sucediera de nuevo, no podría prever lo que vendría después.

La persistente llamada a la puerta la obligó a abrir, y al hacerlo, se sintió aliviada al ver a dorian , a pesar de que él estuviera herido e incapaz de hablar. Mientras keithy se esforzaba para ayudarle y buscar ayuda, su atención fue capturada por un intruso desconocido dentro de la casa.

Un escalofrío recorrió su see al percibir al hombre enmascarado dirigiéndose hacia la cocina. Decidida a proteger a su amado y a sí misma, ella tomó un bate de béisbol y se acercó a la cocina, solo para ser sorprendida por el ladrón escondido detrás de la puerta.

A pesar de sus esfuerzos por resistir, el ladrón la sometió y la derribó al suelo. Pero una figura etérea, vestida de blanco y con una cara pálida, vino en su ayuda. La novia desconocida quitó el bate de las manos del invasor e intervino en el conflicto, impidiendo que el ladrón causara más daño a Keithy
Sin entender lo que estaba sucediendo,

Keithy observó, paralizada por el miedo, mientras la novia se involucraba en una lucha con el intruso. Después de derrotar al ladrón, la misteriosa figura de blanco lo arrastró hacia la oscuridad y desapareció con él.
Horas más tarde, cuando la policía llegó a la escena del crimen,
Keithy quedó perpleja al descubrir que la novia de blanco que la ayudó era, de hecho, el fantasma de la antigua propietaria de la casa, quien había perdido la vida durante una invasión doméstica en su propia luna de miel años atrás. Y fue gracias a la intervención de esta entidad que Keithy u dorian pudieron escapar de una tragedia

MAMA EN SILLA DE RUEDAS.Durante la cena, noto que mi hija de cuatro años le está echando vistazos ocasionales a su madre...
12/11/2024

MAMA EN SILLA DE RUEDAS.

Durante la cena, noto que mi hija de cuatro años le está echando vistazos ocasionales a su madre, para luego voltearse rápidamente. Siendo tan joven, su concepto de la sutileza no es muy bueno, y es obvio que algo está plagando su mente. Ya sé qué es.

Mi hija y yo estamos sentados en un extremo de la mesa del comedor; mi esposa está en el otro. Ha sido así desde antes de que mi esposa se lastimara y nada ha cambiado. La razón particular de esta distribución de los asientos es que mi esposa ama mirar a nuestra hija. «Es la niña más hermosa que he visto, ¿por qué no querría pasarla viendo todo el tiempo?», suele decir, y me identifico con ello.

Hemos estado haciendo nuestro mejor esfuerzo para impedir que el accidente afecte nuestras vidas, pero es difícil explicarle lo que está sucediendo a una niña de cuatro años. Debe ser un momento muy confuso para ella.

Mi hija se inclina hacia mí y susurra con su voz más baja para que su madre no la escuche. Pero, de nuevo, la sutileza no es su punto fuerte, y prácticamente lo grita:

—¿Por qué mami tiene que usar esa silla?

Mi corazón se rompe un poco cuando dice eso. Alzo la mirada para ver la reacción de mi esposa, pero está sonriendo tan dulcemente… Mi esposa es la persona más simpática y tolerante que he conocido en mi vida, lo cual probablemente fue la razón principal de por qué me casé con ella. Ella ha sido así desde antes del accidente y nada ha cambiado.

La sonrisa de mi esposa me indica que debo aclarar la situación una vez más, como lo he hecho tantas veces ya, aunque mi hija no fuera capaz de entenderlo.

—Cariño, escucha. ¿Recuerdas que tu mami se cayó de las escaleras y se hizo muchos golpecitos?

—Ajá —asiente.

—Pues, mami ya no puede caminar. Necesitamos esa silla de ruedas para ayudarla a moverse por la casa con más facilidad… ¿Lo ves?

—Está bien…

Sé que tendremos que repasarlo en algún otro momento, pero parece estar bastante satisfecha.

Miro a mi esposa de nuevo. Esta vez me está sonriendo para darme a entender que he hecho un buen trabajo, y le devuelvo la sonrisa con la misma calidez.

Después de la cena, lavo los platos mientras mi hija dibuja en la mesa. Siempre ha sido así. Mi esposa ve su telenovela favorita en el sillón reclinable de la sala de estar.

En tanto descarto los restos de la comida, noto que mi hija se ladea en mi dirección.

—¿Por qué la cara de mami se ve fea?

De nuevo, mi corazón se rompe. Mi esposa es hermosa, pero el accidente la dejó con unas heridas faciales severas. Ahora bien, nunca usaría la palabra «arruinada», pero el rostro que solía ser precioso ahora es eclipsado.

