20/10/2025
Pensamientos de VINNIE VINCENT para el único e incomparable Ace Frehley.
ACE FREHLEY
SE FUE DEMASIADO PRONTO.
LA PÉRDIDA DE UN SER QUERIDO
Quise decir las palabras correctas que pudieran describir la pérdida de un ser querido, pero nada que pudiera reunir comenzaría a consolar a los millones de fans que idolatraron, adoraron y veneraron a Ace, el hombre y la leyenda, ni aliviar su dolor.
El fallecimiento de Ace me llevó de regreso, a muchos kilómetros y años atrás, al inicio de mi propio camino, reemplazando, de una forma extraña, a Ace en KISS —una banda cuya música conocía muy poco, más allá de algunos sencillos en la radio, y en la que no tenía interés como fan, salvo por la magnitud de su enorme éxito—, y aun así la deseaba más que a la vida misma.
Mi religión, cuando tenía 12 años, eran The Beatles... eso fue diez años antes del comienzo de KISS en 1974. Mi adicción creció de los Beatles a Zeppelin, de Jeff Beck a la fusión jazz rock de Mahavishnu en los 70. Así que llegué una década antes de poder compartir la nostalgia con la base de fans de KISS, quienes, ya adultos, siempre abrazarán a KISS a través de los recuerdos de su infancia.
Y, sin embargo, en el más extraño giro del destino, me encontré reemplazando a Ace como guitarrista de KISS, en un escenario digno de una “comedia de enredos desquiciada”, escribiendo canciones y ensayando con el KISS renovado junto a Eric Carr en la batería, y recibiendo contratos para firmar como reemplazo de Ace... preguntándome, incrédulo: ¿cómo demonios sucedió todo esto?
Allí estaba yo, poniéndome las botas del legendario Ace Frehley (literalmente), lo cual fue como aprender a caminar con zancos. Una vez que me acostumbré, se volvió tan natural como tocar mi guitarra.
Curiosamente, mi único encuentro con Ace fue en 1982, durante la grabación del video de “I Love It Loud.” Con total incredulidad, la banda cuyos discos apenas conocía estaba grabando una canción que Gene y yo habíamos escrito, y allí estaba yo, el chico nuevo, viendo a la mítica figura de Ace en el escenario interpretando una canción mía. ¿Surrealista? Mucho más que eso.
Recuerdo haber tocado la puerta del camerino de Ace para presentarme y saludarlo. Estaba nervioso de conocer a una leyenda viviente. Era inexperto, me faltaban palabras, y me sentía abrumado por la presencia de Ace y la magnitud de la fama que había alcanzado en su increíble carrera. Sin embargo, en ese único y fugaz encuentro, percibí a una persona que había perdido su corazón.
Sus únicas palabras hacia mí fueron: “Hey, chico. Buena suerte. La vas a necesitar.” Tenía más razón de la que imaginaba. Nos dimos la mano, nos deseamos suerte y nos despedimos.
Esas son las únicas palabras que intercambié con Ace desde 1982 hasta que nos volvimos a encontrar en 2022, durante un fin de semana musical inolvidable en Nashville. Durante todos esos años nunca supe de él, nunca coincidimos. Nada fuera de lo normal para mí, ya que no soy una persona social. Pero de pronto, todo cambió en 2022. Ace y yo compartimos un momento tardío de conexión que se sintió bien. Muy bien. Sin pretensiones. ¡Nos caímos bien!
Cerramos el círculo desde nuestro primer apretón de manos en 1982 hasta ese reencuentro en un show especial dedicado al legado de KISS en Nashville. Fue un fin de semana que siempre recordaré con cariño, compartido con Bruce Kulick, Ace, Peter Criss y yo, como compañeros de banda reuniéndonos por primera vez para rendir tributo al grupo con el que estuvimos históricamente entrelazados: la banda más grande del mundo, conocida como KISS.
La banda cuya suma era mayor que sus partes.
¿Podrían las palabras elogiar adecuadamente la “leyenda” de Ace Frehley? Creo que no. Para mí, una leyenda lo abarca y consume todo: el corazón, el alma y la mente de su público. Una leyenda es eterna, transmitiendo el mismo orgullo, bienestar y calidez a quienes ha tocado con su arte a lo largo del tiempo. En la luz y en la oscuridad, el efecto de ese artista permanece firme en los corazones que alcanzó. Ace fue todo eso y mucho más. Ace poseía ese algo especial... una magia que tocó a sus fans, y ellos lo amaron profundamente. Y hoy lloran por él.
Incluso durante sus momentos más difíciles, su legión de fans nunca lo abandonó. Estuvieron con él, lo animaron, le hicieron saber que lo apoyaban y que lo amaban sin importar qué. Eso no se compra. Ace les regaló a sus seguidores la infancia eterna. Todos sentían eso por Ace: desde las estrellas del rock hasta las compañías de instrumentos y los fans por igual. Todos lo amaban. Ace era el rockstar de la gente común.
Eso es lo que significa ser una leyenda.
Eso es ACE FREHLEY.
El viaje de Ace aquí ha terminado. Ha cruzado el portal hacia la eternidad, una puerta por la que todos pasaremos algún día. Pero lo que nos deja son las imágenes, las grabaciones, las presentaciones, los recuerdos felices de Ace: la persona, el hombre, el músico, y ese personaje mágico que fue amado por todos, jóvenes y mayores, con una presencia escénica que vivirá para siempre.
Estoy profundamente orgulloso y agradecido de haber compartido el mismo “legado eterno” de KISS junto a Ace... fuimos una maldita gran banda.
Salud, mi amigo. Todos te extrañarán profundamente, y yo también.
Me dolerá mañana y siempre, como me duele ahora.
Con amor, luz y paz,
VINNIE VINCENT