29/03/2025
Recordando a mi amigo Viccha, Víctor Chávez
Qué difícil será asimilar que ya no podré disfrutar de tu compañía, que ya no podremos escucharnos el uno al otro y que la vida tendrá que seguir sin vos, mi querido amigo. Me duele que no pudimos concretar ese encuentro que teníamos en mente, comer ese rico pescadito y tantos otros proyectos que soñamos. Queríamos volver a trabajar juntos en algún momento, pero ya no será posible.
Al menos tengo el consuelo y doy gracias a Dios por haberme dado la oportunidad de compartir contigo cinco años maravillosos de mi vida. Y sí que trabajamos a full, Viccha. No solo fue un trabajo arduo, sino un proceso hermoso que disfrutamos juntos con el equipo día a día. Eso me llena de satisfacción y hace que me sienta un poco mejor.
Me la pusiste muy difícil Vicchi: más de 100 fotos, una mejor que la otra, en cada cobertura. Por tu culpa me volví una experta en seleccionar las mejores tomas en cuestión de minutos. Siempre me diste arte en abundancia, que te salía de esa alma creativa, talentosa y sumamente noble. Me duele y dolerá mucho tu ausencia.
Fotógrafos talentosos hay muchos, pero vos eras especial. No solo trabajabas con la más alta distinción, sino que pensabas en los demás, en nosotros, en que también tengamos nuestras fotos diferentes, nuestros recuerdos. Nos regalabas tu talento y tu tiempo. Siempre marcaste la diferencia por tu calidad humana, más allá de tu gran profesionalismo.
A cada persona que entrevistamos, también le enviaba tus fotos, para que tuvieran el recuerdo de esas sesiones tan lindas que les hacías. Llegaste con tus fotos a miles de personas, que tienen un pedacito de tu corazón con ellas.
Viccha, gracias por tu amistad. Gracias por permitirme conocerte. Gracias por tu apoyo, tu cariño, tu trabajo, tu talento… Y pensar que te tuve en mi mente días antes de tu partida, pero el trajín diario me impidió escribirte y me arrepiento de eso. Siempre estarás en mis más bellos recuerdos. Te voy a extrañar muchísimo.
Te quiere❤️,
Tu amiga Cynthia.
P.D.: No posterguemos a los amigos ni a las personas amadas. Hagámosle caso a nuestro corazón, porque nunca sabemos cuándo será nuestro último día de vida.