—Mami se cayó por las escaleras, ¿recuerdas? Se hizo muchos golpecitos en su cara. Sé que se mira un poco diferente, pero sigue siendo tu misma mami… ¿está bien?

—Está bien… —murmura otra vez.

Le pido a Dios que la televisión haya sido lo suficientemente ruidosa como para ahogar su pregunta, y le susurro:

—Ya no más preguntas sobre mami, ¿sí?

—Bueno —acepta, a pesar de que su rostro denota su confusión.

Creo que le tiene miedo a su madre, y eso me mata.

Después de que he aseado, llevo a mi hija al piso de arriba para acostarla. Esta es una de las pocas cosas que han cambiado desde el accidente, pues mi esposa solía amar esta parte de la noche. Pero ya no puede subir y bajar las gradas, y no tenemos dinero para un salvaescaleras. El solo comprar la silla de ruedas vació nuestra cuenta bancaria.

Luego de dejarla en su cama, bajo para traer la silla de mi esposa y la llevo al cuarto de mi hija, colocándola al pie de la cama. Verán, antes del accidente, mi esposa siempre cargada a nuestra hija a su cuarto y se recostaba con ella mientras conciliaba el sueño. A veces, me las encontraba a ambas dormidas en la misma cama, acurrucadas en una posición que se veía tan dichosa… Así que simplemente las dejaba así.

Pero ahora mi esposa no puede hacer eso. La cargo por las escaleras y la coloco gentilmente en su silla de ruedas, al pie de la cama. De esta forma, aún podrá contemplar a nuestra amada hija mientras duerme.

Trasladar a mi esposa al cuarto de nuestra hija es mi parte favorita del día. Sus brazos se amarran alrededor de mi cuello, mi mano acaricia su cabeza y nuestros rostros están tan cerca, que puedo contar las pestañas que delimitan esos hermosos ojos. Mantenemos el contacto visual mientras ascendemos silenciosamente por los escalones, y es una conexión tierna que no cambió por el accidente. Inhalo su esencia y froto mi mejilla contra la suya en tanto compartimos ese momento apasionado que ansío cada día.

Bajo a mi esposa con delicadeza, dándole otro beso ligero en sus labios y susurrándole mi adoración. Enciendo la luz de mesa de mi hija y me alejo para que tengan un momento a solas.

Es entonces cuando escucho el gimoteo acallado de mi niñita.

—¿Te tienes que quedar aquí otra vez? —le pregunta a su madre sin siquiera tratar de disimular su disgusto. No veo la reacción de mi esposa, pues no podría soportar la sonrisa aquejada en su rostro.

—¡Ya es suficiente! ¡Sigue siendo tu mamá, y la pondrás triste si dices cosas como esa!

—¡Pero mami huele feo!

No sé si se está refiriendo al formaldehído o al… otro olor. Han pasado cinco días desde el accidente, y mis intentos por preservar a mi bella esposa no han sido lo suficientemente buenos. Incluso traté de enmendar los pliegues de piel suelta en su rostro, pero sé que no bastó.

Estoy muy contento con que ella siga aquí con nosotros, y creo que me volvería loco si no fuera así. Además, es muy importante que las niñas tengan una figura materna conforme van creciendo, ¿no?

Créditos a quien corresponda

Yestedays stories La aparecidaTerror turístico Un sábado por la madrugada, yo iba saliendo de un antro con mis amigos. C...
12/11/2024

Yestedays stories
La aparecida
Terror turístico

Un sábado por la madrugada, yo iba saliendo de un antro con mis amigos. Como esa noche me tocó ser el conductor designado, no ingerí ninguna bebida alcohólica. Mis amigos iban bastante tomados, así que opté por llevarlos a todos a sus respectivos hogares. Ya era cerca de las 4 de la madrugada cuando me despedí de mi último amigo. Tomé rumbo a mi hogar y ya iba muy agotado por la noche de fiesta, solamente ansiaba llegar a mi cama.

De pronto, en un semáforo rojo, una adolescente tocó la ventana del copiloto. Como le vi con respeto, bajé el vidrio y me dijo que unos tipos la habían dejado botada y había perdido su bolsa con su cartera. Noté algo raro en su mirada, parecía algo vacía, pero supuse que estaba ebria, así que decidí llevarla a su casa. En el camino intenté hacerle plática, ya saben, para evitar ese silencio incómodo, pero ella solamente asentía con la cabeza y me daba instrucciones sobre dónde irme.

Me dijo que vivía en una residencial que se encuentra hacia las afueras de la ciudad, así que me apresuré porque quería llegar a casa antes del amanecer. Pasamos por un tramo donde solamente había un carril; del lado derecho estaba la zona residencial y del lado izquierdo una barda larga sin pintadas. De pronto, ella me dijo: "Llegamos". Miré el retrovisor para asegurarme de que tenía la distancia suficiente entre otros autos para frenar. De pronto, volteé de nuevo y ya no estaba.

