11/02/2024
Título: "La Igualdad en Cristo Jesús: Mujeres llamadas a liderar en la Iglesia"
Queridos hermanos y hermanas en Cristo,
Hoy nos reunimos en la presencia del Señor para reflexionar sobre un tema que ha sido objeto de debate y controversia en muchas comunidades de fe: el papel de las mujeres en el liderazgo pastoral dentro de la Iglesia. Es crucial recordar que, como creyentes, estamos llamados a vivir en la plenitud del amor y la igualdad que nos ofrece nuestro Señor Jesucristo.
Comenzaremos nuestro estudio con el relato de la creación en Génesis, donde se nos enseña que tanto el hombre como la mujer fueron creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis 1:27). Esta verdad fundamental establece que hombres y mujeres son igualmente valiosos y amados por Dios, y ambos tienen el potencial de reflejar Su gloria y liderar en Su obra.
A medida que avanzamos en las Escrituras, encontramos numerosos ejemplos de mujeres que desempeñaron roles significativos en el plan redentor de Dios. Desde Débora, una jueza y profetisa en el Antiguo Testamento (Jueces 4:4), hasta Febe, quien fue reconocida como diaconisa y líder en la iglesia primitiva (Romanos 16:1-2), vemos cómo Dios capacitó y llamó a mujeres para liderar en Su obra.
En el ministerio terrenal de Jesús, también vemos cómo valoró y empoderó a las mujeres. Jesús se rodeó de mujeres discípulas, como María Magdalena, María y Marta, quienes jugaron un papel activo en Su ministerio (Lucas 8:1-3, Juan 11:1-44). Además, fue a mujeres a quienes se les confió el mensaje más importante de la historia: el anuncio de la resurrección (Mateo 28:1-10, Juan 20:11-18).
Continuando en el Nuevo Testamento, el apóstol Pablo escribió en Gálatas 3:28: "Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús". Este pasaje nos recuerda que en Cristo no hay distinción de género, raza o estatus social. Todos somos iguales ante los ojos de Dios y estamos llamados a servirle y glorificarle con nuestros dones y talentos, independientemente de nuestro s**o.
En Apocalipsis 7:9-10, se nos presenta una visión del cielo donde personas de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas están reunidas delante del trono de Dios, adorándole y proclamando Su gloria. Esta visión nos muestra que en la adoración y el servicio a Dios, no hay distinción de género, sino que todos somos llamados a participar en la obra del Reino.
Queridos hermanos y hermanas, en vista de estas verdades bíblicas, afirmamos con confianza que las mujeres están llamadas por Dios para liderar en la Iglesia. Como comunidad de fe, debemos rechazar cualquier forma de discriminación o exclusión basada en el género, y en su lugar, capacitar y apoyar a todas las personas, hombres y mujeres, para que ejerzan sus dones y talentos en el servicio al Señor.
Recordemos siempre que nuestro Dios es un Dios de amor, justicia y equidad, y que en Su Reino, todos somos llamados a participar como coherederos de la gracia de Cristo (Romanos 8:17). Oremos unos por otros, para que juntos, hombres y mujeres, podamos cumplir fielmente nuestra misión de proclamar el evangelio y edificar el cuerpo de Cristo.
Que el Señor nos conceda sabiduría y discernimiento mientras buscamos seguir Su voluntad en todas las áreas de la vida de la Iglesia. En el nombre de Jesús, amén.
Que esta predicación inspire y fortalezca a nuestra comunidad de fe a vivir en la plenitud del amor y la igualdad que nos ofrece nuestro Señor Jesucristo.