Me quedé en silencio con el auto detenido, pensando en la opción de que ella se pudo haber bajado y salir corriendo del auto, pero ni siquiera había escuchado cuando la puerta se abrió. Más aumentó mi temor y mis nervios cuando del lado izquierdo la barda gris había llegado a su final y había una entrada que me pareció muy peculiar. En la parte superior de esta decía: "Cementerio Municipal de Cancún". Esa noche llevé una muerte en mi auto.

Créditos a quien corresponda.........

Yestedays stories CORALINETerror turístico es una de las películas para niños (y adultos) más oscuras que hay. Pero más ...
11/11/2024

Yestedays stories
CORALINE
Terror turístico

es una de las películas para niños (y adultos) más oscuras que hay. Pero más perturbadora que la cinta es la verdadera historia que se esconde detrás.

Resulta que Coraline SÍ existió y su trágico destino sirvió de base para relatos, leyendas, libros y desde luego la película de animación dirigida por HenrySelick en 2009. Pero la historia real de Coraline está lejos de ser una historia para niños, mucho menos una con un final feliz la verdadera historia de Coraline

En realidad la película de Coraline está basada en la novela del mismo nombre escrita por el británico NeilGaiman en el año 2002. Sin embargo, la historia original proviene de un antiguo y escalofriante relato de su pueblo natal: el Condado de Hampshire, en Reino Unido.

Cuenta la historia que a las afueras de Hampshire vivía una anciana con su nieta recién nacida. Su hijo y su nuera habían perdido la vida en un terrible incendio y la pequeña había sobrevivido de milagro.
Pasó el tiempo y jamás se vio a la niña salir a jugar. Su abuela la mantenía encerrada y no permitía que nadie se acercara a la casa, por lo que la apodaron 'La mala madre'.

Tanto misterio despertó la curiosidad de varios de los niños del pueblo quienes, en un reto de valentía, decidieron esperar a la noche para entrar a la mansión y conocer a la misteriosa niña.Pero al entrar no encontraron ningún indicio de que ahí viviera una niña, ni ropa, ni juguetes lo único que encontraron fue una cuna.

En el interior encontraron el cadáver de una bebé, casi totalmente quemado, con botones en el lugar donde debían ir los ojos y costuras donde antes habría estado la boca. Entonces supieron la verdad: la niña jamás había sobrevivido al incendio, lo único que la anciana había logrado recuperar era su cuerpo al que se aferraba como si aún tuviera vida.

Los niños huyeron despavoridos de la casa y contaron lo que habían visto a sus padres. Finalmente la anciana fue recluida en un hospital psiquiátrico donde permaneció hasta el día de su muerte.

Así que ahí lo tienes, ahora que ya conoces la verdadera historia de Coraline no volverás a ver la película de la misma manera. Fotos ilustrativas ,la única real es la de la mansión que fue donde esto sucedió.

Esto es miedomania

Donde tus miedos se hacen realidad

MAMÁ NO ME VEASDespués de su divorcio, Eduardo se prometió a sí mismo que no dejaría rastro alguno de su exesposa en su ...
01/11/2024

MAMÁ NO ME VEAS

Después de su divorcio, Eduardo se prometió a sí mismo que no dejaría rastro alguno de su exesposa en su vida. Cada rincón de la casa que compartieron estaba lleno de recuerdos, de fantasmas que no lo dejaban respirar. El sillón donde se sentaban a ver películas, el jarrón azul que ella adoraba, incluso el aroma del café que ella solía preparar por las mañanas. Todo lo envolvía en una densa niebla de amargura, y eso no podía soportarlo más.

Decidió vender la casa y mudarse a las afueras, a una pequeña cabaña cerca de un bosque donde nadie lo molestaría. Era su forma de cerrar el capítulo. Empezó a deshacerse de todo: ropa, muebles, fotografías. Si algo le recordaba a ella, se iba.

Pero había una cosa de la que no podía deshacerse: su hija, Valeria.

Valeria, con apenas ocho años, era una copia exacta de su madre. Tenía su mismo cabello castaño, su risa melódica, y esos ojos... esos ojos verdes que lo veían fijamente con la misma intensidad que lo hacía su exesposa cuando discutían. Cada vez que Eduardo la miraba, sentía una punzada en el estómago, una mezcla de amor y rencor que no lograba disolver.

Una noche, mientras cenaban juntos en silencio, Valeria lo miró con esos ojos brillantes y le preguntó:

—¿Por qué ya no me quieres, papá?

Eduardo se atragantó con la comida y soltó una risa amarga. Una risa nerviosa y casi maníaca.

—¡Qué cosas dices, Valeria! —intentó sonreír, pero su rostro mostraba lo contrario—. Claro que te quiero... tienes los ojos de tu madre, ¿cómo no iba a quererte?

La risa se volvió más intensa. Primero, fueron unas carcajadas suaves, pero luego se descontroló. Eduardo no podía parar. Valeria lo miraba sin entender nada, confundida y asustada, viendo cómo su padre se desmoronaba delante de ella.

—Tienes los ojos de tu madre... —seguía repitiendo, entre risas, mientras las lágrimas le rodaban por las mejillas.

Después de eso, algo en Eduardo cambió. Se volvió más distante, más frío, más silencioso. Valeria intentaba acercarse a él, pero cada vez que lo hacía, Eduardo encontraba una excusa para alejarse. Siempre miraba hacia otro lado cuando ella lo miraba directamente a los ojos. Parecía temerle.

—Papá, ¿hicimos algo mal? —preguntó una noche, con voz temblorosa.

—No, hija, nada —respondió él, sin siquiera mirarla.

Un día, la pequeña desapareció. Eduardo regresó de una caminata por el bosque y no la encontró en casa. Al principio, pensó que estaba jugando, escondida entre los árboles como solía hacer. Pero las horas pasaron y la preocupación se convirtió en terror. La buscó por todo el lugar, gritó su nombre hasta quedar sin voz, pero Valeria no aparecía.

La policía llegó horas después. Organizaron una búsqueda por el bosque, pero no hubo rastro alguno de la niña. Parecía como si se la hubiera tragado la tierra. Los vecinos murmuraban que el bosque era extraño, que algunos niños habían desaparecido allí antes, pero nunca se los había vuelto a ver. Eduardo no escuchaba nada. Estaba devastado.

Las semanas se convirtieron en meses, y la esperanza se desvaneció. Eduardo se encerró en la cabaña, con las cortinas cerradas y las luces apagadas, consumido por la culpa y el dolor. La única compañía que tenía era su propia desesperación y los recuerdos de Valeria.

Una noche, mientras intentaba dormir, escuchó algo. Al principio pensó que era el viento, pero luego fue más claro: una risa. La risa de una niña.

Se levantó de golpe, el corazón latiéndole en la garganta. La risa venía del pasillo. Eduardo caminó despacio hacia el origen del sonido, con los pies descalzos haciendo crujir el suelo de madera.

Al final del pasillo, en la oscuridad, vio una pequeña figura.

—¿Valeria? —preguntó, su voz apenas un susurro.

La figura no respondió, pero la risa continuaba. Eduardo encendió la luz, pero el pasillo estaba vacío.

Durante las siguientes noches, la risa volvió. Primero era lejana, luego más cercana, hasta que una noche la escuchó justo afuera de su habitación. Desesperado, abrió la puerta de golpe y ahí estaba. Valeria, de pie frente a él, con una sonrisa fría y sus ojos verdes brillando en la oscuridad.

—Papá, ¿por qué me abandonaste? —preguntó con voz tenue, pero acusatoria.

Eduardo retrocedió, sintiendo que las piernas le fallaban. Intentó decir algo, pero las palabras no salían. Valeria dio un paso hacia él, y entonces, con un movimiento lento, se llevó una mano a los ojos. Eduardo observó con horror cómo su hija comenzaba a arrancarse los ojos, uno por uno, con una calma que le helaba la sangre.

—Ya no tengo los ojos de mamá —dijo con una voz escalofriantemente tranquila, sosteniendo los ojos ensangrentados en sus manos.

Eduardo gritó, pero nadie lo escuchó. Cayó de rodillas, llorando, suplicando que todo terminara, que aquello fuera solo una pesadilla. Pero no lo era.

A la mañana siguiente, encontraron a Eduardo en la cabaña, balbuceando incoherencias, con las manos cubiertas de sangre y sosteniendo dos pequeños ojos verdes.

Valeria nunca volvió a ser vista.

Dicen que el bosque la reclamó, y que cada noche, si caminas entre los árboles, puedes escuchar la risa de una niña perdida, una risa que trae consigo el eco de los errores del pasado... Fin.

29/10/2024

"La mujer de blanco, en la carretera"

29/10/2024

"La Leyenda de la Llorona"

¡Gracias por ser una de las personas que más interactuó y por estar en mi lista de participación semanal! 🎉 Ashtram Leba...
21/10/2024

¡Gracias por ser una de las personas que más interactuó y por estar en mi lista de participación semanal! 🎉 Ashtram Lebazcej Klu Klu MARY and MAMA

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